Las ostras protegerán a la ciudad de Nueva York de grandes tormentas

Un ambicioso proyecto está utilizando ostras que se desechan en los restaurantes de Nueva York para formar un sistema de protección que evite que las grandes tormentas cada vez más frecuentes sigan erosionando peligrosamente a las costas de la ciudad.

ostras
Las otras tienen la capacidad de filtrar hasta 190 litros de agua al día.

Las ostras que se consumen en los restaurant de Nueva York podrían tener un futuro mejor que terminar sus conchas en los tachos de la basura. De acuerdo a lo relatado por The Guardian, sin que los comensales lo supieran, también estaban apoyando un nuevo esfuerzo para utilizar las conchas de las ostras como bloques de construcción de nuevos arrecifes costeros vivos. Un uso transformador que no sólo es restaurador, sino que también puede ayudar a proteger la ciudad del cambio climático.

El Grand Army es uno de las docenas de restaurantes de la ciudad de Nueva York que donan sus conchas de ostras para apoyar proyectos de restauración como Living Breakwaters, un esfuerzo de 107 millones de dólares para apuntalar la costa de Staten Island, que está desapareciendo.

The Guardian también señala que el proyecto consistirá en casi 800 metros de espigones parcialmente sumergidos, cubiertos estratégicamente de arrecifes de ostras reciclados. A medida que esos arrecifes crezcan, los diseñadores del proyecto esperan que ayuden a controlar las inundaciones y la erosión costera al tiempo que proporcionan un nuevo hábitat para la abundante vida acuática.

La necesidad de unirse a la naturaleza

Living Breakwaters es un intento de reimaginar la relación entre los seres humanos y la naturaleza en uno de los puertos con mayor ingeniería del mundo. Se aleja de las denominadas infraestructuras grises, como los diques, los malecones y las presas, las herramientas que definen en gran medida los esfuerzos de Nueva York por controlar las inundaciones, que se prevén peores a medida que el nivel del mar siga aumentando.

Este ambicioso proyecto está diseñado para proteger la ciudad aprovechando el poder de los propios sistemas naturales que han sido prácticamente destruidos por la degradación medioambiental, y reviviéndolos en el proceso. Durante miles de años, las ostras han desempeñado un papel especial en la historia de Nueva York. Las ostras, que en su día eran un alimento básico del pueblo lenape, hicieron que los visitantes europeos escribieran a casa maravillados por su calidad, y los colonizadores las convirtieron en una gran industria, que acabó devastando las poblaciones locales de ostras por la contaminación y el consumo excesivo.

La empresa de diseño Scape concibió el proyecto Living Breakwaters con la idea de reconstruir los sistemas naturales que sostienen a la ciudad. La arquitecta paisajista Kate Orff, titular de Scape considera que hay que poner en primer plano la noción de reconstruir los sistemas naturales ahora mismo. El gran crecimiento de la ciudad y el impacto del mar han logrado poner en riesgo a buena parte de las costas de Staten Island.

La eficiencia de las ostras

Living Breakwaters inició su trabajo en septiembre pasado, cuando se instaló la piedras de asiento y colchones en el fondo marino de Staten Island. Esto se logró luego de siete años de planificación, obtención de permisos y pruebas que se iniciaron a raíz de la supertormenta Sandy, una devastadora tormenta de 2012 que arrasó casas, destrozó paseos marítimos y necesitó de una gran cantidad de fondos federales para la reconstrucción, ya que el Congreso asignó 17.000 millones de dólares sólo para la ciudad de Nueva York.

Barreras de ostras
El proyecto y el diseño de las barreras de contención llevó 7 años de preparativos.

El proyecto se basa en la idea de que para hacer frente a la subida del nivel del mar provocada por el cambio climático y a las tormentas cada vez más violentas es necesario construir con la naturaleza, no solo al lado o en contra de ella. Construir con ostras es un ejemplo de este enfoque de la llamada infraestructura verde.

The Guardian relata también que cuando se adhieren a las rocas y a otras estructuras en el agua, los bivalvos pueden ayudar a hacerlas resistentes a los golpes de las olas. También son eficientes filtros de agua: una sola ostra puede filtrar hasta 190 litros de agua al día, aspirando la contaminación y el exceso de nutrientes, y mejorando la calidad del agua.