Las lluvias frenaron el daño en los cultivos pero igual habrá caída de rendimientos

Terminó la ola de calor y regresaron las precipitaciones a la zona núcleo. En el norte de esa región se registraron hasta 84 milímetros, mientras que en el sur algunas localidades reportaron un máximo de 101 milímetros.

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Cultivos de maíz tardío en panojamiento. Zona Sampacho, Córdoba. Foto: Bolsa de Cereales de Bs. As.

Volvieron las lluvias y los suelos recibieron el alivio necesario. Si bien las expectativas en torno a la campaña agrícola se modificaron en las últimas semanas luego de la intensa y extensa ola de calor, todo parece indicar que las precipitaciones fueron suficientes para frenar el estrés hídrico.

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario indicaron que “el impacto de estas lluvias sobre los cultivos es esperanzador, pero queda por verse cómo reaccionarán en los próximos días”. Es que durante los próximos días no habría precipitaciones y será crucial observar las temperaturas máximas que deberán tolerar los planteos actuales.

La duda que todos los asesores, productores y agrónomos tienen consiste en saber si el 48,6 % de los cuadros de soja a nivel nacional que hasta la semana pasada se encontraban entre inicio de floración y formación de vainas van a responder positivamente a las lluvias. Aquí radica la principal variable a tener en cuenta ya que sólo un 12,9 % de los lotes están iniciando el llenado de grano.

En este sentido, Pergamino y el sur de Rosario son las zonas más golpeadas por el estrés hídrico y si bien en la última semana llovió el equivalente a las precipitaciones de un mes, no se logró revertir la pérdida que al día de hoy se estima entre un 20 y 30 % del potencial en la oleaginosa de primera. Si la estimación estaba en torno a los 50 quintales por hectáreas, ahora el rinde se ubicaría por debajo de los 40 qq/ha.

El impacto de las altas temperaturas

La ola de calor tuvo un efecto negativo en los rendimientos, no sólo porque expresó altísimas temperaturas durante varios días, sino porque además se generó en un momento clave para la definición de rendimiento, con un gran desarrollo vegetativo. Lo que ocurre en estos casos es que el calor mata la planta, con lo cual si la planta ya estaba desarrollada la pérdida es aún mayor.

Sin embargo, la caída en el rendimiento sería el último tropezón que deberá afrontar la campaña agrícola ya que con la cantidad de agua caída- entre 60 y 170 mm en la región núcleo- se contaría con las reservas necesarias como para terminar el ciclo. Como para tener una referencia, tan importante fue el cambio en las reservas de los suelos que las áreas de tenían sequía ahora muestran núcleos con excesos en Santa Fe y el este de Córdoba.

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Soja de primera en estepa de llenado de granos en la zona de Castellanos, Santa Fe. Foto: Bolsa de Cereales de Santa Fe

La mayor cantidad de pérdidas se darán en lotes de soja de primera, ya que los planteos de segunda sufrieron en menos medida la falta de agua y las altas temperaturas. La entidad rosarina destacó en su último informe semanal que “aumentaron los cuadros en buenas condiciones, totalizando un 60 % y se mantiene en un 10 % el área en muy buenas condiciones”.

El maíz sigue firme, al igual que el sorgo y el girasol

Las lluvias llegaron en el momento justo para aquellos lotes que comenzaban a florecer. Si bien hay zonas donde las precipitaciones no alcanzaron a reponer al cultivo, se calcula que los maíces tardíos están en muy buenas condiciones pero los de segunda están de regulares a malos.

En cuanto al maíz temprano, el rinde está prácticamente definido y las lluvias permitirán completar el llenado de granos.

En lo que respecta a maíz con destino grano comercial, la siembra finalizó con 7,2 millones de hectáreas y gracias a las lluvias se estima una mejora de 13,3 % en la condición optima /adecuada del cereal. Las siembras atrasadas de noviembre son las mas complicadas porque el inicio del período crítico se dio bajo condiciones de estrés térmico e hídrico. En tanto, la siembra de sorgo granífero también finalizó con 950 mil hectáreas implantadas.

En cuanto al resto de los cultivos, el panorama sería el siguiente:

CULTIVOESTADO
SojaSe recupera la condición de cultivo, con un 81 % de loscuadros entre Normal a Buena. A su vez mejora la condición hídrica, con el 73 % de los lotes entre Adecuada a Óptima.
MaízFinalizó la siembra de las 7,2 MHa de maíz grano comercial. La cosecha comenzará la primera semana de marzo y habría caída de rendimientos cercanos al 20%.
SorgoLuego de relevar un avance interquincenal de 7,3 puntos porcentuales, culminó la incorporación de las 950.000 Ha proyectadas para el ciclo 2023/24.
GirasolEl avance de cosecha alcanzó el 13 % del área apta. El rinde promedio se ubica en 17 qq/Ha. La proyección de producción se mantiene en 3,8 MTn.
Expectativa por el avance de los cultivos y el daño que provocó la ola de calor en todo el país.

Preocupa la reserva de agua

Con este panorama, y en función de las precipitaciones recibidas, las reservas de agua en el suelo aumentaron considerablemente respecto a la semana pasada. La humedad del suelo alcanzó niveles óptimos en los sectores centro y noreste, con núcleos de exceso en Santa Fe y en el este de Córdoba, sin embargo aún existen núcleos aislados de escasez en el norte de Buenos Aires y noroeste del área central.

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Sorgo granífero: terminó la siembra y el cultivo avanza a paso firme. Foto: Bolsa de Cereales de Santa Fe

Con las condiciones hídricas actuales en un sector muy reducido al noroeste del la región centro se requieren -en los próximos quince días- acumulados entre 40 y 80 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas. En el centro los valores oscilan entre los 20 y 40 mm y en Buenos Aires y sur de Santa Fe se requieren entre 60 y 90 mm.

Ahora la expectativa esta puesta en las próximas semanas; Los pronósticos indican buen tiempo y temperaturas menos agresivas, aunque dentro de los valores normales estacionales.