Las personas con más mala (o buena) suerte del mundo
Ya sea por casualidad o por culpa del destino, algunas personas han sobrevivido a los mayores infortunios que nos podamos imaginar. Pero pensándolo bien… ¿tuvieron mala o buena suerte?
Muchas situaciones nos pueden hacer pensar que estamos en una buena racha, y por ello nos sentimos eufóricos y triunfadores, mientras que, en otras ocasiones, las circunstancias parecen recordarnos que estamos en una mala racha, donde percibimos que todo está fuera de nuestro control y por ello nos sentimos abrumados y deprimidos.
La naturaleza humana es propensa a categorizar las situaciones entre positivas y negativas, buenas o malas, y eso ha motivado a muchas personas a creer que efectivamente tienen buena o mala suerte, y que eso es algo totalmente ajeno a ellas.
En realidad, la buena o mala suerte no existe. Es nuestra actitud frente a diferentes situaciones la que definirá cómo las enfrentaremos y si aprenderemos o no de ellas, como podemos ver de los ejemplos que mostraremos a continuación: personas que para algunos tuvieron mala suerte, mientras que para otros fueron muy afortunadas.
Frane Selak: 7 accidentes graves
Este profesor de música croata, nacido en 1929, suele ser considerado la persona con menos suerte del planeta
En un viaje en tren de Sarajevo a Dubrovnik en 1962, un extraño accidente hizo que su tren cayera catapultado a un río. Diecisiete pasajeros murieron, pero Selak sobrevivió con un brazo roto e hipotermia.
En 1963, mientras volaba de Zagreb a Rijeka, se desprendió la puerta del avión y el fue succionado por la diferencia de presión. El avión estrelló, con 19 personas que perdieron la vida, mientras él fue encontrado en un pajar. Nadie se explica cómo sobrevivió.
En 1966, viajaba en autobús que cayó a un río. Hubo 4 muertos y él salió prácticamente ileso.
En 1970, el depósito de combustible de su coche explotó en la autopista. Sobrevivió, Y en 1973, un desperfecto técnico hizo que su auto se prendiera fuego y pudo escapar de las llamas con sólo algunas quemaduras.
Ya en 1995, fue atropellado por un autobús en Zagreb y en 1996 tuvo el séptimo y último encuentro cercano con la muerte, al evitar colisionar de frente con un camión, su auto salió de la carretera y se precipitó a un barranco. Selak se salvó al saltar fuera del auto para aferrarse a un árbol, mientras que veía cómo explotaba su auto, luego de caer casi 100 m.
Su racha pareció cambiar en 2003: ganó 800.000 Euros en la lotería y disfrutó una vida placentera hasta que murió en 2016, a los 87 años.
Violet Jessop: 3 hundimientos de buques
Una argentina de padres irlandeses, nacida en 1887, ha sido apodada “Miss inhundible” y su vida merece una película, ya que ha sobrevivido a los dos naufragios más famosos del siglo XX.
A sus 24 años, mientras se desempeñaba como camarera en el transatlántico británico RMS Olympic, de la empresa naviera White Star, la embarcación colisionó con buque de guerra HMS Hawke, frente a las costas británicas en 1911. El Olympic, muy averiado, logró llegar a puerto y Violet, lejos de amilanarse, siguió navegando y la empresa la reubicó en el RMS Titanic, el segundo y más famoso transatlántico de la White Star Line. Violet fue una de las 704 sobrevivientes rescatadas por el Carpathia, siendo protagonista del más recordado desastre marítimo de la historia.
Nuevamente la tragedia no atemorizó a Violet quien, en 1915 en plena Primera Guerra Mundial, era enfermera de la Cruz Roja y estaba embarcada en el HMHS Britannic, otro transatlántico de la White Star Line reconvertido a buque hospital y que luego de un ataque alemán en 1916, se hundiera en el mar Egeo, sobreviviendo nuevamente a un hundimiento.
Lo increíble de la historia de Violet, es que ha sido la única persona en ser testigo del hundimiento del Titanic y sus dos buques hermanos: el Olympic y el Britannic, todos considerados las embarcaciones más grandes, lujosas y modernas de la época.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se alejó de los barcos, pero en 1948 y con 61 años de edad, volvió a embarcarse por dos años más. Falleció en 1917, en Suffolk, Inglaterra, a los 84 años.
Tsutomu Yamaguchi: las dos bombas
Tsustomu Yamaguchi fue oficialmente registrado como el único sobreviviente de las dos bombas atómicas detonadas en Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
Tsutomu, de 29 años en 1945, estaba a sólo tres kilómetros de la zona cero de Hiroshima el 6 de agosto, aunque sólo sufrió la perforación de un tímpano y quemaduras en la parte superior del cuerpo. Originario de Nagasaki, al día siguiente regresó a su ciudad natal, donde fue alcanzado por la segunda explosión el 9 de agosto, justo cuando comentaba a conocidos su experiencia anterior.
Yamaguchi, luego conocido como "Niju Hibaku", o "dos veces bombardeado", vivió hasta los 93 años.
Roy Sullivan: 7 rayos
Uno de los casos más extraordinarios de esta lista de mala (buena) suerte es el de Roy, un guardaparques estadounidense que fue alcanzado por un rayo en siete diferentes ocasiones.
Sullivan, nacido en 1912, fue apodado el "pararrayos humano" y figura en el Guinness de los Récords por haber sobrevivido a más rayos que nadie en la historia.
Su profesión de guardabosques, probablemente sea la que lo hizo tan expuesto a este tipo de accidentes, entre 1942 y 1977. Su periodo más desafortunado fue entre 1969 y 1973, cuando le cayeron cuatro veces un rayo en cinco años.
Roy vivió hasta los 71 años, cuando en 1983, se quitó la vida por un desengaño amoroso.
Erik Norrie: ataques bizarros
La vida de Erik Norrie no ha sido aburrida. A lo largo de su vida ha sido golpeado por un rayo, sobrevivió a la mordedura de una serpiente, en dos ocasiones sufrió la ira de los monos y también fue atacado por un tiburón.
La probabilidad de ser golpeado por un rayo en Estados Unidos, el país de Erik, es de 1 en 600.000.
La probabilidad de ser atacado por un tiburón, es de 1 en 11.500.000
Erik es el único de la lista que aún está vivo… probablemente en el futuro nos sorprenda con algún otro raro infortunio.
La próxima vez que creas que tienes mala suerte, sólo piensa en ellos y entenderás que podría ser mucho peor...