La "nieve salada" trae esperanza en la Laguna Epecuén
Las costas presentan una acumulación de cristales de sulfato de sodio que aparenta ser nieve. El fenómeno químico vuelve a ser recurrente en estos últimos años tras varias décadas y da indicio de la recuperación del equilibrio natural de la laguna.
Por estos fríos días de julio los turistas llegan a la laguna de Epecuén y no pueden evitar la tentación de hacer muñecos… no serán de nieve pero se les parece mucho. Es que las costas se han vuelto a llenar de sal dejando postales de un paisaje tan espectacular como cautivante.
Se trata de un fenómeno químico que no se dio durante más de tres décadas y que en los últimos años volvió a suceder, en 2012 y 2016. En este invierno nuevamente vuelve a producirse favorecido por las bajas temperaturas y heladas que vienen registrándose en la región.
La palabra de un especialista
Gastón Partarrieu, director del Museo Dr. Adolfo Alsina, explicó que “la laguna de Epecuén es una salina húmeda, con mucha cantidad de sales disueltas, lo que la diferencia de otras salinas que están siempre secas”.
“Cuando la temperatura desciende de forma brusca, como suele suceder con las heladas a partir de junio y hasta agosto, el agua de la laguna se enfría de golpe y esa sal se precipita hacia el fondo en forma de cristales que luego son arrastrados por el oleaje y el viento hasta la costa”, contó.
Allí se acumula y permanece durante unos meses. “A partir de agosto o septiembre el sol y las lluvias comienzan a lavar las sales y a disolverla nuevamente en el agua”, dijo.
La histórica inundación de 1985
El fenómeno da cuenta de un retorno al equilibrio natural que había perdido la laguna hace muchos años, principalmente por el agua dulce producto de las históricas inundaciones de la década del ´80 en la región.
La laguna es un espejo de agua perteneciente a la cuenca endorreica del sistema de las Encadenadas del Oeste, en el interior de la Provincia de Buenos Aires. Es la sexta y última de las lagunas del mencionado sistema, así como la más extensa en superficie.
Ha sido históricamente conocida por tener supuestos efectos curativos para varias enfermedades y por su desborde el 10 de noviembre de 1985, inundando completamente a la localidad de Villa Epecuén, la cual se encontraba en sus costas. Fue, por su posición extrema en el área más baja de la depresión natural de la cuenca, la receptora final de los excesos de agua desbordados de los arroyos y de toda la cadena lagunar. De esta forma, quedó sumergida la ciudad de Villa Lago Epecuén, al deteriorarse los diques de protección construidos para situaciones de emergencia.
Por estos días, no faltan quienes se llevan bolsitas de este sulfato para colocar en las bañeras de sus casas y darse baños termales como hacían sus abuelos o como se hace hoy en los hoteles de Carhué con el agua de las lagunas que se calienta y se utiliza como agua termal.