Fotógrafo captura copos de nieve con un grado de detalle nunca visto
El científico Nathan Myhrvold ha logrado registrar las fotografías de copos de nieve más hermosas y detalladas jamás tomadas. Esto fue gracias al trabajo duro y la tecnología de punta, creada especialmente para registrar estos pequeños cristales helados.
La nieve es uno de los fenómenos meteorológicos más fascinantes, responsable de crear paisajes asombrosos y encantadores cuando las nubes se precipitan. Pero su belleza no se limita solo a los paisajes, hay una belleza que no podemos ver a simple vista: ¡los copos de nieve!
Esta belleza difícil de ver es lo que inspiró a Nathan Myhrvold a asumir otro gran desafío: ¡capturar copos de nieve en alta resolución! Myhrvold fue director de tecnología de Microsoft durante muchos años, pero dejó su puesto en 1999. En busca de nuevos desafíos, se volcó hacia sus pasiones: la cocina y la fotografía. Incluso es coautor del libro de cocina Modernist Cuisine, un libro de 5 volúmenes sobre el arte y la ciencia de la cocina.
Myhrvold le dijo a Accuweather que su deseo de fotografiar copos de nieve comenzó cuando decidió que le gustaría fotografiar cosas comunes que la gente experimenta todos los días. Pero quería que la temática de sus fotos fueran objetos que no se pueden ver a simple vista, enfocándolos.
Sin embargo, los desafíos de fotografiar copos de nieve son complejos, al ser elementos extremadamente frágiles y diminutos: midiendo solo unos pocos milímetros de diámetro, un copo de nieve puede derretirse en segundos. Por eso Myhrvold tuvo que pensar mucho e idear una configuración tecnológica perfecta para superar todos estos desafíos.
La tecnología y la ciencia detrás de las fotografías
Después de 18 meses de arduo trabajo, Myhrvold diseñó y creó una cámara personalizada de alta resolución combinada con un microscopio que funciona en climas fríos. Para eso, tuvo que hacer una serie de adaptaciones, como, por ejemplo, colocar fibra de carbono en el marco de su microscopio, ya que el metal se expande y se contrae con la temperatura.
Para asegurarse de que las escamas no se derritieran en el portaobjetos del microscopio antes de que pudiera fotografiarlas, Myhrvold decidió usar zafiro artificial en lugar de vidrio, ya que el vidrio transmite bien el calor. Este zafiro artificial se enfrió para garantizar que los copos de nieve permanecieran intactos el mayor tiempo posible.
Incluso el esquema de iluminación con flash tuvo que adaptarse. Myhrvold optó por luces LED que parpadean solo una millonésima de segundo, lo que elimina tanto la transferencia de calor como las vibraciones, que podrían destruir la muestra o desenfocar la fotografía.
Una vez que el equipo estuvo listo, le esperaba otro desafío: encontrar el lugar correcto y capturar los copos. Para ello se instaló en balcones en Fairbanks, Alaska y Yellowknife, territorios del noroeste de Canadá, a temperaturas tan bajas como -20 ºC. Con un trozo de cartón cubierto de terciopelo, Myhrvold capturó miles de copos de nieve, pero no todos estaban en perfectas condiciones para ser fotografiados.
Luego Myhrvold analizó cada copo con una lupa, seleccionó los mejores, los capturó con un pincel pequeño y los colocó en su cámara microscópica, generando las imágenes de copos de nieve más hermosas jamás vistas.