La ambición espacial de la humanidad contamina cada vez más la atmósfera terrestre
Las distintas capas de la atmósfera están cada vez más contaminadas, en gran parte debido a la ambición espacial humana.
La atmósfera terrestre es una capa fundamental para la supervivencia de los seres vivos en la superficie. Además del efecto protector, también evita variaciones importantes de temperatura entre el día y la noche, que serían insoportables para los humanos. De las 5 capas que forman la atmósfera terrestre, la estratosfera es una de las más importantes ya que alberga la famosa capa de ozono.
Un nuevo estudio indica que también es una de las capas más contaminadas, ya que los objetos que son enviados al espacio y luego caen de regreso a la Tierra van dejando una gran huella de restos metálicos de diversos tamaños. Cada año caen entre 200 y 300 satélites o sondas enviadas al espacio por el hombre, a pesar de que la mayoría de los objetos tienen una esperanza de vida del orden de cientos de años.
Cuando estos objetos reingresan a la atmósfera, el paso por las altas temperaturas que se dan en la parte superior de la estratosfera no es suficiente para que las partículas metálicas se vaporicen y desaparezcan. Por tanto, se sabe que aproximadamente el 10 % de las partículas de aerosoles de la estratosfera están contaminadas con metales utilizados en la construcción de vehículos espaciales.
Método de estudio y resultados
Los científicos responsables de este estudio sólo pudieron recopilar datos de dos formas: ya sea mediante el uso de satélites o de aviones específicamente preparados para volar a gran altura. Fueron precisamente los datos recopilados por un tipo específico de avión los que sorprendieron a los investigadores. Además de lo que se esperaba encontrar, como ácido sulfúrico y metales relacionados con el polvo cósmico que bombardea constantemente la atmósfera terrestre, se encontraron elementos como niobio y hafnio.
Como estos elementos no están presentes de forma natural en los meteoros que atraviesan el espacio, se comprobó que los satélites que llegan al final de su vida útil y vuelven a entrar en la atmósfera terrestre sufren una rápida caída y la fricción creada hace que parte de la estructura se convierta en vapor y acabe condensándose en otras partículas atmosféricas. Además de los elementos identificados anteriormente, también se registraron cantidades anormalmente elevadas de litio, cobre, plomo y aluminio, muy superiores a las que se registran cuando pasan meteoritos.
Se sabe que en la próxima década el número de satélites en órbita podría triplicarse y si eso sucede, las partículas contaminadas serán mucho más representativas. Esto puede afectar de alguna manera la capacidad de difusión y absorción que son características de la estratosfera. Además, podría tener consecuencias aún no cuantificadas en la vida terrestre.
Por último, está la importancia de concienciar a la población sobre la protección de la estratosfera, ya que hasta hace poco se creía que era un espacio aún poco manchado por la contaminación humana.