Lluvias limitadas para el agro: mejoraron la condición en trigo pero no tentaron a los productores de maíz

Se reportaron precipitaciones de variada intensidad en el norte bonaerense y el centro sur de Santa Fe, aunque fueron menores en Córdoba, que es donde más se necesitaban.

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Lote con trigo en etapa de desarrollo vegetativo en muy buen estado, en el centro del departamento Castellanos, Santa Fe. (Gentileza, Bolsa de Cereales de Santa Fe)

Las lluvias de la semana pasada le dieron un empujón al trigo -que está en pleno desarrollo- y necesitaba imperiosamente algunos milímetros para seguir en carrera. Además, cada gota que se incorporó al suelo fue sumamente valorada por quienes están pensando en la siembra de maíz.

En nuestro reporte anterior habíamos brindado detalles acerca de la necesidad de lluvias que existía en la región núcleo, tanto para el trigo como para el maíz. Es que se requerían -según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)- cerca de 20 mm “para salvar el potencial del cultivo”.

Esa necesidad se logró saciar en algunas zonas, por ejemplo desde Rosario hacia el sur, donde llovió más de 30 mm. Allí mejoró la condición del trigo y el rinde promedio podría superar 40 qq/ha.

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Lote de trigo con síntomas de déficit hídrico, en el oeste del departamento San Cristóbal (Gentileza Bolsa de Cereales de Santa Fe)

Las zonas que recibieron agua pudieron avanzar con la fertilización nitrogenada, con lo cual ya la expectativa se ubica en rendimientos mas altos. En Bigand (centro sur de Santa Fe) apuntan a un rinde entre 40 y 50 qq/ha y la misma situación se repite en Pergamino (noreste de Buenos Aires).

Las lluvias fueron determinantes para trigo y cebada

Según señala el último reporte de la BCR, “tras las lluvias reaparecieron los lotes en excelentes condiciones (son el 15 %), el 50 % está muy bueno, el 30 % bueno y disminuyeron los cuadros regulares, que ahora son el 5%. El 80 % del trigo está en pleno macollaje y el resto, en encañazón”.

Por otra parte, donde llovió menos ya se descuenta rinde en trigo. Hay zonas en el centro sur de Santa Fe donde las precipitaciones fueron escasas y los trigos presentan un estado regular, están feos y la pérdida de rendimiento es evidente.

La distinción de zonas con mayor humedad, ubicadas sobre el centro-este y sur del área agrícola se evidencian claramente por sobre las del norte y el oeste, que casi no recibieron precipitaciones y continúan bajo condiciones de estrés hídrico, cada vez más restrictivas.

En cuanto a la cebada, la entidad porteña destacó que “de las 1,3 MHa implantadas a nivel nacional, el 83 % registra una condición hídrica Adecuada/Óptima, con un 85 % presentando una condición de cultivo Normal/Buena”. Estas condiciones se dan con un 75 % transitando entre macollaje y encañazón.

El maíz sólo busca detener la caída de área

La BCR alertó en las últimas semanas acerca de una posible reducción en la superficie de siembra cercana al 30 % en comparación con lo cultivado en la campaña precedente. Esto se debe -entre otros puntos- al temor a la plaga de la chicharrita.

Se estima que la caída de área en esta próxima campaña sería de 600.000 hectáreas, o 30 % menos. A nivel país, la entidad rosarina calculó una caída en la siembra de 2 millones de hectáreas, llegando finalmente a 7,67 millones de hectáreas.

En el caso del maíz, ya se no habla de aumentar la superficie sembrada, sino de contener el recorte. Santa Rosa era clave para tomar decisiones, y aunque trajo alivio, no alcanzó para cambiar el panorama.

Entre los productores de maíz -fundamentalmente los de la provincia de Córdoba, principal zona maicera del país- la desazón es grande porque aspiraban a poder sembrar el cultivo de manera temprana. En el sudeste de Córdoba, los productores señalan que “el perfil está mejor que el año pasado en esta época, pero hace falta una lluvia importante para sembrar maíz temprano y zafar de la chicharrita”.

Nadie quiere ir hacia un maíz tardío

Desde la BCBA, señalaron en el último Panorama Agrícola Semanal que en la siembra del maíz temprano se siente el daño emocional que quedó tras las pérdidas de la campaña que acaba de terminar, tras la afectación de cerca de 10 millones de toneladas del grano, fundamentalmente en los lotes tardíos. De hecho, los planteos tempranos fueron los que tuvieron mejores resultados en la zona núcleo y frenaron en parte la caída en la producción nacional.

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Lote con rastrojo de soja en proceso de siembra de maíz temprano, en el suroeste del departamento Las Colonias, Santa Fe (Gentileza Bolsa de Cereales de Santa Fe)

La siembra temprana suele empezar en la región centro después del 10 e incluso después del 15 de setiembre en busca de temperaturas de suelo por encima de los 12° para asegurar una germinación uniforme. Pero esta vez, con lluvias que alcanzaron al 70 % de la región con más de 10 mm, y temiendo la falta de agua de setiembre que ha caracterizado al mes en las últimas 4 campañas, y sin lugar para sembrar tarde, se aprovecha cada milímetro y cada día al máximo para avanzar.

Con este panorama, se retomaron las labores de siembra en la zona centro con la idea de escaparle a la plaga. Por el momento no se reportó presencia de chicharritas en las zonas de producción temprana, pero los productores están en alerta y siguen de cerca el monitoreo que se realiza desde la red de detección temprana que involucra tanto al sector público como privado.