La superficie de hielo en ambos polos mantiene la tendencia declinante
Sin que se hayan registrado récords, la superficie de hielo en ambos polos sigue en declinación. Con un panorama más complejo en el Ártico, la tendencia a largo plazo muestra que las áreas cubiertas son cada vez menores.
La cantidad de hielo marino alrededor de los polos de la Tierra aumenta y disminuye con las estaciones, derritiéndose durante la primavera y el verano y aumentando durante el otoño y el invierno. Es un ciclo que se repite cada año. Pero en las últimas décadas, ha habido más menguantes que crecientes. Dicho de otra forma, en gran parte del planeta la pérdida estival no se recupera con el nuevo hielo del próximo invierno.
Según un informe publicado en EarthObservatory, el hielo marino polar ha experimentado un descenso a largo plazo desde el inicio del registro por satélite en la década de 1970. El mapa principal de la nota nos muestra los máximos y mínimos en el hemisferio norte en el último ciclo.
"Los datos del Ártico 2020-2021 confirman aún más que la cobertura de hielo marino del Ártico está muy por debajo de lo que había sido en las décadas de 1970 y 1980", indicó Claire Parkinson, una científica del hielo marino en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. "Los datos de la Antártida de 2020-2021 revelan una cubierta de hielo que ha repuntado un poco desde su mínimo histórico de 2017, pero no está en absoluto cerca de volver a crecer a su cobertura de hielo mucho mayor de 2014."
El Ártico con menos hielo
La extensión del hielo marino se define como el área total en la que la concentración de hielo es de al menos el 15%. Cuando el hielo marino del Ártico alcanzó su extensión mínima el 15 de septiembre de 2020, sólo abarcaba 3,74 millones de kilómetros cuadrados lo que representó el segundo mínimo más bajo desde el inicio del registro por satélite en 1979. En las últimas décadas, las temporadas de deshielo en el Ártico se han alargado y se ha perdido gran parte del hielo más antiguo y grueso
El máximo anual de hielo de este invierno fue menos notable. El hielo se formó durante todo el otoño y el invierno y alcanzó su máximo el 21 de marzo de 2021. La extensión se midió en 14,77 millones de kilómetros cuadrados, que sin ser un récord se ubicó muy por debajo de la media de 1981-2010 de 15,64 millones de kilómetros cuadrados. El de marzo de 2021 fue el séptimo máximo de hielo ártico más bajo en los 43 años de registro por satélite.
Algunos mares marginales del Ártico se comportaron peor que otros. En el mar de Labrador, la escasa cobertura de hielo marino durante el invierno supuso un reto para la población inuit, al interrumpir algunas carreteras de hielo que conectan a las comunidades de la región. En el Golfo de San Lorenzo, la falta de hielo marino hizo que las crías de foca se agruparan en tierra, donde eran más vulnerables a los depredadores.
La irregularidad de la Antártida
Todos estos cambios en la cobertura de hielo implican a su vez cambios al entorno y a sus habitantes de muchas especies a una velocidad muy marcada. Las imágenes de los mínimos en la Antártida en la temporada que va desde septiembre hasta marzo nos indican que el hielo marino antártico alcanzó su máximo anual el 28 de septiembre de 2020, cuando abarcó 18,95 millones de kilómetros cuadrados. La media de 1981-2010 fue de 18,6 millones de kilómetros cuadrados, o sea que ese valor fue algo superior a la media.
Pero el valor mínimo se alcanzó el 21 de febrero de 2021, y el hielo marino antártico alcanzó su mínimo anual con 2,6 millones de kilómetros cuadrados, ligeramente por debajo de la media de 1981-2010 de 2,8 millones de kilómetros cuadrados. Curiosamente, al mínimo de finales de febrero le siguió un periodo de rápida congelación. A principios de marzo se añadió más de un millón de kilómetros cuadrados de hielo marino, la expansión más rápida registrada para esa época del año.
El hielo marino alrededor de la Antártida ha sido variable últimamente. Desde el inicio del registro por satélite a finales de la década de 1970, la cubierta de hielo estacional aumentó gradualmente y alcanzó un máximo histórico en 2014. Los años siguientes mostraron un rápido declive, anulando décadas de aumentos. En los últimos años se han producido pequeños repuntes, pero no se han acercado al máximo histórico.