Los desastres más raros: inundaciones de melaza, jugo y... ¡cerveza!
A veces ocurren inundaciones que serían la envidia de Willy Wonka, Homero Simpson o Hansel y Gretel. Algunas fueron extrañas, otras dejaron trágicas consecuencias.
Los desastres pueden tener un origen natural (como un terremoto o un tsunami), un origen antrópico (debido a la actividad humana, como una fuga de material radiactivo o una explosión), o ser resultante de una combinación de ambos. Pero algunos desastres han sido tan extraños que han pasado a la historia. Hoy recordaremos tres de ellos.
Surfeando las olas (de jugo)
Lebedyan es una tranquila localidad rusa de unos 20.000 habitantes. Situada a 400 km al sur de Moscú, se enorgullece de ser el lugar donde se corrió la primera competencia hípica en Rusia, su Sociedad Rural tuvo un papel fundamental en la reforma emancipadora de 1861 (donde se liberó de la servidumbre a los campesinos), y por ser el centro de las operaciones de PepsiCo en el país.
Pero esta ciudad también se destaca por ser la única ciudad en el mundo que se inundó con ¡jugos!
El 25 de abril de 2017, el derrumbe del techo de un depósito de PepsiCo causó heridas leves a dos personas, pero inundó las calles de Lebedyan con 28 millones de litros de coloridos jugos de ananá, mandarina, granada, cereza, naranja, tomate y zanahoria. Estos ríos dulces, serpentearon casas, autos y personas, en medio de un caos generalizado. Además, esas casi 11 piscinas olímpicas de jugos fluyeron hacia el río Don, uno de los más largos de Rusia, y hubo temor de que sus aguas fueran contaminadas.
Afortunadamente no se encontraron impactos negativos de esta extraña inundación en los ecosistemas del río Don.
Marea dulce, pegajosa... y mortal
El 15 de enero de 1919 amaneció menos frío que lo habitual en Boston, y sin nubes que hicieran presagiar la inundación que causaría un desastre ese mismo día.
La melaza o miel de caña, es un endulzante que se utilizaba entonces para producir etanol, bebidas alcohólicas, municiones e inclusive como endulzante para consumo humano. La empresa Purity Distilling Company, era una de las mayores productoras estadounidenses, contando en su planta de Boston con varios tanques, el mayor con capacidad de almacenar hasta 9 millones de litros de melaza.
En horas del mediodía y por deficiencias estructurales, colapsó el tanque mayor, generando una ola de melaza de dos a cuatro metros de altura, que al desplazarse a más de 50 km/h provocó una rotura en cadena de otros tanques. La presión ejercida por la ola fue tan potente, que rompió las vigas del metro elevado de Boston.
El temblor del piso hizo pensar a muchos que estaban experimentando un terremoto. Automóviles, caballos y peatones fueron arrastrados por el líquido pegajoso y muchas viviendas y edificios terminaron anegados con melaza, bajo una capa de 50 cm a 1 m de altura.
Los rescatistas veían obstaculizado su trabajo ya que, si se detenían por un minuto, quedaban pegados al suelo. Las aguas de la bahía y muchas partes de Boston, quedaron teñidas de marrón por varios meses.
Tsunami de cerveza
Una de las inundaciones más raras de la historia ocurrió el 17 de octubre de 1814.
Una cervecería en Londres, tenía varios toneles de fermentación de madera, entre ellos uno de casi 7 m de alto, sostenido por anillos de hierro macizo. La presión interior hizo que cediera uno de esos anillos, y esa cuba que contenía unos 600.000 lt. de cerveza estallara con tal fuerza que derrumbó una pared de la cervecería.
Se generó una reacción en cadena con las otras cubas, que al destruirse liberaron en total más de 1.5 millones de litros de cerveza. Esto causó una marea de alcohol y escombros de hasta 4 m de altura, que en cuestión de minutos llegó a la calle e inundó los sótanos de dos casas, las que colapsaron. Algunas personas quedaron atrapadas entre los escombros, y otras ahogadas en los sótanos.
A raíz de este accidente, la industria cervecera gradualmente dejó de usar madera para las tinas de fermentación.