Estudio revelador: explosión de fitoplancton en el siglo XXI
Una investigación en base a imágenes satelitales reveló un aumento inédito en la floración de fitoplancton y llama la atención sobre sus causas y consecuencias.
El fitoplancton está en la base de la pirámide alimentaria acuática. Estos diminutos organismos, en su mayoría unicelulares, se desarrollan en ambientes oscuros, tanto en aguas saladas como dulces. Constituyen el alimento principal de otros pequeños organismos, y también integran la cadena alimentaria de peces y grandes animales marinos.
Su proliferación en los océanos está sujeta a la disponibilidad de luz solar, dióxido de carbono, y otros nutrientes. Estos factores, a su vez, se vinculan con la temperatura, la profundidad y la salinidad del agua, el viento, y también con qué tipos de animales viven y se alimentan en cada región.
Pero su rol va mucho más allá que el alimenticio. Al igual que las plantas terrestres, el fitoplancton realiza fotosíntesis. Captura dióxido de carbono y libera oxígeno. Este es un papel crucial en el equilibrio ambiental, porque una parte considerable del carbono se sumerge en las profundidades marinas cuando el fitoplancton muere, mientras que otra proporción se distribuye a diferentes estratos oceánicos, a medida que estas diminutas criaturas son consumidas por otras especies, quienes, a su vez, se reproducen, generan residuos y finalmente perecen.
En todo el mundo, este mecanismo transfiere unas 10 gigatoneladas de carbono de la atmósfera a las profundidades del océano cada año, por lo que resulta fundamental en la dinámica y la salud de los ecosistemas oceánicos. Incluso pequeños cambios en el crecimiento del fitoplancton pueden afectar las concentraciones de dióxido de carbono de la atmósfera, lo que puede impactar en biodiversidad, la pesca y el ritmo del cambio climático.
Explosión en el siglo XXI
Un equipo de investigación realizó, por primera vez, un análisis de la proliferación de fitoplancton entre los años 2003 y 2020. El trabajo se publicó en la revista Nature, y se realizó en base al análisis de 760 000 imágenes MODIS.
Los investigadores descubrieron que, durante ese período, las floraciones de fitoplancton se volvieron un 60 % más frecuentes, a lo largo de las costas de 126 países (de 153 examinados), y aumentaron en tamaño en un 13 %. Las floraciones costeras afectaron 31,5 millones de kilómetros cuadrados, lo que representa el 9 % de toda la superficie oceánica. La tendencia al aumento se observó en la mayor parte del hemisferio sur y en las altas latitudes del hemisferio norte.
El fitoplancton florece a partir de los nutrientes que provienen de la mezcla entre las aguas más frías de las profundidades oceánicas y las más cálidas de la superficie. Este proceso es conocido como afloramiento y es fundamental en su proliferación. Un afloramiento puede durar varias semanas, pero la vida de un fitoplancton individual generalmente dura unos pocos días.
Además, de acuerdo al estudio, en algunos países el uso de fertilizantes y la expansión de la producción acuícola, también se correlaciona con las floraciones costeras, aunque este vínculo no fue tan evidente en todas las áreas.
Los investigadores indicaron que el método de teledetección que utilizaron no diferencia entre las especies de fitoplancton que son inofensivas y las que son dañinas para los ecosistemas marinos, pero anticiparon que las futuras misiones de la NASA (específicamente la misión Plankton, Aerosol, Cloud, ocean Ecosystem (PACE), que realizará mediciones del océano mundial en un espectro más amplio de longitudes de onda) permitirá profundizar en las especies.
No obstante, esta primera exploración en base a teledetección satelital brinda una comprensión más profunda de los factores que impulsan el florecimiento del fitoplancton y su impacto en los ecosistemas marinos a nivel global.