La Niña podría ser más débil de lo previsto en 2024, con efectos sólo para finales de año
Con el final de El Niño cada vez más cerca y La Niña mostrando sus primeros signos, las previsiones de los modelos se han ajustado y han empezado a indicar que esta La Niña probablemente no será tan intensa.
El Océano Pacífico Tropical continúa su lento proceso de transición de fase del patrón climático El Niño - Oscilación del Sur (ENOS), con la fase positiva, El Niño, casi terminando y la fase negativa, La Niña, ya mostrando signos de su formación.
El Niño, después de varias semanas en proceso de debilitamiento, está finalmente dando sus últimos coletazos, con la última anomalía semanal de la temperatura de la superficie del mar (TSM) en la región Niño 3.4, la región oficial de seguimiento del ENOS, registrando +0,5 °C, un valor considerado el umbral de El Niño, por debajo del cual (y por encima de -0,5 °C) consideramos que el ENOS se encuentra en fase neutra. Así pues, en las próximas semanas, El Niño habrá terminado al menos por un buen tiempo.
Mientras tanto, en la porción más oriental del Pacífico Tropical ya se registran anomalías negativas de TSM, más cercanas a las costas de América del Sur y en un área más restringida, pero que, en cualquier caso, ya empiezan a indicar el surgimiento y desarrollo de La Niña. Las regiones Niño 1.2 y Niño 3, más cercanas a América del Sur, han registrado valores TSM negativos en los últimos días.
Sin embargo, así como El Niño ha tardado meses en esta fase final de su ciclo de vida, La Niña tardará meses en desarrollarse y consolidarse oficialmente, tomando forma recién en la segunda mitad de 2024.
¿Qué tan fuerte será la próxima La Niña?
Desde las primeras predicciones del regreso de La Niña, existían muchas incertidumbres sobre el evento, especialmente sobre su intensidad. Sin embargo, a medida que nos acercamos a su inicio, los modelos comienzan a ajustarse y converger hacia un pronóstico más preciso.
Anteriormente, muchos modelos situaban la futura La Niña con fuerte intensidad en la segunda mitad de 2024, sin embargo, con cada actualización, hemos observado que los modelos han reducido la intensidad del evento. Este es el caso del modelo climático norteamericano CFSv2.
Hace tres semanas, el modelo CFSv2 indicó que la región Niño3.4 ya tendría temperaturas por debajo del promedio de la región Niño 3.4 en mayo y a partir de entonces comenzaría un enfriamiento abrupto de las TSM, con posibilidad de alcanzar entre -1.7 y -2 ºC en octubre, y para noviembre el mes de mayor intensidad de La Niña, llegando a -2 ºC, catalogando al evento como La Niña fuerte.
Sin embargo, el pronóstico CFSv2 más reciente, del 6 de mayo, muestra un pronóstico menos impactante en relación con las temperaturas en la región del Niño3.4. Para el mes de mayo la previsión es que las temperaturas se sitúen en torno a la media y el pico de intensidad de La Niña se produciría antes y con menor intensidad, cercano al mes de octubre y con una anomalía en torno a los -1,5 ºC. Esto indica que La Niña tendrá, como mucho, una intensidad moderada y sus impactos más significativos en el clima solo se producirán en los últimos meses de 2024.
La última pluma de modelos del IRI (International Research Institute for Climate and Society) también muestra varios otros modelos que predicen una La Niña con una intensidad máxima superior a -1,5 ºC, con los promedios de los modelos estadísticos, dinámicos y de consenso del CPC muy por encima de este umbral durante el pico de intensidad máxima del evento en los últimos tres meses de 2024. Estos resultados también sugieren que La Niña será de intensidad débil a moderada.