La falta de vuelos trae problemas para el pronóstico
Los efectos secundarios del COVID-19 ya están presentes. La disminución en la cantidad de vuelos puede degradar la calidad de los pronósticos del tiempo en las próximas semanas.
Probablemente no conocías este dato, pero los aviones, además de ser uno de los medios de transporte más seguros del mundo, también son una herramienta fundamental para hacer mediciones meteorológicas. En cada uno de sus viajes informan a los distintos servicios meteorológicos los datos de la atmósfera, tanto en el despegue y aterrizaje, como durante el vuelo.
En un día normal, se reciben alrededor de 230.000 observaciones, entre los que se incluye la temperatura, la humedad y el viento. Pero el coronavirus COVID-19 cambió drásticamente el volumen de los viajes, y por lo tanto, de los datos disponibles. Para el 23 de marzo en Europa hubo una reducción del 65% en los informes recibidos de aeronaves, en comparación con el 3 de marzo. A nivel mundial, esa reducción fue de alrededor del 42% y se espera que ese número se incremente en las próximas semanas.
La importancia de estos datos está en que alimentan a los modelos de pronóstico numérico, sobre los cuales se construyen los pronósticos meteorológicos. La función de las observaciones meteorológicas es darle a los modelos numéricos las indicaciones desde donde partir a calcular la evolución de la atmósfera. Cuanto más datos se incorporen, menos suposiciones se harán en la elaboración del pronóstico y mejor será el resultado.
Juntando datos
Las mediciones realizadas con aeronaves son importantes, pero no son las únicas herramientas para obtener datos. Según la Organización Meteorológica Mundial sobre tierra existen alrededor de 10.000 estaciones meteorológicas, automáticas o dotadas de personal, que envían datos continuamente. Además hay 1.000 estaciones en altitud (en terreno elevado) y cientos de radares meteorológicos para asegurar la mayor cobertura en continente.
También es necesario tener información la atmósfera sobre el océano, y gran cantidad de los datos son obtenidos a partir de 7.000 buques, 100 boyas fondeadas y 1.000 boyas que se encuentran a la deriva. Y para aquellos lugares donde el acceso es casi imposible, o las mediciones in situ resultan muy esporádicas, hay más de 60 satélites en el espacio, que de forma remota realizan mediciones que se incorporan a la red mundial de observaciones meteorológicas e hidrológicas.
Aun con todas estas mediciones, no contar con los datos de los aviones lleva a una degradación significativa de los pronósticos, ya que se pierden gran cantidad de los datos de la atmósfera en altura. En 2019, el Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos de Mediano Alcance (ECMWF) realizó una prueba: una serie de pronósticos sin usar informes de aeronaves (pero con todos los demás datos) para estimar el estado del sistema de la Tierra, en comparación con el uso de todos los datos (es decir, incluidos los informes de aeronaves).
Los resultados indicaron que eliminar todos los datos de aviones degrada los pronósticos de viento y temperatura de corto alcance en los niveles vuelo hasta en un 15%, con degradaciones significativas en todos los rangos de pronóstico. También encontraron que hay un impacto menor, pero aún estadísticamente significativo, en los pronósticos cercanos a la superficie, especialmente en el de la presión superficial .