Entrenan vacas para "ir al baño" y frenar el cambio climático
La actividad ganadera contribuye sustancialmente a la emisión de gases de efecto invernadero. Para intentar remediarlo un grupo de científicos ensaya con éxito el método MooLoo, le enseñan a los terneros a orinar en un lugar del establo especialmente preparado. Y no... ¡no es broma!
Los gases de efecto invernadero (GEI), como el metano (CH4), el dióxido de carbono (CO2) y el óxido nitroso (N2O), son liberados por las actividades del sector ganadero y contribuyen de manera significativa al total de emisiones antropogénicas de GEI global. Según los datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que las cadenas de producción ganadera emitieron un total global de 8.1 gigatoneladas de CO2-eq en 2010.
Las emisiones varían según la especie animal, el ganado vacuno (tanto para la producción de carne como de leche), es el mayor emisor de GEI con alrededor de 5 gigatoneladas de CO2-eq, y eso representan el 62%, mientras que cerdos, aves de corral, búfalos y pequeños rumiantes, tienen entre el 7 y 11% de las emisiones ganaderas.
Es por eso que un grupo de científicos en Alemania centró sus estudios en el ganado vacuno en búsqueda de soluciones. Ellos intentan reducir las emisiones de GEI provenientes de los desechos de las vacas, controlando su evacuación dentro de los establos en lugar de que ocurra a cielo abierto. La idea es entrenar a los terneros para que usen un “baño” designado, luego los científicos recogen la orina de los animales y le realizan un tratamiento para impedir que el amoniaco reaccione al mezclarse con la tierra y se transforme en N2O, que es un poderoso GEI.
Exitoso experimento sobre el método "MooLoo"
Del problema real de la liberación de GEI proveniente de los desechos del ganado, resultó un estudio serio y publicado recientemente en la revista Current Biology. Investigadores de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, intentaron enseñar a 16 vacas a usar “el baño” apodado "MooLoo", en una granja de Alemania propiedad del Instituto de Investigación de Biología Animal de Granja.
En el laboratorio de Dummerstorf, los investigadores imitaron el entrenamiento de un niño pequeño, colocando a las vacas en un corral especial esperando hasta que orinaran, y luego dándoles una recompensa (un líquido dulce compuesto principalmente de melaza), como premio. Si por el contrario las vacas orinaron fuera del MooLoo después del entrenamiento inicial, recibieron un chorro de agua fría por tres segundos, explicó Lindsay Matthews, investigadora principal del estudio.
Siguiendo con el proceso de enseñanza, dejaron que aquellos 16 terneros de raza bovina Holstein deambularan por las instalaciones interiores. El resultado los ha sorprendido, porque cuando varios de estos animales tuvieron que orinar se ubicaron solos en el corral, habían aprendido a hacerlo y obtuvieron su dulce recompensa.
Fueron ampliando la distancia entre los animales y las instalaciones del MooLoo, hasta que al final de 15 sesiones, los investigadores encontraron que 11 de los 16 animales fueron entrenados con éxito, dado que las vacas iniciaban la entrada al MooLoo por sí mismas cuando tenían necesidad de orinar.
Según el estudio, los terneros mostraron un nivel de rendimiento comparable al de los niños, e incluso superior al de los niños muy pequeños (menores de dos años), ya que sólo les tomó 15 días entrenar a los terneros jóvenes. Además, los investigadores afirman que reducir los niveles de orina en la zona de vida de los animales mejorará su higiene y bienestar.
Una sola vaca puede producir alrededor de 30 litros de orina al día, por eso los científicos dicen que al capturar el 80% en un modelo como el MooLoo, podría conducir a una reducción del 56% en las emisiones de amoniaco.
Fuentes ganaderas de emisión de GEI
Las emisiones del sector ganadero tienen su origen en cuatro procesos. La fermentación entérica, hace referencia al gas metano que se genera durante la digestión de los rumiantes y monogástricos (la calidad de la alimentación se relaciona estrechamente). Luego está el estiércol, como fuente de metano y N2O, el primero se genera durante la descomposición anaeróbica de la materia orgánica, mientras que el segundo es un producto de la descomposición del amoniaco contenido en el estiércol.
El tercer proceso es la producción de los piensos (alimento elaborado para animales según la normativa legal, con mezcla de compuestos), las emisiones de CO2 provienen de la expansión de pastizales y tierras de cultivo usadas para la alimentación animal, la fabricación de fertilizantes y pesticidas para dichos cultivos y de su procesado y transporte.
Y por último el consumo de energía a lo largo de toda la cadena de producción, desde el uso de maquinarias agrícolas, consumo energético en las propias granjas, transporte de animales, procesado, envasado, empaquetado y transporte final de los productos animales que generan emisiones de GEI.