La disminución de nieve en los Alpes no tiene precedente en 6 siglos
Datos obtenidos por observaciones y el análisis de anillos en altas elevaciones en los Alpes han permitido determinar que la disminución de nieve no tiene precedentes en 600 años. La cubierta de nieve se ha retraído un 5,6 % por década.
La capa de nieve en las regiones de latitud y altitud elevadas tiene fuertes efectos sobre el clima de la Tierra, los procesos medioambientales y las actividades socioeconómicas. El resultado de una investigación recientemente publicada por Nature concluye que en los últimos 50 años, los Alpes han experimentado una reducción del 5,6% por década en la duración de la cubierta de nieve, lo que ya afecta a una región donde la economía y la cultura giran, en gran medida, en torno al invierno.
En el trabajo se presentaron las pruebas obtenidas a partir de 572 series de anchura de anillos extraídas de un arbusto postrado (Juniperus communis L.) que crece a gran altitud en Val Ventina, Italia. Estos registros de anchura de anillos muestran que la duración de la cobertura nival actual es 36 días más corta que la media a largo plazo, un descenso sin precedentes en los últimos seis siglos.
Estos resultados ponen de relieve la urgente necesidad de desarrollar estrategias de adaptación para algunos de los sectores medioambientales y socioeconómicos más sensibles de esta región, que también juega un papel fundamental en el centro de Europa. El informe señala que la capa de nieve domina los ciclos hidrológicos y el clima de las regiones de gran altitud y latitud, y representa la interfaz clave entre la atmósfera y el suelo. La nieve influye en el balance energético de la superficie alterando el albedo y la emisividad y, junto con sus propiedades de aislamiento térmico y la aportación de agua de deshielo, puede afectar sustancialmente a los glaciares y al permafrost, con una gran influencia en el clima de la Tierra.
La importancia del manto de nieve
El manto nivoso también actúa como depósito de agua superficial, determinando el momento de la escorrentía que satisface la demanda de agua humana y del medio ambiente aguas abajo. Los Alpes son la cadena montañosa que más agua suministra en Europa, siendo las principales cuencas de drenaje del Danubio, el Rin, el Ródano y el Po, y la cuenca del Po, en el lado sur de los Alpes, considerada la segunda zona más sensible, después de la cuenca del Ródano, cuando se considera la intersección entre el suministro y la demanda de agua para fines agrícolas, industriales y domésticos.
Se reconoce que estos entornos montañosos están en peligro por la actual crisis climática y que probablemente se enfrentarán a cambios drásticos en el futuro, con repercusiones en cascada no sólo en las zonas de gran altitud, sino también en las regiones situadas aguas abajo. Algunas especies dependientes de la nieve o adaptadas al frío se enfrentan a una disminución de su abundancia o a una reducción de su capacidad reproductiva, mientras que el turismo de invierno y las actividades recreativas relacionadas se han visto negativamente afectadas por la reducción espacial y temporal de la capa de nieve.
En los Alpes, la profundidad media de la nieve estacional (noviembre-mayo), registrada en varios centenares de observaciones de la profundidad de la nieve en el lugar, experimentó un descenso del 8,4% por década entre 1971 y 2019, con una reducción paralela del 5,6% por década en la duración del manto nivoso. Para comprender a fondo la inusual dinámica reciente de la cubierta de nieve y los procesos asociados, y cómo se verán influidos por el cambio climático actual y futuro, es crucial disponer de información sobre observaciones fiables a largo plazo. Los Alpes son una región montañosa con una de las tradiciones más largas en la recopilación de registros meteorológicos.
Seis siglos de datos
En esta gran cordillera europea existen varias series instrumentales de presión, temperatura y precipitación que se remontan a mediados del siglo XVIII. Estos valiosos registros, junto con la abundancia de especies arbóreas longevas que crecen a gran altitud, condujeron al desarrollo de varias reconstrucciones climáticas de anillos de árboles resueltas anualmente, calibradas y verificadas de forma independiente con datos instrumentales objetivo durante periodos excepcionalmente largos.
Se logró una reconstrucción de la duración del manto nivoso de 600 años basada en 572 series individuales de anillos de los Alpes meridionales. El registro se desarrolló a lo largo de 5 años utilizando arbustos vivos y relictos de enebro común (Juniperus communis L.) de un lugar de gran altitud (más de 2.000 metros). A diferencia de los árboles, que gracias a su típico crecimiento erecto suelen estar estrechamente ligados a las condiciones atmosféricas libres imperantes, los arbustos postrados carecen de una forma de vida erecta. Este hábito, habitual en enebros que crecen a gran altitud impide la mayor parte de las actividades fisiológicas y el inicio del crecimiento mientras el arbusto se encuentre bajo la capa de nieve.
Este atributo, unido a su alta longevidad, convierte la anchura del anillo del enebro común en un indicador potencial de la duración de la cubierta de nieve en los Alpes. La duración del manto nivoso se estimó durante la estación nival considerando dos componentes clave: un término positivo relacionado con la cantidad de precipitación sólida y uno negativo debido al proceso de fusión y ablación del manto nivoso superficial relacionado principalmente con la temperatura. La reconstrucción final de la duración del manto nivoso, calibrada a partir de la duración anual (octubre-septiembre) modelizada del manto nivoso abarca el periodo 1400-2018 y presenta una estabilidad temporal significativa.