¡Feliz día! Argentina celebra 120 años de presencia en la Antártida

Argentina celebra hoy 120 años de presencia ininterrumpida en la Antártida. Un 4 de febrero de 1904 se izó por primera vez la bandera nacional en las islas Orcadas y así se consumó la primera instalación permanente de nuestro país en el continente blanco.

Sin embargo, esta historia había comenzado varios meses antes. Puntualmente, se remonta a noviembre de 1902, cuando el expedicionario británico William Bruce partió desde Edimburgo hacia la Antártida, a bordo del Scotia. Su objetivo era llegar, explorar y realizar trabajos científicos en el casquete polar.

Pero las cosas no salieron como esperaba. Para marzo de 1903, las condiciones meteorológicas se complicaron. El mar se congeló y obligó a Bruce a poner proa hacia las islas Orcadas. Una vez allí, bloqueados por el hielo, sólo les quedó una alternativa: el capitán y su tripulación tendrían que invernar en la remota isla de Laurie.

Para pasar el invierno, construyeron una pequeña vivienda de madera y piedras que obtuvieron de los cerros colindantes. La casita se llamaba Omond House.

Además, construyeron una caseta de observación, donde colocaron los instrumentos meteorológicos, y otras pequeñas casillas para guardar el instrumento de magnetismo. Allí pasaron todo el invierno de 1903, esperando que la primavera trajera el deshielo que les permitiera volver al mar.

Cuando la primavera empezó a dar señales y Bruce pudo volver a la mar, navegó al puerto de Buenos Aires. En Orcadas quedaron 6 de sus hombres, al mando del meteorólogo Robert Mossman. Ellos se encargarían de mantener las instalaciones y sostener las observaciones.

Bruce llegó a Buenos Aires en el Scotia en diciembre de 1903. Estaba preocupado por la continuidad de las observaciones y además, según las memorias que el propio Bruce escribió, estaba convencido de que la soberanía de ese lugar no debía ser británica. Así que pensó en hacerle una propuesta al gobierno argentino.

Una oportunidad histórica

Se comunicó con el entonces director de la Oficina Meteorológica Argentina, Walterio Davis, y le propuso que nuestro país tomara posesión de las instalaciones en Orcadas: la Omond House, el depósito de instrumental y los aparatos de observación. Todo por cinco mil pesos moneda nacional.

Argentina ya había participado de varias expediciones antárticas y había decidido instalar un observatorio meteorológico en la isla del Año Nuevo, cerca de la costa norte de la isla de los Estados. Pero esta era una magnífica oportunidad para establecer el país definitivamente en aquel rincón del planeta.

Davis entendía la importancia de las observaciones meteorológicas, y la ventaja estratégica que le daría al país poseer una instalación permanente. Así que se comunicó con las autoridades del gobierno nacional. El Ministerio de Agricultura, Carlos Ibarguren, y el entonces presidente Julio Argentino Roca. La propuesta fue aceptada inmediatamente.

“En cuanto me enteré de la propuesta del señor Bruce percibí la importancia que tendría para la Argentina, no solo el interés científico, sino también político, práctico, el establecimiento permanente de una instalación oficial del gobierno en lo que entonces se llamaban mares australes de la República, hoy Antártida; era un primer paso; tornaríamos así en efectiva la posición de lo que era y es parte integrante de nuestro país", escribió Carlos Ibarguren, en su libro La Historia que he vivido.

La operación se hizo oficial en el decreto con fecha 2 de enero de 1904, que fue publicado en el Boletín Oficial del 05 de enero de 1904. Solo faltaba instalarse allí.

22 de febrero de 1904: “ya estamos en nuestra propia casa”

El 21 de enero el Scotia partió nuevamente hacia Orcadas. A bordo iban tres argentinos, que tomarían posesión de la base: Edgard Szumla, de la oficina meteorológica; Luciano Valette, de la oficina de zoología; y Hugo Alberto Acuña, el primer estafeta postal del Correo Argentino.

El Scotia llegó a Orcadas el 14 de febrero. Bruce, por su parte, recogería a sus hombres para seguir con su expedición original. Excepto a Mossman, que se quedaría en Orcadas un año más.

En su libreta de viaje, Acuña escribió: "A pesar del frío, vestimos traje de paseo, como en Buenos Aires. Hay 5 grados bajo cero. La bandera asciende en el modesto mástil y comienza a flamear. Ya tenemos listo el pabellón azul y blanco. Ya estamos en nuestra propia casa."

Sus apuntes de viaje plasman las vicisitudes que atravesaron, las inclemencias de aquel territorio y el sentimiento sobrecogedor que muchas veces los invadía.

"El 8 de marzo de 1904 el despertar fue un poco feliz. El mar, con olas gigantescas, violentas, deshizo una barranca de nieve que había contra la cabaña. El único bote estuvo a punto de perderse. El mar también se llevó la defensa de piedra que tenía la casa. Diez días después terminamos el nuevo parapeto, hecho con grandes piedras que acarreábamos desde la montaña. Muchas veces hubo que interrumpir el trabajo por nevadas y vientos." Acuña murió el 13 de mayo de 1953.

Así comenzó esta historia, que hoy ya cuenta con 120 años e infinitos capítulos. Los protagonistas son los antárticos, los de ayer y los de hoy, que en cada campaña ponen su pasión y patriotismo para que la trama se siga escribiendo. A todos, ¡feliz día!

Referencias de la Noticia:

Fundación Marambio. Base Orcadas, Hugo Alberto Acuña

Revista Meteoros N°10. Antártida. Servicio Meteorológico Nacional.