Hormigas vs. humanos: ¿quién supera el desafío de la inteligencia grupal?
Un equipo de científicos realizó un experimento en el que participaron personas y hormigas. ¿El objetivo? Determinar quién era mejor para trabajar coordinadamente en equipo.
¿Cuántas veces te quedaste mirando a una hormiga transportando una carga gigante por la cocina como si fueran levantadoras de peso olímpicas? Sin duda, la capacidad de estos pequeños seres para mover objetos que las superan en tamaño y peso es admirable. Y no solo eso. Sabemos que también son hábiles en el trabajo de equipo cuando se quiere alcanzar el bienestar de la colonia.
Pero, ¿qué pasaría si las enfrentáramos en una competencia que evalúa trabajo en equipos contra los humanos? Esa fue la pregunta que impulsó esta curiosa investigación y que también dio mucho que pensar sobre cómo tomamos decisiones en grupo y cuánto pesa la cooperación frente a la individualidad.
El problema del piano
Investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann diseñaron un experimento inspirado en el famoso "problema del piano", un clásico de la planificación del movimiento en robótica. Este problema trata sobre cómo trasladar un objeto grande y de forma irregular –como un piano– a través de un entorno lleno de obstáculos.
Para la prueba, los científicos crearon un laberinto rectangular dividido en tres cámaras conectadas por estrechas ranuras. Participaron dos equipos: humanos y hormigas de la especie Paratrechina longicornis, conocidas como hormigas locas por sus movimientos erráticos. El objetivo era maniobrar un objeto en forma de "T" a través del laberinto.
Los humanos se dividieron en grupos pequeños (6 a 9 participantes), grandes (16 a 26) e individuos. Para las hormigas, se probaron combinaciones similares: una sola hormiga, grupos pequeños de 7 y grandes de hasta 80.
Para equiparar condiciones, los investigadores ajustaron las dimensiones del laberinto y del objeto según las proporciones de cada especie. En el caso humano, se añadieron restricciones: algunos grupos no podían hablar ni gesticular, y usaron máscaras quirúrgicas y gafas de sol para ocultar expresiones faciales, simulando la comunicación limitada de las hormigas.
Las hormigas, por su parte, fueron engañadas para participar al impregnar el objeto con atún, haciéndolas creer que estaban trasladando un alimento al nido.
Resultados: un triunfo de la colectividad
A nivel individual, los humanos demostraron una clara ventaja. Gracias a su capacidad de planificación estratégica, maniobraron el objeto con relativa facilidad. Las hormigas, en cambio, se vieron limitadas por su tamaño y habilidades cognitivas individuales.
Sin embargo, en los desafíos grupales, las hormigas dieron vuelta el marcador. En grupos grandes, mostraron una sorprendente memoria colectiva, colaborando de manera eficiente para mantener una dirección constante y evitar errores repetidos. Este nivel de cooperación las hizo superar incluso a los humanos, especialmente cuando estos enfrentaban restricciones de comunicación.
Por el contrario, los grupos humanos tuvieron dificultades para sincronizar esfuerzos y cayeron en "soluciones codiciosas" e impulsivas, estrategias que parecían convenientes a corto plazo pero que resultaban ineficaces a largo plazo. Esto se nota aún más en los grupos grandes, donde el rendimiento decae.
"La formación de grupos no ha contribuido a ampliar las capacidades cognitivas de los humanos. La famosa 'sabiduría de la multitud' no apareció en nuestros experimentos", señaló Feinerman. Los humanos en grupo se vieron limitados por su falta de coordinación, dejando en evidencia que no siempre somos tan buenos trabajando juntos como nos gustaría creer.
El experimento también destacó que, aunque solo el 1 % de las 15.000 especies de hormigas transportan cargas de forma cooperativa, su éxito radica en su cohesión social. Una colonia no compite internamente, sino que prioriza siempre el bien común.
Por otro lado, los humanos, a pesar de nuestros avances tecnológicos y habilidades cognitivas, seguimos enfrentando desafíos cuando se trata de colaboración sin una comunicación efectiva.
Referencia de la noticia:
Comparing cooperative geometric puzzle solving in ants versus humans, PNAS, 2024. Tabea Dreyer, Amir Haluts, Amos Korman, and Ofer Feinerman