Los microplásticos se acumulan en los océanos
El plástico de un solo uso tiene una vida útil promedio de 12 a 15 minutos; sin embargo, puede tardar entre 400 y 1.000 años en desintegrarse. ¿Dónde va a parar tanto plástico?
Si miramos a nuestro alrededor hay un elemento que se repite constantemente: el plástico. Cada vez son más los objetos de este material que se producen en el mundo. Sin embargo, su tratamiento y desecho muchas veces no son los adecuados. Según las estadísticas de ONU Medio Ambiente publicadas el año pasado, se fabrican aproximadamente 300 millones de toneladas de residuos plásticos cada año, lo que equivale a 40 kg por persona, pero solo el 14% se recolecta para el reciclaje
Gran parte de los objetos que no son tratados adecuadamente terminan en nuestros ríos, mares y océanos, y esta contaminación plástica es uno de los principales problemas ambientales del planeta. La mitad del plástico que utilizamos cotidianamente son artículos de un solo uso, como envases o pajitas. El plástico de un solo uso tiene una vida útil promedio de 12 a 15 minutos; sin embargo, puede tardar entre 400 y 1.000 años en desintegrarse.
Debido a la acción del viento, las tormentas y las lluvias, los residuos que son vertidos a la basura, terminan llegando a cuencas y luego a los océanos, poniendo en peligro la biodiversidad marítima del planeta. Una vez que llegan a la costa la fuerza del viento y de las olas degrada y fragmenta esos residuos y forma partículas de plásticos muy chiquitos, que se conocen como microplásticos. Si bien es común ver estos residuos en la playa, existen 5 lugares en el planeta donde la concentración de microplásticos es mucho mayor.
Islas de basura
Ni bien son arrojados a las costas, las corrientes marinas se encargan de transportar todo el plástico a 5 sitios específicos en los océanos, dónde están los grandes giros oceánicos. En estos sumideros hay tanta contaminación que se los conoce como islas de basura. Se ubican en el Pacifico Norte, Pacífico Sur, Atlántico Norte, Atlántico Sur y en el Océano Índico.
Los microplásticos quedan suspendidos en las primeras capas del océano, pero rara vez en la superficie, por lo que no se ven cuando un navegante mira hacia el horizonte, ni siquiera con las imágenes satelitales, por lo que tienen que ser exploradas mediante las muestras o extracciones de la columna de agua.
Entre estos giros, el del Pacífico Norte es el que se lleva todas las miradas, ya que ahí se encuentra la mayor concentración de microplásticos. Se estima que en ese giro hay alrededor de 200 mil toneladas de plástico, un peso equivalente al de 5 aviones jumbo. Y el área que cubre esa isla es igual a 3 veces la superficie de Francia.
Consecuencias para los ecosistemas
Todos estos microplásticos son un posible comestible de los peces que habitan en el océano. Luego, las personas nos alimentamos de esa fauna marina, así que los plásticos terminan en nuestro organismo. Es tanto el microplásticos que consumimos, que un estudio realizado en EEUU calculó que por semana ingerimos la cantidad de plástico equivalente a una tarjeta de crédito.
Y si este dato parece sorprendente, hace poco también se descubrió que el océano, cuando está bien agitado, las olas rompen y hay muchas burbujas en el agua, se expulsa hacia la atmósfera pequeños microplásticos que pasan a formar parte del aire que respiramos. Es decir que no solamente lo comemos, sino que también lo respiramos.