La concentración de dióxido de carbono sigue en aumento
La concentración de CO2 que tiene la atmósfera actual no fue experimentada por ningún ser humano en toda su historia. Los valores superan ampliamente a los registrados en períodos glaciares.
El clima de la Tierra que cambiado a través de su historia. En los últimos 650 mil años ha tenido siete ciclos de avance y retroceso glaciar. La última era glaciar terminó abruptamente hace unos 7000 años. Esto dio comienzo a la era climática moderna, permitiendo el avance de la civilización humana. Todos estos cambios se atribuyen a pequeños cambios en la órbita terrestre que cambió la cantidad de radiación que recibía el planeta.
Pero en la actualidad, los cambios en el clima terrestre no se explican por esas causas, y están íntimamente relacionados con el ser humano y sus actividades. El gráfico que inicia la nota nos muestra una reconstrucción de la concentración de dióxido de carbono desde hace 400 mil años hasta la actualidad. Este gas es muy necesario porque permite que quede atrapado calor en nuestra atmósfera haciendo posible la vida. Pero en mayores concentraciones su efecto es perjudicial porque incentiva el calentamiento de la atmósfera y los mares.
El gráfico generado por Global Climate Change de NASA logra esta reconstrucción mediante el análisis de muestras atmosféricas contenidas en núcleos de hielo y mediciones directas más recientes. Científicos de todo el mundo que conforman el Panel Intergubernamental de Cambio Climático concluyen que la evidencia científica sobre el calentamiento global es inequívoca.
Relación directa entre CO2 y temperatura
Volviendo al gráfico inicial, podemos observar que la curva de dióxido de carbono ha tenido oscilaciones a lo largo de los últimos 400 milenios, pero no ha parado de ascender desde la revolución industrial. El valor de 1950 es clave porque desde ahí en adelante siempre se ha mantenido por encima de las concentraciones de los anteriores 650 mil años, yendo incluso más atrás de lo que vemos en ese gráfico.
Es importante tener en cuenta que hay una relación directa entre la concentración de dióxido de carbono y la temperatura global, por lo que su concentración atmosférica es un dato sumamente relevante. La gran mayoría de la comunidad científica coincide en que al menos un 95 % del calentamiento actual está relacionado con el ser humano, especialmente desde mediados del siglo anterior, y con una aceleración notable en los últimos 30 años.
Puesto en números, este proceso se ha traducido en un incremento de la temperatura de 0,9°C desde 1880, pero con sectores del Ártico que han experimentado calentamientos casi 4°C por encima del promedio, especialmente en las últimas 3 décadas. El nivel promedio de mar ha ido en aumento a una tasa de 3,3 milímetros anuales. Gran parte de este calor excedente está siendo absorbido por los océanos.
Verano 2018 el más caluroso en Europa
Reciéntemente se han conocido conclusiones del informe European State of the Climate 2018 en las que se estableció que ese año resultó uno de los tres más calurosos para el viejo continente. A eso se le puede sumar que durante el invierno se reportaron temperaturas que quebraron récords en países como el Reino Unido, Francia o España.
El verano de 2018 ha sido el más caluroso desde que se tienen registros con temperaturas 1,3°C por encima de los valores normales. Las temperaturas primaverales se ubicaron notoriamente por encima del valor climático, especialmente en el norte de Europa.
El informe concluye que las temperaturas en Europa muestran una clara tendencia de calentamiento en la cuatro últimas décadas. SI bien 2018 fue uno de los años más calurosos, los otros dos que lo acompañan en el podio son los cercanos 2014 y 2015. Y a la luz de lo registrado a nivel global en el primer trimestre de 2019, es probable que este año se encamine a ubicarse dentro de la tendencia de los últimos 30 años.