¡Misterio resuelto! Hallaron el origen de las cajas varadas en Brasil
En 2018, centenares de misteriosos paquetes fueron encontrados encallados en diferentes playas de Brasil junto a extensas manchas de crudo. Las pistas apuntan a que serían la carga de un naufragio de la Segunda Guerra Mundial.
En octubre de 2018, al noreste de Brasil comenzaron a aparecer unos enigmáticos cuerpos rectangulares encallados en las playas, similares a fardos pero de un material compacto y oscuro. Su tamaño era de lo más variado, oscilaban entre 0,06 y 3,4 metros cúbicos, y los más pesados llegaban a los 200 kilogramos. Desde el inicio, estos objetos causaron una considerable preocupación pública ya que no se sabía de qué estaban hechos.
En poco más de dos años, se encontraron entre 200 y 300 cajas a lo largo de 1600 kilómetros de la costa brasileña desde los estados de Maranhão hasta Sergipe. "Estas cajas comenzaron a aparecer desde octubre de 2018 en el noreste de Brasil, entre el norte de Bahía y del Estado de Maranhão, pero no conocíamos su origen", contó Carlos Teixeira, especialista en oceanografía de la Universidad Federal de Ceará (UFC). Pero el misterio se hizo aún mayos cuando también comenzaron a observarse manchas negras de petróleo en los mismos lugares que llegaban las cajas.
Luego de una minuciosa investigación, el equipo de Teixeira descubrió que se trataba de "fardos de caucho crudo”, es decir, bolas de caucho crudo empaquetado. Además, algunos tenían una inscripción dónde se podía leer "Indochina francesa”. Como la colonia francesa dejó de existir en 1954, se concluye que la carga tiene necesariamente más de 65 años. En esos años, el caucho era un material muy popular, que tenía diversos usos, desde indumentaria hasta maquinarias y tecnología.
Teixeira encontró referencias a un hundimiento durante la Segunda Guerra Mundial de un barco alemán conocido como Río Grande, que después de romper un bloqueo marítimo, fue golpeado por embarcaciones aliadas en enero de 1944, mientras realizaba un viaje a Japón, a unas 540 millas náuticas de Recife. Se puso en contacto con David Mearns, famoso investigador de naufragios, quien le proporcionó las coordenadas de los restos y le envió imágenes submarinas desde la bodega de carga del naufragado Río Grande. En ellas hay objetos con forma de cofre, similares a las cajas varadas en el noreste de Brasil.
Rastreando los orígenes
Los restos del barco se encuentran en el Atlántico Sur, a más de 5.700 m de profundidad y a una distancia de las cajas de caucho que va desde los 1.000 a los 2.000 km. Con esta información, el oceanógrafo de UFC investigó si la carga podría haber llegado a las costas de Brasil. "Construí un modelo con simulaciones numéricas de dispersión de partículas que salían del punto del naufragio. Y, casualmente, los resultados indican que viajan a los puntos esperados de la costa noreste. Lo que nos hace creer que este es el origen de las cajas", dice.
A partir de estos resultados, Teixeira dedujo que existe una alta probabilidad de conexión entre las misteriosas cajas y las manchas de petróleo que también fueron transportadas por las corrientes marinas a los mismos lugares en la costa noreste. Pero esta teoría fue descartada rápidamente cuando llevó las muestras del crudo a analizar. "Comenzamos a hablar con otros colegas de Petrobras, y ellos señalaron que el petróleo encontrado es nuevo. Si fuera del naufragio, tendría más de 70 años. Además se trata de petróleo crudo, no de combustible”.
"Creo que este petróleo provino de algún lugar en la latitud del estado de Pernambuco, y en algún lugar entre 500 y 1.000 kilómetros de la costa", es decir, del lugar aproximado donde ocurrió el naufragio de 1944. "Creo esto porque hubo una gran expansión. Si tuviéramos un derrame cerca de la costa, el petróleo no llegaría a tantos Estados al mismo tiempo". Los puntos del litoral hasta donde el líquido flotó en unas pocas semanas forman una línea de unos 2.000 kilómetros. "Se trata de un petróleo lanzado lejos de la costa".
Todavía no hay un consenso sobre qué pasará con los fardos de caucho encallados. Muchos de ellos todavía se encuentran depositados en las playas mientras que otros, probablemente los más livianos, fueron movidos a la basura.