¡Gran hazaña! La NASA logró posar una nave sobre el asteroide Bennu
La sonda Osiris-REx se posó de manera exitosa sobre el asteroide Bennu, y tomó muestras muy valiosas que traerá para ser estudiadas en la Tierra. Lo que descubran puede llegar a reescribir los libros de historia. Mirá el paso a paso de la misión en esta nota.
La misión OSIRIS-REx (por sus siglas en inglés, (Origins Spectral Interpretation Resource Identification Security), comenzó en el año 2016 desde Florida, EE.UU., con el lanzamiento de la sonda rumbo al asteroide Bennu, y le llevó dos años recorrer la distancia que nos separa.
En diciembre de 2018 la NASA logró el primer objetivo: Bennu se convertía en el cuerpo más pequeño orbitado hasta el momento por una nave espacial humana. Allí permaneció la sonda OSIRIS-REx durante dos años, hasta que finalmente ayer, 20 de octubre de 2020, ocurrió el momento tal vez más difícil de la misión: la sonda se posó sobre la superficie del asteroide, y logró tomar muestras del polvo de la superficie, en un unos pocos segundos.
La gran hazaña
La maniobra TAG (por sus siglas de Touch And Go), consistió en el contacto breve de la sonda con la superficie de Bennu, la recolección de las muestras y posterior despegue. Para poder realizar esto OSIRIS-REx tuvo que salir de su órbita estable, luego de aproximadamente 4 horas la nave completó la maniobra "Checkpoint" (o punto de control), esto ajusta la posición y velocidad de la nave para que sea la misma que la de Bennu.
Cerca de once minutos después realizó la maniobra "Matchpoint" (o punto de encuentro), esta es para poder adquirir la misma rotación que el asteroide al tiempo de contacto. Se dio el descenso de manera exitosa y estuvo en contacto durante un lapso inferior a 16 segundos. La nave espacial aterrizó como estaba previsto en el cráter denominado Nightingale (Ruiseñor), un área rocosa de 16 metros de diámetro en el hemisferio norte de Bennu, con abundante materia de grano fino elegido precisamente para que la muestra sea de gran calidad; pero exponiéndose al peligro de aterrizar sobre una zona escarpada rodeada de rocas del tamaño de edificios.
Sin embargo, esto no resultaba un problema grave para la nave espacial, porque porta un sistema de navegación automático (NFT), equipado con un mapa de riesgo del área que delimita las zonas de muestreo potencialmente dañinas para la sonda. Si NFT detecta que está en curso hacia una de estas zonas peligrosas, la nave se recalibrará una vez que alcance una altitud de 5 metros.
Tomado la muestra
A través de una botella de nitrógeno presurizado, que ayuda a perturbar la superficie para tomar las muestras de rocas y polvo del asteroide, OSIRIS-REx se llevó de Bennu al menos 60 gramos de su material rocoso, y lo traerá a la Tierra para ser estudiado. Será el mayor retorno de muestras del espacio desde el programa Apolo.
Los científicos han desarrollado dos métodos para verificar que la toma de muestras se ha dado de forma efectiva. Por un lado el jueves 22 de octubre, la cámara SamCam de OSIRIS-REx tomará imágenes de la cabeza del TAGSAM para verificar que contenga material de la superficie de Bennu. Además, dos días después la nave realizará una maniobra de giro para determinar la masa del material recolectado.
Si estas mediciones indican el éxito, entonces se pasará con satisfacción al siguiente paso que consiste en colocar la muestra en la “cápsula de retorno de muestras” (SRC, por sus siglas en inglés), para su devolución a la Tierra. En caso contrario, la gerente de operaciones de la misión OSIRIS-REx, Nayi Castro, explica que "la nave tiene la posibilidad de volver a repetir la operación de recolección en dos oportunidades más, dentro de un par de meses y en otra región". La sonda tiene programado partir de la órbita de Bennu en 2021 y entregar la muestra recolectada a la Tierra el 24 de septiembre de 2023.
¿Por qué el interés en Bennu?
Es la primera vez que la NASA toma muestras de un asteroide, que serán traídas de vuelta a la Tierra para su estudio. Con esta misión buscan poder ayudar a responder a aquellas preguntas básicas de la ciencia como: la génesis del Sistema Solar, la formación de los distintos cuerpos celestes que lo habitan, y por supuesto cómo se originó la vida en nuestro planeta.
Bennu se encuentra actualmente a 321 millones de kilómetros de la Tierra, tiene un tamaño de 492 metros de diámetro y un campo gravitatorio débil, es un asteroide de los clasificados como cercanos a la Tierra y dentro del grupo de los “primitivos”, su composición es rica en carbón, por eso este es un muy buen sitio para buscar todas esas respuestas. Bennu apodado “el asteroide de la muerte”, es particular ya que tiene 1 probabilidad entre 2700 de impactar contra nuestro planeta a finales del siglo XXII.
Una de las principales preguntas que los científicos quieren resolver analizando estas muestras es la de entender la distribución molecular de aminoácidos, y entender si hay alguna correlación entre los aminoácidos que producen vida y los que están en este asteroide; “esto podría resultar un impacto muy profundo para la humanidad y podría reescribir los libros de historia”, afirma el astroquímico José Carlos Aponte, del Centro de Vuelo Espacial Goddard en un reporte para la NASA.