Las emisiones globales de dióxido de carbono no dejan de aumentar
Los valores de emisiones de dióxido de carbono permiten indicar que la concentración de este gas sigue en aumento. Es poco probable que en la próxima década no se supere el umbral de calentamiento que se quería evitar.
Hoy en día hay un gran consenso en la ciencia asociada al cambio climático respecto de la necesidad de evitar que se sobrepase el umbral de calentamiento de 1.5 °C en comparacion con los niveles pre-industriales. Pero todo indica que la concentración de dióxido de carbono (CO2) sigue aumentando, y es posible que ese valor se supere a nivel planetario dentro de los próximos 10 años.
De acuerdo con lo que detalla Live Science y citando un informe elaborado por un equipo internacional de más de 100 científicos, las emisiones mundiales de CO2 no han disminuido lo suficiente como para alcanzar este objetivo crítico. En términos cuantitativos, si se quisiera alcanzar emisiones nulas para 2050, requeriría ahora reducciones anuales de CO2 tan drásticas como las que se produjeron en el momento álgido de la pandemia del COVID-19, cuando se redujeron considerablemente los vuelos y se paralizaron las economías.
Hoy en día la tecnología mayoritaria está lejos de suplantar a la mayor parte de los automóviles alrededor del mundo. Pierre Friedlingstein, catedrático de modelización matemática de sistemas climáticos de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autor principal del informe, en contacto con Live Science ha indicado que "las emisiones de CO2 que provocan el calentamiento del planeta no muestran ningún signo de disminución, y que las medidas adoptadas en los últimos años no han sido suficientes para invertir la trayectoria de las emisiones mundiales".
La alta contribución de los combustibles fósiles
El pasado 10 de noviembre se publicó en línea el informe Global Carbon Budget con una actualización anual que hace un seguimiento de las emisiones mundiales de CO2. Allí se concluye que las proyecciones para este año son sombrías. Se estima que el CO2 alcanzará el promedio de 417,2 partes por millón.
Los valores indicados en el informe representan un crecimiento en la concentración de CO2 de un 51 % por sobre los niveles pre-industriales. Las emisiones mundiales ascenderán a unas 40.600 millones de toneladas. El informe completa el año con proyecciones, aunque se estima que esos valores no diferirán mucho de los que finalmente se midan en los últimos meses del año.
Los mayores contribuyentes son los combustibles fósiles. En el informe se destaca que el consumo mundial de petróleo ha aumentado un 2,2% con respecto al año anterior, especialmente por la recuperación de la industria de la aviación tras la caída de COVID-19. El uso del carbón en todo el mundo también ha aumentado un 1%, mientras que el uso del gas natural ha disminuido ligeramente. Pero el uso de combustibles fósiles no es uniforme en todos los países; mientras que las emisiones aumentaron en Estados Unidos e India en 2022, las emisiones cayeron en picada en China y la Unión Europea.
Buenas y malas
Los aumentos en las emisiones de Estados Unidos se deben probablemente a la recuperación de las industrias tras la desaceleración de la COVID-19, según los científicos, mientras que los picos en la India están relacionados con el avance en el desarrollo actual del país. "La India es el país que tiene que ponerse al día en cuanto a infraestructuras, construcción y consumo de energía per cápita, lo que significa un rápido crecimiento del consumo de energía que todavía no puede cubrirse totalmente con energías renovables", señala Jan Ivar Korsbakken, investigador principal del Centro de Investigación Internacional sobre el Clima y el Medio Ambiente de Oslo (Noruega) y también coautor del estudio.
Por otro lado, la disminución de las emisiones de combustibles fósiles de la Unión Europea puede deberse a una desaceleración económica que comenzó en 2021 y empeoró cuando Rusia invadió Ucrania. El mayor interés por la energía solar también puede influir. Del mismo modo, el descenso de las emisiones en China se debe sobre todo a los problemas económicos persistentes tras la crisis de la COVID-19 y a la crisis de la deuda en el sector de la construcción, pero también refleja un prometedor repunte en el uso de la energía solar y eólica.
Los antiguos sumideros de carbono, los océanos y los bosques, que absorben colectivamente cerca de la mitad de nuestras emisiones de combustibles fósiles, también están al límite. El aumento de las temperaturas globales y los cambios en los patrones climáticos pueden debilitar esta absorción de CO2. Los investigadores calcularon que el cambio climático de la última década ha hecho que la absorción sea un 10% menor de lo que hubiera sido de otro modo.