NASA y NOAA advierten: el máximo solar ha llegado y estos son efectos previstos en la Tierra

En una teleconferencia con periodistas el martes 15 de octubre de 2024, representantes de la NASA, la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Panel de Predicción del Ciclo Solar informaron que el Sol ha alcanzado su máximo solar.

Sol, tormenta solar
Imágen del Sol captada por NASA

El ciclo solar es un proceso natural que atraviesa el Sol, alternando entre períodos de baja y alta actividad. Aproximadamente cada 11 años, en el punto culminante de este ciclo, los polos magnéticos del Sol se invierten (similar a lo que ocurriría si los polos Norte y Sur de la Tierra intercambiaran posiciones cada década). Durante este máximo solar, el Sol pasa de estar relativamente inactivo a experimentar una mayor actividad, con más tormentas solares.

"Las auroras boreales y australes que se observaron la última semana fueron consecuencia de una tormenta geomagnética generada por la actividad solar, y las auroras son uno de los efectos de este fenómeno. La actividad del Sol aumenta y disminuye a lo largo del ciclo solar, y hoy discutiremos el estado actual de dicho ciclo", explicó al inicio de la conferencia Sarah Fraiser, vocera de la NASA.

El número de manchas solares es un indicador de la intensidad del ciclo solar: cuanto mayor es el número de manchas solares, más intenso es el ciclo.

Durante la parte más activa del ciclo, conocida como máximo solar, el Sol puede desatar inmensas explosiones de luz, energía y radiación solar, que crean condiciones conocidas como clima espacial. Estos máximos pueden afectar a los satélites y astronautas en el espacio, así como a los sistemas de comunicaciones (como la radio y el GPS) y las redes eléctricas de la Tierra.

Cuando el Sol está en su fase más activa, los fenómenos del clima espacial se vuelven más comunes. Por ejemplo, la actividad solar, como la tormenta de mayo de 2024, ha incrementado la visibilidad de auroras y ha afectado tanto a los satélites como a la infraestructura terrestre en los últimos meses.

El ciclo solar actual

Actualmente, el Sol está atravesando su ciclo solar número 25, que comenzó en diciembre de 2019, y en los últimos cinco años, su actividad ha ido en aumento. "Lo que estamos observando del Sol sugiere que ha alcanzado su fase máxima. Sin embargo, no podremos identificar el pico exacto de este máximo hasta dentro de algunos meses, ya que primero necesitamos rastrear una disminución sostenida en la actividad solar. La variabilidad mensual es tan alta que debemos suavizar los datos durante al menos 13 meses para determinar cuándo ocurrió el pico", explicó Jamie Favors, director del programa de Clima Espacial de la NASA.

Las manchas solares son regiones más frías del Sol, formadas por la concentración de líneas del campo magnético. Estas manchas pueden ser aproximadamente 2500 veces más grandes que un imán de heladera.

Los ciclos solares más intensos suelen tener un pico más pronunciado y una fase máxima más corta, que dura solo uno o dos años. En cambio, los ciclos más débiles pueden tener un máximo que se extiende por más de tres años, e incluso presentar dobles o triples picos.

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Comparación de manchas solares entre el mínimo y el máximo de un ciclo. (NASA)

"El ciclo 25 se perfila como un ciclo relativamente pequeño, aunque más fuerte que el 24. Por lo tanto, podemos esperar que la actividad solar intensa continúe por unos tres o cuatro años más, y que aún se intensifique hasta alcanzar su máximo absoluto en aproximadamente dos años", señaló Favors durante una conferencia de prensa.

Las consecuencias de la actividad del Sol

Cuando la actividad solar se dirige hacia la Tierra, puede desencadenar una gran perturbación en el campo magnético terrestre, conocida como tormenta geomagnética. "Las eyecciones de masa coronal del Sol son nubes de partículas cargadas que interactúan con el campo magnético de la Tierra", explica Elsayed Talaat, director de la Oficina de Observaciones de Clima Espacial de la NOAA.

Entre las consecuencias más comunes de estos eventos se encuentran los apagones de radio, cortes de energía y la aparición de hermosas auroras. "Si bien no representan un peligro directo para las personas, pueden tener graves consecuencias para la tecnología y las comunicaciones que dependen de las capas superiores de la atmósfera", afirma Kelly Korreck, científica de la División de Heliofísica de la NASA.

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Estos son algunos de los proyectos que monitorean las tormentas solares. (NASA)

Los científicos que participaron en la conferencia destacaron que los períodos de máxima actividad solar pueden afectar gravemente las comunicaciones esenciales para la respuesta ante emergencias y para los pilotos durante el vuelo. Además, los satélites que orbitan la Tierra y los sistemas GPS que utilizamos para la georreferenciación son especialmente vulnerables.

"Hace unas semanas supimos que la industria de la agricultura de precisión en Estados Unidos sufrió una pérdida de medio billón de dólares debido a la tormenta solar de mayo de 2024", comentó Jamie Favors. "Estas personas dependen de un GPS de alta precisión para sembrar, cosechar y regar sus cultivos. Sin embargo, ese fin de semana del 9 y 10 de mayo no pudieron hacerlo de manera eficiente debido a la inexactitud del GPS provocada por la tormenta".

Los científicos monitorean el avance del ciclo solar a través de las manchas solares, áreas oscuras que están relacionadas con la actividad solar. Estas manchas suelen ser el origen de enormes explosiones, como las erupciones solares o las eyecciones de masa coronal, que lanzan luz, energía y material solar hacia el espacio.

A pesar de estos desafíos, los expertos son optimistas respecto al futuro, ya que consideran que nunca hemos estado tan preparados como ahora para enfrentar estas tormentas. "En otro momento de la historia, una actividad solar como la de mayo nos hubiera dejado completamente aislados, sin energía y sin comunicaciones. Pero estábamos preparados para eso", afirmó Favors.

La NASA y la NOAA están trabajando en múltiples proyectos que permiten monitorear y predecir de manera más precisa las eyecciones coronales. Además, están midiendo sus efectos tanto en la Tierra como en el espacio, e incluso en Marte. Un nuevo sensor, instalado en el satélite GOES-19, ha permitido reducir el tiempo de alerta ante una llamarada solar de 8 horas a solo 30 minutos.

Referencia de la noticia:

https://www.swpc.noaa.gov/news/joint-solar-maximum-announcement-nasa-and-noaa