Los embalses hidroeléctricos son importantes emisores de gases de efecto invernadero
La represas hidroeléctricas son una de las formas más utilizadas a nivel global para generar energía. Una investigación logró determinar el impacto de las emisiones generadas por los lagos artificiales desarrollados como resultado del embalse de los ríos.
Una de las formas de generación de energía más utilizada a nivel mundial es la que surge de centrales hidroeléctricas. Para tal fin se embalsan cursos de ríos y se crean a lagos artificiales. Hasta 2016 los informes conocidos se habían basado en información parcial.
Pero los resultados de un informe publicado por la revista científica BioScience aportó luz sobre este tema, con resultados sorprendentes. Gracias al trabajo se pudo saber que los lagos de las represas son importantes aportantes de dióxido de carbono y metano a la atmósfera.
La investigación, integrada entre otros especialistas por Nathan Barros, de la Universidad Federal de Juiz de Fora en Brasil, y Jonathan Cole, del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas en Estados Unidos, determinó que el pico de mayor emisión de este tipo de lagos es luego de la construcción del embalse cuando se descompone la vegetación y la materia orgánica que hay en el suelo.
La emisión de embalses en números
Si bien el nivel de emisión es relevante, el informe establece que emiten no más de un sexto de lo que se suponía previamente. Aún así, las cantidades de gases aportados a la atmósfera son relevantes. Los embalses de todo el mundo emiten cantidades de gases de efecto invernadero superiores al total aportado por Canadá.
Estas cantidades de emisiones generadas por los embalses representan el 1,3 % del total de emisiones aportadas a la atmósfera en todo el planeta. Estos procesos se disparan luego de inundar zonas con gran cantidad de materia orgánica rica en carbono, como pueden ser árboles y pastos bajos. Este material se descompone y emite entonces dióxido de carbono y óxido nitroso.
También estos nuevos espejos de agua favorecen el crecimiento de algas que son agentes emisores de metano, de gran carga de efecto invernadero. Si bien el decaimiento del efecto invernadero del metano es rápido en el tiempo, cada kilogramo de este elemento calienta 25 veces más que el dióxido de carbono.
La necesidad de virar a energías más limpias
Este tipo de investigaciones aportan información para mejorar la construcción de futuras centrales hidroeléctricas con menor impacto en el medio ambiente. Fundamentalmente en manejo de las zonas que van a ser inundadas, tanto como un mayor conocimiento del aporte que tienen los lagos a medida que son poblados por distintos tipos de algas.
Si bien el metano tiene mucho mayor capacidad de calentamiento que el dióxido de carbono, la cantidad de este último es 220 veces mayor que la del metano en la atmósfera. Es por eso que es esencial reducir la emisión de dióxido de carbono si queremos lograr mitigar el calentamiento global a largo plazo.
Al mismo tiempo, este tipo de investigaciones sirven para alentar una mayor generación de energía mediante métodos de menor impacto ambiental, como la energía eólica o la solar. Muchos países están invirtiendo importantes recursos para poder modificar su matriz energética con objetivos alcanzables a no más de dos o trés décadas.