La terrible explosión de Tunguska sigue rodeada de misterio: ¿fue causada por un asteroide?
El misterioso y destructivo suceso de Tunguska en Siberia en 1908 destruyó millones de árboles en un área de miles de kilómetros cuadrados: ¿qué ocurrió aquel día? ¿Fue un asteroide? ¡Esto es lo que se sabe!
En la mañana del 30 de junio de 1908, una remota región de Siberia central fue devastada por un misterioso suceso. Los habitantes de la pequeña aldea de Vanavara, situada a orillas del río Tunguska Pietrosa, en el territorio ruso de Krasnoyarsk, fueron testigos de un enorme resplandor acompañado de calor, al que siguió un terrible estruendo.
La terrible explosión provocó la tala de millones de árboles en una enorme zona de más de dos mil kilómetros cuadrados y el resplandor se vio también a miles de kilómetros de distancia, en el norte de Europa y Asia central. En algunos lugares aparecieron enormes nubes plateadas, en otros un brillo inusual del cielo nocturno. Pero, ¿qué había ocurrido?
La explosión de Tunguska: decenas de millones de árboles talados
El lugar de la explosión se encontró buscando el origen de las ondas sísmicas, iguales a las de un terremoto de magnitud moderada. Se descubrió que era un lugar remoto y deshabitado de Siberia, donde el suelo pantanoso permanece helado entre 8 y 9 meses al año. Si la explosión se hubiera producido en una zona habitada, habría causado una catástrofe de enormes dimensiones.
El lugar donde se produjo la terrible explosión estaba, por tanto, deshabitado y remoto, y pasaron muchos años antes de que una expedición visitara la zona.
Los años inmediatamente posteriores al impacto no hubo expediciones sobre el terreno debido a la turbulenta situación política de Rusia: la Revolución que condujo a la caída del imperio zarista y al nacimiento de la Unión Soviética mantuvo alejados a los exploradores que visitaron esas zonas La primera expedición se organizó en la década de 1920, es decir, varios años después del impacto.
Expediciones científicas para comprender las causas de la explosión
A principios de la década de 1920, el gobierno ruso subvencionó una primera campaña de exploración en la región de Tunguska, dirigida por el científico ruso Leonid Kulik, que intentó comprender lo que había ocurrido más de una década antes. A medida que recogía pruebas, la hipótesis que más le convencía era la del impacto de un objeto cósmico, como un asteroide.
En el curso de la investigación, se descubrió que una zona de más de dos mil kilómetros cuadrados estaba completamente deforestada, con cientos de miles (más tarde su número se estimaría en más de 60 millones) de árboles talados con evidentes marcas de quemaduras.
El Día Mundial del Asteroide (Asteroid Day, en inglés) se celebra el 30 de junio de cada año. La fecha se eligió precisamente porque el suceso de Tunguska ocurrió el 30 de junio de 1908.
De 1927 a 1939 se realizaron nuevas expediciones que confirmaron la magnitud de la devastación, pero sin rastrear las causas. Las razones de la enorme explosión siguieron siendo un misterio, ya que no se encontró ningún cráter ni restos de meteoritos.
La hipótesis que cuenta con más adeptos es la de un asteroide rocoso que explotó y se vaporizó a pocos kilómetros del suelo, golpeando esta remota región de Siberia. La onda expansiva habría diezmado los bosques en un radio de muchos kilómetros, pero su explosión a unos pocos kilómetros de altura explicaría por qué no se encontraron cráteres.
Los asteroides son cuerpos rocosos celestes cuyo tamaño oscila entre unos cientos de metros y 900 kilómetros. Son más pequeños que un planeta pero más grandes que un meteoroide (que es un asteroide que se ha fragmentado). Cuando un meteoroide entra en la atmósfera terrestre se inflama, formando estrellas fugaces (meteoros). Los meteoritos son meteoroides que consiguen alcanzar la superficie de la Tierra.
Otras hipótesis hablaban de enormes explosiones de bolsas de metano en el permafrost, o de la deflagración de un cometa.
El punto de inflexión en los años 90
En la década de 1990, nuevas expediciones arrojaron nueva luz sobre aquel misterioso suceso. Según este artículo, a principios de los 90, con el fin de la Guerra Fría, una expedición de científicos italianos realizó un estudio dendrocronológico, es decir, basado en el análisis de los anillos de crecimiento de los árboles.
Este estudio reveló la presencia de micropartículas de material de origen cósmico en la resina de los árboles. Estos datos siguen siendo objeto de debate científico en la comunidad internacional. Otro dato que refuerza la hipótesis del impacto de un asteroide en la atmósfera terrestre es la presencia de un lago a pocos kilómetros de lo que fue el epicentro del terremoto provocado por la enorme explosión.
¿Cráter de impacto de meteorito?
Una expedición internacional realizada en 1999, se centró en el lago Cheko, recopilando datos multiparamétricos y realizando numerosos análisis y perforaciones de núcleos. La hipótesis, formulada a partir de los datos recogidos, es que el lago se formó en el cráter de impacto de un fragmento del asteroide que explotó a varios kilómetros de altura.
De hecho, el lago tiene la típica forma de embudo y la estructura de sus sedimentos no coincide con la del resto del terreno. Por tanto, uno de los fragmentos de asteroide, al llegar a tierra, podría haber generado esta masa de agua.
El último misterio en las profundidades del lago Cheko
En 2012, el Instituto Nacional Italiano de Geofísica y Vulcanología (INGV) y el CNR-Ismar iniciaron una colaboración científica para reelaborar los datos adquiridos en 1999, integrándolos con nuevos datos recogidos en 2008. Los resultados se presentaron en un estudio científico publicado en 2012 (Gasperini et al 2012), en el que se cruzaban secciones sísmicas y datos magnetométricos para destacar la posible presencia de un cuerpo altamente refractivo a 10 metros por debajo del lecho del lago, en el punto de máxima profundidad.
¿Podría tratarse efectivamente del fragmento de asteroide, lo que confirmaría la hipótesis del impacto de un meteorito? El misterio podría desvelarse en el futuro con una campaña de investigación dedicada a desentrañar la naturaleza de este cuerpo.