Informe concluye que tres cuartas partes de la tierra del mundo se están secando con suelos más salados

Un informe científico ha concluido que el planeta se está tornando más seco con suelo más salados. Esto implica futuros cambios profundos en la capacidad de producir alimentos de manera sostenible en el tiempo. El aumento de las temperaturas acelera el problema.

Planeta más seco
Con el aumento en la proporción de tierras más secas y saladas la producción de alimentos se está tornando más compleja a nivel global. Imagen CC

En un planeta globalmente más caliente el suelo se torna más seco, y más salado. Este cambio trae ineludiblemente consecuencias para los 8.000 millones de habitantes del planeta, tal como indica Eos. Hoy casi un tercio de las personas ya viven en lugares donde el agua es cada vez más escasa y la capacidad para cultivar y criar ganado es cada vez más difícil. Este problema está alcanzando cada vez a más áreas del mundo.

El exceso de sal en los suelos ya afectan casi al 10 % de los suelos a nivel global. Un tercio de las personas hoy ya viven en zonas donde el agua es cada vez más escasa. Esto genera conflictos sociales que se acrecientan en el tiempo.


Es bastante claro al analizar datos que el cambio climático está acelerando esta tendencia
. Un nuevo trabajo de investigación ha descubierto que el calentamiento global ha hecho que el 77 % de las tierras de la Tierra sea más seca en las últimas tres décadas, al tiempo que ha aumentado rápidamente la proporción de suelos excesivamente salados.

Según un informe histórico emitido por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), las tierras áridas, o zonas donde el agua es difícil de conseguir, representan hoy más del 40 % del planeta. Este cálculo por razones obvias excluye a la Antártida. Además, otro nuevo análisis, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), arribó a la conclusión de que aproximadamente el 10 % de los suelos del mundo están afectados por el exceso de sal, y otros 2.500 millones de acres están en riesgo.

Perspectiva sombría

Un informe completo que relevado por Grist indica que estas tendencias interrelacionadas amenazan la productividad agrícola, la biodiversidad y la salud de los ecosistemas, a la vez que exacerban la inseguridad alimentaria y del agua. En conjunto, los dos informes en concreto señalan que a menos que el mundo reduzca las emisiones, estos cambios continuarán, con graves consecuencias.

Una de las conclusiones es extrema al indicar que “sin esfuerzos concertados, miles de millones de personas se enfrentan a un futuro marcado por el hambre, el desplazamiento y el declive económico”. Entre los años 1990 y 2020, el cambio climático transformó alrededor del 7,6 % de la superficie terrestre del planeta, y la mayoría de las zonas afectadas pasaron de ser paisajes húmedos a tierras secas.

Estas zonas secas se definen como áreas donde el 90 % de las precipitaciones se evaporan antes de llegar al suelo. En su conjunto, cubren una extensión geográfica mayor que Canadá, según los investigadores, y en 2020 albergaban a alrededor del 30 % de la población mundial. Eso supone un aumento de más del 7 % en las últimas décadas.

El agua como un recurso escaso

Entre las conclusiones se indica claramente que a menos que el mundo limite drásticamente las emisiones, esa proporción podría más que duplicarse para finales de siglo. Para entonces, se espera que más de dos tercios de la tierra del mundo, con excepción de Groenlandia y la Antártida, almacenen menos agua. La capacidad de almacenar agua en Groenlandia hace que su atención aumente sobre esta zona, tal como lo estamos viendo últimamente.

Declive de la producción
En algunas zonas del mundo el declive de la producción por la pérdida de calidad de los suelos hace que muchas personas terminen viviendo en entornos urbanos hacinados y en condiciones de vida muy malas. Imagen CC

Este conjunto de cambios no quedan limitados a regiones que ya se consideran secas o que se espera que experimenten desertificación. Al modelar escenarios globales de altas emisiones, los investigadores descubrieron que podrían ocurrir cambios similares en el Medio Oeste, el centro de México y el Mediterráneo, por nombrar tres ejemplos. Los investigadores no tienen ninguna expectativa de que esta tendencia se revierta.

Lo que Hannah Waterhouse, científica del suelo y el agua de la Universidad de California en Santa Cruz, y mencionada por Eos, considera "importante y desconcertante de enfatizar" es que esta expansión se produjo en condiciones que no son tan calurosas como las que se avecinan. Eso sugiere que el problema solo se intensificará y, a medida que los alimentos y el agua se vuelvan más escasos, dará lugar a problemas como conflictos generalizados.