La telefonía móvil amenaza a la información satelital meteorológica
Se trata de la nueva norma 5G para telefonía inalámbrica. Si las normativas no son claras, podrían interferir a la información generada por satélites meteorológicos.
La noticia es inquietante para la meteorología porque la nueva generación de tecnología para la telefonía móvil podría interferir con las observaciones terrestres de satélites. Según lo expresado por la publicación especializada Scientifican American, las redes inalámbricas globales 5G podrían en riesgo al pronóstico meteorológico.
Por caso, el gobierno de Estados Unidos ya ha comenzado a subastar bloques de esas frecuencias 5G, la quinta generación de tecnologías y estándares de comunicaciones inalámbricas. Pero el punto es que algunas de estas frecuencias son muy cercanas a las que utilizan los satélites meteorológicos, lo que preocupa a la comunidad científica por la posibilidad de interferencias.
La banda que encontraría más problema es la utilizada para la medición de concentración de vapor de agua en la atmósfera, un dato esencial utilizado para alimentar los modelos de previsión meteorológica que se corren unas cuatro veces cada día. Por ello, serían necesarias regulaciones que eviten estos problemas, especialmente en Estados Unidos y donde se habiliten las frecuencias problemáticas.
Es un problema global
Jordan Gerth, meteorólogo de la Universidad de Wisconsin - Madison fue terminante al decir que este es un problema de alcance global por las repercusiones que tendrían en los modelos de simulación atmosférica. Por estos días la NOAA y la NASA están negociando con la Federación Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) para lograr que se protejan frecuencias sensibles.
De momento las negociaciones no parecen tener buenos frutos ya que la FCC subastó una primera parte del espectro con una protección mínima. Esa venta resultó en 2000 millones de dólares. Ahora el temor es que el precedente sentado por Estados Unidos sea tenido en cuenta por otros países a la hora de subastar el espectro.
Los reguladores a nivel mundial se reunirán el 28 de octubre en Sharm el-Sheik (Egipto) para lograr acuerdos internacionales y determinar qué nivel de interferencia con las frecuencias de observación terrestre es aceptable. Esta es la primera vez que se encuentran amenazadas las principales frecuencias utilizadas por la meteorología, astrónomos y otras ciencias.
La frecuencia del vapor de agua
La mayor porción de la frecuencia amenazada es la que ronda los 23,8 gigahertz, que es en la que el vapor de agua presente en la atmósfera emite una débil señal. Algunos satélites, como las sondas europeas MetOp, monitorean la energía irradiada por la Tierra en esta frecuencia para evaluar la humedad presente en la atmósfera. Este tipo de mediciones se pueden lograr en cualquier hora del día, incluso con nubosidad.
Toda esta información se inyecta a los modelos de predicción, y son datos vitales para que los pronósticos sean lo más ajustados posibles. El problema radicará en que una estación 5G estará transmitiendo casi a la misma frecuencia, con una señal muy parecida a la del vapor de agua, lo que haría peligrar la veracidad de la información. Pronósticos menos precisos podrían poner en riesgo vidas humanas.
Gerth, en diálogo con Scientific American, comparó la situación con un vecino ruidoso que escucha música y se filtra a nuestra casa. La autoridad americana está aceptando estándares más ruidosos para cada banda, mientras que en Europa los valores son más atenuados, por lo que la interferencia resultaría menor. De todas maneras la Organización Meteorológica Mundial aconseja un mayor control de las frecuencias para evitar problemas mayores.