Menos nieve en el 78% de las montañas del planeta
Signo de alama para nuestra cordillera de los Andes: un nuevo estudio destaca a Sudamérica como uno de los sectores más afectados por esta problemática. Las zonas de montaña funcionan en el mundo como un sistema de alerta temprana para el cambio climático.
Un nuevo estudio de Eurac Research determinó que el 78% de las áreas montañosas de todo el mundo tienen menos nieve. Aunque el cambio climático es mucho más lento que la propagación de una epidemia, el impacto es devastador.
El trabajo se basa en el análisis de datos de 2000 a 2018, proporcionando luego un mapa de la cobertura blanca a nivel global. Los mapas de capa de nieve en las zonas montañosas de todo el mundo obtenidos por la física Claudia Notarnicola demuestran de manera impresionante el impacto negativo que está teniendo el calentamiento global.
El análisis de imágenes satelitales de alta resolución de casi 20 años, las mediciones en tierra y los modelos de simulación ofrecen un escenario preocupante, especialmente para las montañas altas. Por encima de 4000 metros, los parámetros como la extensión de la capa de nieve y la duración de la capa de nieve muestran una disminución constante, mientras que la temperatura del aire aumenta.
“Después de un invierno con poca nieve, la primavera comenzó muy temprano este año. Si algo como esto ocurre con más frecuencia, los efectos se acumulan a lo largo de los años y se vuelven claramente visibles”, explica Notarnicola, Subdirectora del Instituto de Observación de la Tierra de Eurac Research y responsable del estudio, en referencia a lo que sucede en Europa.
Entre los 1500 y los 2000 metros de altura, el aumento de la temperatura se ha duplicado respecto a la media general y eso está menguando la cantidad de nieve y hielo en los picos. Por esta razón, las zonas de montaña actúan como un sistema de alerta temprana para el cambio climático.
“Podemos ver, por ejemplo, que en el 78 % de las zonas observadas la nieve está cayendo. La duración de la nieve además es variable y depende de su fusión precoz en la primavera, más que de que las primeras nevadas lleguen ya en pleno invierno”, señala la experta. Por encima de los 4.000 metros “la mayor parte” de las zonas empeoran: aumenta la temperatura, disminuye la extensión del manto nevado, decrecen las precipitaciones y la nieve se derrite antes.
Preocupa nuestra cordillera de los Andes
Algunas regiones del mundo sufren particularmente los cambios en el clima: en América del Sur, unos 20 parámetros muestran un desarrollo negativo. La situación en los Alpes es grave, aunque los Alpes orientales están más afectados que los Alpes occidentales.
"El mapa también muestra que la capa de nieve ha aumentado en algunas áreas, como Rusia", dijo Notarnicola. “A primera vista, esto parece una buena señal, pero en realidad está relacionado con el aumento de las temperaturas. Aunque permanecen bajo cero, han aumentado algunos grados: en combinación con aire húmedo, esto favorece la precipitación de nieve".