La soja se expande cada vez más en Sudamerica

El análisis de cartografía satelital permite indicar que el aumento de la superficie cultivada con soja ha sido sostenida en las dos últimas décadas en Sudamérica. Junto a África son las dos regiones con mayor crecimiento de superficie cultivada.

soja
La superficie cultivada con soja se ha duplicado en las últimas dos décadas sobre Sudamérica.

Una nueva cartografía por satélite de la Tierra permite visualizar una importante expansión de las tierras de cultivo durante las dos últimas décadas a nivel global. Aunque la mayoría de las regiones del mundo experimentaron un modesto aumento de la superficie dedicada a los cultivos, que refleja el aumento de la población, una región que se destacó fue Sudamérica.

De acuerdo a lo reportado por Earth Observatory de NASA, con una superficie cultivada que casi se duplicó entre 2000 y 2019, el continente tuvo el mayor aumento relativo de tierras de cultivo del mundo. A diferencia de otros lugares del mundo la correlación entre el aumento de tierras de cultivo y población no siguió la misma lógica.

"Con solo un modesto aumento de la población durante ese período de tiempo y una gran expansión de las tierras de cultivo, también fue la única región grande que vio un aumento per cápita en el área de las tierras de cultivo", señaló Peter Potapov, codirector del Laboratorio Global Land and Discovery (GLAD) en la Universidad de Maryland. Esto se debió principalmente a la rápida expansión de las tierras de cultivo en Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay, traccionadas fundamentalmente por la superficie cubierta por la soja.

Soja versus entornos naturales

Como han detallado otros proyectos GLAD, la superficie cultivada de soja en Sudamérica se ha duplicado en las dos últimas décadas. La mayoría de los nuevos cultivos de soja se encuentran en regiones de sabana y bosque seco: el Cerrado en Brasil y el Gran Chaco en Argentina, Paraguay y Bolivia. Sin embargo, algunas nuevas tierras de cultivo se han comido los bosques tropicales.

Por ejemplo, los campos de soja en la Amazonia brasileña se han multiplicado por más de 10 en dos décadas. Alrededor del 32% de los nuevos campos se plantaron entre selvas tropicales primarias, a menudo en zonas que primero habían sido despejadas para pastos de ganado. "En América del Sur, en general, no estamos viendo una expansión de las tierras de cultivo debido a la agricultura de subsistencia", dijo Xiaopeng Song, un investigador de GLAD.

Según este investigador, "se trata sobre todo de cultivos a gran escala que producen soja para alimentar a los animales con el fin de satisfacer la creciente demanda de carne en China y Europa". Este juego entre la demanda creciente, y la oferta que intenta cubrirla es lo que ha permitido que las tierras afectadas al cultivo de soja aumenten considerablemente en Sudamérica.

Más población y presión a la producción de alimentos

En el resumen del trabajo de Potapov y su grupo de trabajo se consigna que la expansión mundial de las tierras de cultivo se ha acelerado en las dos últimas décadas, con una tasa de expansión anual que casi se ha duplicado, sobre todo en África. La mitad de la nueva superficie de cultivo (49%) sustituyó a la vegetación natural y a la cubierta arbórea, lo que indica un conflicto con el objetivo de sostenibilidad de proteger los ecosistemas terrestres.

Areas de cultivo
Variación de las áreas de cultivo entre 2003 y 2019.

Entre 2003 y 2019, la superficie mundial de tierras de cultivo per cápita se redujo en un 10% debido al crecimiento de la población. Sin embargo, la producción primaria neta de las tierras de cultivo per cápita aumentó un 3,5% como resultado de la intensificación del uso de las tierras agrícolas.

La población de la Tierra creció de 6.400 millones a 7.700 millones de personas durante las dos últimas décadas. Los expertos prevén que la población mundial se acercará a los 10.000 millones en 2050. Claramente son muchas bocas nuevas que alimentar. En un mundo en el que los productores de alimentos ya se enfrentan a graves problemas - como el cambio climático, la urbanización y el desarrollo de las tierras de cultivo, y los continuos conflictos humanos-, el aumento de la población ejerce una presión adicional sobre los agricultores y los ecosistemas para producir suficientes alimentos.