Los 5 grandes enigmas que la ciencia aún no pudo responder
Gracias al inestimable aporte de los científicos, muchos son los misterios que han ido revelándose a lo largo de los siglos. Sin embargo, es posible identificar algunos grandes interrogantes que aún persisten: ¿qué sabemos?
La ciencia avanza a pasos agigantados, en el conocimiento del mundo que nos rodea y la resolución de problemas que nos aquejan. Los interrogantes que han ido surgiendo a lo largo de los siglos han ido siendo develados gracias al invaluable trabajo de los científicos, sin embargo, algunos enigmas persisten en el tiempo y al día de hoy no se ha podido dar una respuesta certera.
Varios interrogantes podrían incluir esta larga lista, pero vamos a centrarnos hoy en 5 grandes enigmas que ha recapitulado BBC News, para saber en qué consisten y que es lo poco o mucho que sabemos al respecto.
1- ¿De qué está hecho el universo?
El universo en sí es una fuente de interrogantes: qué había antes de que existiera; si es infinito o sencillamente inmenso; si es único o uno de muchos... pero particularmente curioso es el hecho de que los científicos, por el momento, sólo comprendan la naturaleza del 5 % de su estructura.
Lo que se sabe es que aproximadamente el 27 % es materia oscura. Fue descubierta por primera vez en 1933 y actúa como un pegamento invisible que une galaxias y cúmulos de galaxias.
Se sabe que está en la vecindad pues tiene masa y, por ende, fuerza de gravedad, que se puede medir cuando atrae al 5 % conocido. Y si ese manto invisible es misterioso, aún más lo es lo que compone más o menos el 68 % del universo: la energía oscura, de la cual se sabe su existencia desde 1998.
Los expertos explican que es algo parecido al éter, que llena el espacio e impulsa la expansión del universo a velocidades cada vez mayores.
Pero poco más… hay varias hipótesis pero tras décadas de investigación, el misterio persiste.
2- ¿Cómo surgió la vida?
La hipótesis, propuesta en la década de 1920 por Alexander Oparin en la URSS y el genetista británico JBS Haldane simultánea e independientemente, es una de las varias teorías que compiten como respuesta.
La noción es que cuando la Tierra era joven, los océanos estaban llenos de sustancias químicas simples importantes para la vida, y que con la mezcla de gases en la atmósfera y la energía de los rayos, se podrían haber formado aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas.
Es para muchos científicos la mejor candidata para explicar cómo surgió la vida en la Tierra. Pero no está universalmente aceptada ni es la única.
De hecho, sobre la vida no hay acuerdo ni siquiera sobre dónde empezó. Hay estudiosos que creen que en el mar, otros que en piscinas geotérmicas, en el hielo o hasta lejos de la Tierra (y llegó aquí con asteroides o polvo espacial).
¿Y cuándo? No se sabe con exactitud: el momento del origen de la vida también está en duda.
Aún más complicado es cuál fue el mecanismo. Aquello de que los aminoácidos se ensamblaban formando proteínas es una posibilidad, pero no es tan popular como la hipótesis de que la vida comenzó con el ARN, un primo cercano del ADN que puede transportar genes y copiarse a sí mismo, y además plegarse y actuar como una enzima.
Otra idea es que los primeros organismos eran simples masas o burbujas, unas "protocélulas" que actuaban como contenedores para los componentes de la vida.
Así que aún no hay acuerdo sobre la respuesta a una de las preguntas más profundas de la ciencia.
3- ¿Qué nos hace humanos?
Según BBC News, es una pregunta que se ha ido volviendo más difícil de contestar.
Antes había aspectos que parecían excepcionalmente humanos: el lenguaje, reconocernos al vernos reflejados, la capacidad de crear y usar herramientas o de solucionar problemas complejos.
Pero animales como los pulpos y los cuervos, por nombrar sólo a dos, nos fueron quitando ese complejo de superioridad.
¿Y qué decir del ADN?
Resultó que el genoma humano es 99 % idéntico al de un chimpancé, ese animal que horrorizó a tantos cuando les pareció que Charles Darwin había insinuado que era de la familia.
Es cierto que nuestros cerebros son más grandes que los de la mayoría de los animales: tenemos, por ejemplo, tres veces más neuronas que los gorilas. Pero teniendo en cuenta que nos superan animales como el elefante, no parece que la respuesta esté ahí.
¿Será por tener la corteza frontal más gruesa? ¿O el pulgar opuesto? ¿Quizás nuestra cultura, o la capacidad de cocinar, o nuestro dominio del fuego? ¿Tal vez la cooperación, de compasión y el intercambio de habilidades?
Las dudas persisten acerca de qué es lo que nos hace humanos…
4- ¿Qué es la consciencia?
Puede que la consciencia es lo que nos haga humanos, pero es difícil saberlo sin entender qué es.
No sólo nos permite responder a sonidos, aromas y toda clase de señales ambientales sino también a retener información. Es más: al integrar y procesar mucha información, podemos concentrarnos y bloquear esos estímulos sensoriales que nos bombardean en vez de reaccionar.
Además, nos permite distinguir entre lo que es real y lo que no lo es, e imaginar múltiples escenarios futuros que nos ayuden a adaptarnos y sobrevivir.
Pero no es una computadora, es mucho más. Nosotros no sólo pensamos sino que además sabemos que pensamos. La consciencia es lo más sorprendente del cerebro y un interrogante que quizás nunca podremos resolver.
5- ¿Por qué soñamos?
Los científicos y expertos en sueño saben cuándo soñamos: normalmente durante la parte de movimientos oculares rápidos (REM) del ciclo de sueño. Lo que no saben es por qué soñamos.
Sigmund Freud creía que los sueños eran expresiones de deseos insatisfechos (a menudo sexuales); otros conjeturan que los sueños no son más que imágenes aleatorias de un cerebro en reposo.
Algunos estudios parecen señalar que los sueños podrían desempeñar un papel en la memoria, el aprendizaje y las emociones. Aunque también podrían ser una forma de reflexionar o liberar el estrés de la vida cotidiana, o incluso una forma inconsciente de desentrañar experiencias desafiantes.
Pero quizás no cumplen una función específica. De pronto no son más que el subproducto de la incesante actividad de nuestro cerebro mientras dormimos.
El misterio, aquí tambien continúa…
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