La apertura del “agujero de ozono”, retrasada por un extraño vórtice polar
Con la llegada de la primavera, comienza a formarse el llamado “agujero de ozono” sobre la Antártida. Extraños eventos de calentamiento y un curioso vórtice polar, están retrasando su llegada.
El ozono es un gas que forma una capa en la estratosfera, la segunda de las cinco capas de la atmósfera, que comienza a unos 10-16 kilómetros sobre la superficie terrestre, dependiendo de la latitud, y se extiende hasta una altitud de unos 50 kilómetros. Esa capa, que reúne el 90 % del ozono presente en la atmósfera, absorbe del 97 al 99 % de la nociva radiación solar ultravioleta, protegiendo la vida en la Tierra.
Todos los años se produce un debilitamiento en la concentración del ozono en esa capa, (mal) llamado “agujero de ozono antártico”. Ese debilitamiento ocurre durante la primavera del hemisferio sur, que dura de septiembre a noviembre. Los registros que se remontan a 1979 indican que la capa de ozono sobre el Polo Sur generalmente comienza a desintegrarse a principios de agosto, pero el evento de este año parece haberse retrasado.
Protegiendo lo que nos protege
El protocolo de Montreal y la prohibición de las sustancias que agotan la capa de ozono ha abordado la causa principal del agujero de la capa de ozono, evitando que empeore. Sin embargo y por una cuestión de inercia, pasarán décadas antes de que esas substancias dejen de afectar la concentración del ozono estratosférico. Es por este motivo que se espera una lenta recuperación del ozono a sus valores normales, en aproximadamente cuatro décadas.
Mientras tanto, el tamaño y el comportamiento del agujero de ozono se verán influenciados por la variabilidad meteorológica, las fuentes antropogénicas (como los CFC) y naturales (como el humo de los incendios forestales, el vapor de agua y el dióxido de azufre de los volcanes) de agotamiento del ozono estratosférico y los impactos del cambio climático.
Así como un período de clima más frío de lo habitual no revela tendencias climáticas a largo plazo, un inicio lento de un agujero de ozono no puede atribuirse automáticamente a una recuperación de la capa de ozono.
Debilitamiento estacional de la capa de ozono
Son varios los factores que influyen en el proceso de agotamiento de la capa de ozono. Unos lo son a largo plazo, como las sustancias que destruyen la capa de ozono; otros son estacionales, como la variación en la radiación solar; mientras que otros son circunstanciales, como las temperaturas extremadamente bajas dentro de un fuerte vórtice polar o la presencia de nubes estratosféricas polares.
Con la llegada de la primavera austral, también aumenta la radiación solar y comienza el proceso de agotamiento estacional de la capa de ozono. Esto se produce generalmente en un cinturón alrededor del borde del vórtice, para luego transformarse en un “agujero” de ozono, como observamos todos los años a medida que avanza la primavera.
Y a medida que las temperaturas aumentan progresivamente durante el verano austral, el agujero de ozono desaparece, generalmente durante diciembre.
Las temperaturas extremadamente frías de la noche polar favorecen el desarrollo de nubes estratosféricas polares que desencadenan reacciones químicas heterogéneas que conducen al agotamiento de la capa de ozono. Cuando el vórtice polar es fuerte, lo que implica que las temperaturas son extremadamente frías y los vientos intensos, se crea y aísla un área con sustancias que acumulan ozono.
Calentamiento súbito estratosférico
Como hemos visto, el debilitamiento de la capa de ozono comienza habitual y progresivamente durante el mes de agosto. Sin embargo, en 2024, el agujero de ozono no se desarrolló hasta finales de mes, según informó el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera Copernicus, un organismo de la Unión Europea que proporciona análisis y pronósticos diarios sobre la atmósfera terrestre.
De acuerdo con Copernicus, este retraso se debe a dos episodios de calentamiento que deformaron el vórtice polar antártico durante el invierno austral. En julio y agosto de 2024, las temperaturas en la estratosfera aumentaron 15 ºC y 17 ºC respectivamente, debilitando el vórtice polar, y con temperaturas más altas y vientos más lentos de lo habitual en la estratosfera, el proceso de agotamiento del ozono es más débil. Los eventos repentinos de calentamiento estratosférico son más comunes sobre el Polo Norte, pero raros en el Polo sur.
Si bien no está claro lo que causó estos dos eventos de calentamiento, los científicos observaron un clima muy inusual en la troposfera (la primera capa de la atmósfera) sobre la Antártida en julio, con temperaturas que alcanzaron niveles récord. Las variaciones en las temperaturas de la superficie del mar y el hielo marino pueden propagarse a la estratosfera, pero la atribución de por qué se desarrollan estos sistemas es muy difícil de hacer.
Esos eventos de calentamiento polar estratosférico súbito fueron además, los responsables de notorias irrupciones de aire frío polar en Sudamérica, Sudáfrica y Australia, como así también favorecieron valores anómalos de temperaturas cálidas en el hemisferio sur.
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