Equinoccio de septiembre: llega la primavera

Este año la primavera astronómica tiene inicio el 22 de septiembre. Este día se registra el equinoccio que para el caso del hemisferio norte da comienzo al otoño. También se establece el día permanente en el polo sur.

Primavera
La llegada de primavera da inicio a un nuevo ciclo de vida. Para muchos la estación más esperada del año.

En un año tan especial como este 2020, muchos han sentido que el invierno ha sido interminable. Pero todo tiene su fin y la primavera llega hoy al hemisferio sur. Exactamente a las 10:30 hora de Argentina será el momento del equinoccio y el inicio de esta nueva estación. Si bien para la meteorología la primavera se inició el 1 de septiembre, astronómicamente este será el momento de su verdadero inicio.

A lo largo del año hay dos equinoccios: uno el de septiembre y otro en el mes de marzo. El equinoccio es el momento en el que la duración del día y de la noche es igual en todo el planeta: 12 horas cada uno. A partir de allí, en el caso del hemisferio austral, las horas con luz solar dominan sobre la nocturnidad. Y en el caso del polo sur se avanza hacia un día permanente. Como espejo, en el hemisferio será todo lo opuesto, iniciando el otoño.

El término equinoccio proviene del latín aequinoctium (aequus nocte), y se podría traducir al español como "noche igual". En ese momento el eje de rotación terrestre y la eclíptica forman un ángulo recto. Pero vamos por parte para entender estos términos. La eclíptica es el plano sobre el que se desplaza la Tierra en su traslación alrededor del Sol. Y el eje terrestre está inclinado unos 23,43º respecto de ese plano.

El movimiento aparente del Sol

Debido a esta relación entre la inclinación del eje terrestre y la eclíptica, el Sol traza un movimiento aparente durante el año. Durante el verano del hemisferio sur se desplazará hacia ese hemisferio hasta alcanzar su máximo en el solsticio de diciembre, el momento de inicio del verano. En el momento del equinoccio, una persona parada sobre el Ecuador verá cómo el Sol en su movimiento aparente queda sobre su cabeza, o sea sobre el cénit justo al mediodía.

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A partir de allí, esa persona verá que con el correr de los días, al mediodía el Sol se irá desplazando hacia el sur. Todo lo contrario para el invierno del hemisferio sur. En el momento del solsticio de verano, cuando alcance su ubicación más hacia el sur, una persona parada sobre el trópico de Capricornio será quien lo vea directamente sobre su cabeza.

Debido a la inclinación del eje terrestre, durante el verano, el polo sur no será alcanzado por la oscuridad de la noche y estará dentro de un período nocturno de 6 meses, contrapuesto a la noche de igual término durante el invierno. Que nuestro planeta tenga estaciones dominadas por el movimiento aparente del Sol hace que tengamos un clima como el que conocemos.

No siempre ocurre el mismo día

Entonces, como vimos, los equinoccios y solsticios indican el inicio de las estaciones. Pero la fecha de inicio no coinciden cada año. La explicación a esto radica en el hecho de que el año trópico, o sea el intervalo de tiempo entre dos pasos sucesivos del Sol por el equinoccio es igual a 365,2422 días solares medios. Ese valor no es divisible con el año del calendario gregoriano que utilizamos, de 365.2425 días solares medios. Esta relación no exacta hace que recién después de un ciclo de 400 años las estaciones vuelvan a iniciarse aproximadamente en los mismos días.

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Y es esta relación la que hace que la primavera astronómica en el hemisferio sur se inicie entre el 19 y el 24 de septiembre. Por su parte, el inicio del otoño oscila entre el 19 y el 21 de marzo. A partir de este momento del año, con la primavera va en aumento el calentamiento diurno, por lo que la convección también comienza a ser favorecida. Mientras que en invierno las tormentas mayormente ocurren por cuestiones dinámicas, es con la primavera que los procesos termodinámicos se hacen más importantes.

En el caso de Argentina, y en zonas que van desde la norpatagonia hacia el norte, la inestabilidad se hace muy marcada en primavera. Por caso, las incidencias sobre formación de granizo son marcadas. Y esto tiene una explicación interesante, ya que el aire en niveles medios y altos de la troposfera se mantiene muy frío, mientras que cerca del suelo se va calentando por el aumento de la radiación recibida. Como resultado, las condiciones para formación de tormentas es más favorable.