Fuerte tormenta solar provoca auroras boreales en lugares poco frecuentes
Una fuerte tormenta solar, considerada una de las mayores de los últimos 20 años, ha provocado el fenómeno conocido como aurora boreal en varios lugares del mundo, incluso en lugares donde rara vez se produce.
Uno de los fenómenos naturales más sorprendentes que existen sin duda es la aurora boreal, principalmente porque no es común en todas partes del mundo.
Son eventos particulares que dependen de N variables y no todo el mundo tiene la suerte de verlos. Al igual que otros fenómenos de la naturaleza, las auroras boreales presentan variaciones de color e intensidad, pero... ¿qué es lo que explica este fenómeno?
El hipnótico fenómeno decoró el cielo en muchas zonas del hemisferio norte e incluso en lugares en los que raramente ocurre, como fue el caso de Europa Central y el sur de Estados Unidos. En el hemisferio sur, las auroras se observaron en lugares de la Antártida y también en Nueva Zelanda, lo que es más habitual que ocurra.
Aunque en la noche del domingo se observaron auroras, la tormenta solar de nivel moderado bautizada con el nombre de M1.7 estalló por la tarde, hacia las 15.12 hora argentina, lo que provocó la expulsión desde el Sol de mil millones de toneladas de gas magnetizado sobrecalentado, lo que los científicos denominan plasma.
Explosión solar
Antes de que se observaran auroras boreales, el 21 de abril se produjo una explosión del Sol y la Tierra se encontraba en la zona de impacto. Esta explosión liberó una fuerte eyección de masa coronal (CME) que chocó con el campo magnético de la Tierra, creando la llamada tormenta geomagnética. De hecho, la tormenta fue tan fuerte que alcanzó el nivel 4 de 5 en la escala G de meteorología espacial de la NOAA.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y también el Centro de Predicción Meteorológica Espacial (SPWC), esta tormenta geomagnética, que ya estaba siendo vigilada, llegó antes y tuvo una intensidad mayor de lo esperado. Debido a esta mayor fuerza es que fue posible observar el fenómeno en varias partes de los dos hemisferios.
La explosión fue fuerte el viernes 21, y poco después del episodio, la Fuerza Aérea estadounidense emitió un informe de fuertes ráfagas de rayos solares de Tipo II y Tipo IV, consideradas emisiones naturales de onda corta producidas por ondas de choque que llegan antes de la CME a su paso por la atmósfera solar. Cabe señalar que las velocidades de deriva en una explosión de tipo II alcanzan una velocidad de unos 580 km/s.
Los lugares que observaron tonos purpura y similares en el cielo fueron: Canadá, estados del norte y noreste de EE.UU. como Iowa, Pensilvania y Wyoming, sectores donde las auroras fueron más fuertes. Sin embargo, en lugares donde este fenómeno se produce raramente también se vieron las luces con menor intensidad, como California, Nevada, Arizona, Oklahoma, Texas y Carolina del Norte.
La tormenta solar está amainando
Esta tormenta geomagnética que generó la aurora boreal hasta en los lugares más recónditos ya está perdiendo intensidad, pero aún puede catalogarse como tormentas menores (G1) o moderadas (G2) hasta el 25 de marzo, cuando la Tierra abandone realmente la trayectoria de la CME.
Algunos expertos aprovecharon este evento para recordar el poderoso impacto de la meteorología espacial en nuestra vida cotidiana en la Tierra, ya que además de las bellas auroras boreales, también pueden registrarse consecuencias adversas como interrupciones en herramientas tecnológicas e incluso trastornos en las infraestructuras. Vale la pena recordar que en 1989, una fuerte tormenta solar provocó un apagón en Canadá, más concretamente en la provincia de Quebec.
Esta reciente tormenta solar fue considerada la más fuerte de los últimos seis años, y dado que las tormentas geomagnéticas más intensas se producen unas 100 veces en cada ciclo solar de once años, los expertos dictaminan que el pico de intensidad y ocurrencia de erupciones solares en el ciclo actual debería producirse entre 2024 y 2025, lo que significa que, a pesar del reciente episodio, la tendencia es que podrían registrarse tormentas aún más severas en los próximos años.