La sequía agrava los incendios
Las escasas lluvias registradas en los últimos meses, sumado al importante incremento de la temperatura, la poca humedad y la intensa circulación del viento norte potenciaron el desarrollo de incendios en varios puntos del país.
Una importante porción del centro y norte de Argentina viene transitando una importante sequía desde hace varios meses. Si bien hay sectores que durante el período del invierno no reciben grandes precipitaciones, como el caso de la provincia de Córdoba, esos sectores desde fines del verano que no observan precipitaciones de importancia.
Esto fue generando una situación de sequía muy pronunciada, que fue abarcando zonas cada vez más amplias, ya que no sólo se acota a la provincia de Córdoba, sino que también se extiende a sectores de Santa Fe, Chaco, Santiago del Estero y Formosa.
Durante el mes de julio, las bajas temperaturas registradas en todo el país mantuvieron una situación de calma relativa, pero con el comienzo de agosto, el incremento de la circulación del viento norte, el aumento de las marcas térmicas y el bajo contenido de humedad en las capas bajas de la atmósfera fue la combinación perfecta para desatar una ola de incendios.
Córdoba y Santa Fe con riesgo de incendios
La zona central del país desde febrero que no registra lluvias de magnitud, todos los sistemas que fueron generándose en la región dejaron pocos milímetros y fueron de manera muy dispersa.
Sobre la provincia de Córdoba los promedios de lluvia entre los meses de marzo y abril se mantienen en un rango entre 200 y 250mm y teniendo en cuenta que este año en el mismo período las lluvias fueron prácticamente nulas, se puede presumir el estado de sequía que atraviesa la región.
En el comienzo de agosto la situación se agravó. Las temperaturas elevadas y el intenso viento del norte generaron que la poca humedad que podía llegar a concentrarse en el suelo, rápidamente se evaporara acentuando aún más la crítica situación.
En los últimos días el riesgo de incendios aumentó a niveles extremos, tanto en Córdoba como en la provincia de Santa Fe, y los focos que se desarrollaron crecieron velozmente, ya que el estado del suelo favorece la rápida combustión y la acción del viento propagó los diferentes focos.
Humo en la ciudad de Buenos Aires
La circulación del viento proveniente del norte en toda la franja central del país provocó que durante el miércoles 5 de agosto, el humo que generaron los incendios sobre el norte de la provincia de Buenos Aires sumado a los focos de incendio que estaban presentes sobre el sur de Santa Fe y zona de islas de Entre Ríos, se desplace hacia la ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En la Capital Federal, el día clave fue el miércoles, debido a que durante la jornada del jueves, el viento fue cambiando al este y sudeste, por lo que rápidamente la situación mejoró notablemente sobre el área metropolitana.
Pero no fue la única zona afectada por la presencia de humo, ya que estos incendios, y especialmente los que se desarrollaron sobre la zona de islas, están activos desde hace algunas semanas, y Rosario también fue una de las ciudades que más se vio afectada por la presencia de humo.
En Rosario fue una gran cantidad de días consecutivos que mantuvo la presencia de este fenómeno. Comenzó siendo algo muy tenue, que sólo podía observarse de manera parcial, por el cambio en la tonalidad del sol, pero a medida que transcurrieron las jornadas, la situación se fue agravando de manera significativa, no solo por la presencia en el cielo, sino también por su olor y reducción de la visibilidad.
El noreste y la seca
El NEA también está comprometido por la falta de agua y las elevadas temperaturas. Al igual que la zona central, las lluvias de magnitud se cortaron en el mes de febrero, lo que generó que entre el otoño y el invierno, las lluvias que pudieron registrarse fueron extremadamente escasas.
Como ocurre normalmente cuando la situación de sequía se agrava, los focos de incendio comienzan a aparecer. Este año ya van miles de hectáreas afectadas por la presencia de incendios, abarcando especialmente a las provincias de Chaco y Formosa que son las más afectadas por la situación.
El riesgo de incendio es uno de los factores más destacados cuando acecha la sequía, pero la agricultura, la ganadería e incluso la misma población se ve afectada desde hace meses por la falta de agua en las provincias del noreste argentino.