La paradoja del jabalí: resuelven el misterio sobre la radiactividad de los cerdos salvajes de Alemania
Los cerdos salvajes o jabalíes son animales muy populares en muchas regiones del mundo, pero los de Alemania intrigan a los científicos desde hace décadas debido a una inquietante razón: son radiactivos.
Por décadas, los investigadores alemanes se enfrentaron a un misterio desconcertante: uno de cada 3 cerdos salvajes de Baviera está contaminado con radiación. Pero, ¿por qué estos animales muestran persistentemente niveles elevados de isótopos radiactivos? Ahora, tras un largo camino de estudios y experimentos, creen tener las respuestas.
Durante muchos años, se creyó que los altos niveles de radiación en estos credos eran el resultado del accidente nuclear de Chernóbil en 1986. Sin embargo, un estudio publicado recientemente revela que la verdadera causa de la radioactividad es mucho más antigua.
Científicos del Instituto Max Planck de Química encontraron que los jabalíes están contaminados con un isótopo radioactivo que se produce en las pruebas nucleares. Descubrieron que los niveles de cesio-135 en los cerdos salvajes son similares a los que se registraron en Alemania durante las pruebas nucleares que se llevaron a cabo en la década de 1960, casi 30 años antes de que se registrara el accidente nuclear.
Chernobyl
Luego de la explosión de la central ucraniana, los vientos predominantes y los patrones atmosféricos provocaron una lluvia radiactiva del isótopo cesio-137 que se desplazó varios cientos de kilómetros por Europa.
Durante muchos años se consideró que, además de los cerdos, muchos animales salvajes europeos estaban contaminados por esa lluvia. Sin embargo, a medida que el cesio-137 de Chernobyl se dispersó con el tiempo, los niveles de radiación de la mayoría de los animales dentro de la zona de lluvia masiva cayeron a niveles menos peligrosos.
Curiosamente eso no pasó con los jabalíes. Este misterio se denominó “la paradoja del jabalí”. Las muestras de estómago y tejido de los verracos que los investigadores analizaron continuaron mostrando niveles peligrosos de isótopos radiactivos, pero del cesio-135.
Alimentos
Luego de varias investigaciones, los científicos han podido vincular de manera concluyente la excesiva radioactividad de los jabalíes con su dieta. Resulta que los jabalíes se vuelven locos por un determinado tipo de trufa (confían en ella como fuente importante de alimento en determinadas épocas del año) y esa trufa tiende a absorber altos niveles de cesio radiactivo del ambiente.
Resulta que las trufas, y por tanto los jabalíes, también tenían elevadas proporciones de cesio-135, otro isótopo, que es mucho más duradero que el cesio-137 procedente de Chernóbil. Este elemento radiactivo cesio-135 fue el resultado de años de pruebas de armas nucleares en el siglo XX
Los jabalíes son animales omnívoros, y se alimentan de una gran variedad de alimentos, incluyendo plantas, frutas, raíces, insectos, pequeños animales y carroña. Son animales muy adaptables, y pueden vivir en una amplia gama de hábitats, incluyendo bosques, matorrales, praderas y zonas urbanas.
Radiación
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética llevaron a cabo extensivos programas de pruebas nucleares que abarcaron el aire, el espacio y el subsuelo, liberando considerables cantidades de radiación a la atmósfera.
A pesar de que los niveles de radiación en los cerdos salvajes alemanes son relativamente bajos y no representan un peligro inmediato para la salud humana, existe preocupación acerca de su potencial para transmitir radiación a aquellos que los consuman. En diversas culturas, la carne de jabalí es considerada más que un manjar y continúa siendo objeto de caza constante.
En Alemania, los cazadores que abaten un jabalí están obligados a presentarlo a las autoridades para su análisis. Con frecuencia, la carne porcina se considera demasiado radiactiva para el consumo humano y debe ser descartada. Esta situación ha provocado que muchos cazadores abandonen por completo la caza de jabalíes, generando así un nuevo problema: la proliferación de estos animales, ya considerados plagas.