Nigromancia digital: el dilema de revivir seres queridos fallecidos gracias a la Inteligencia Artificial

La resurrección digital de personas muertas avanza a paso firme en el mundo. ¿Una nueva forma de arte oscuro o simplemente parte de la vida cotidiana? La palabra de especialistas.

IA muertos muerte
Empresas emergentes en tecnología lanzaron servicios basados en IA generativa para resucitar seres queridos a sus clientes.

La nigromancia digital, un término que combina la antigua práctica de la nigromancia con la era moderna de la tecnología, se refiere a la resurrección digital de personas fallecidas gracias a la inteligencia artificial (IA).

Nigromancia:
conjunto de ritos y conjuros con los que se pretende desvelar el futuro invocando a los muertos.

En esta resurrección virtual, las personas vuelven a revivir digitalmente a sus seres fallecidos, a partir de las huellas que dejaron en vida, como fotografías, audios o textos escritos por ellos.

Este fenómeno actualmente se fundamenta en la IA generativa, que abarca no solo grandes procesadores de lenguaje como el ChatGPT, sino también generadores de imágenes y videos como DALL·E 2.

Los debates sobre la denominada nigromancia digital comenzaron en la década de 2010 a partir de los avances en la proyección de videos (con la tecnología de "deep fake") que llevaron a la resurrección a Bruce Lee, Michael Jackson y Tupac Shakur.

Inicialmente, este era un territorio exclusivo de empresas de producción de cine y música con altos recursos, pero la aparición de la IA generativa ha ampliado el acceso a las tecnologías que se utilizaron para resucitar a estas y otras estrellas.

Tras notar este creciente potencial, una serie de empresas emergentes en tecnología como Here After y Replika lanzaron servicios basados en IA generativa para resucitar seres queridos a sus clientes.

¿Una nueva forma de arte oscuro o simplemente parte de la vida cotidiana?

Phillip David Brooker, Terence Heng y Michael Mair, profesores de Sociología en la Universidad de Liverpool (Reino Unido), junto a Dipanjan Saha, candidato a PhD en Sociología, han evaluado en una columna publicada en The Conversation la preocupación que naturalmente puede surgir en la sociedad ante este avance tecnológico.

Esta tecnología, según algunos, parece cruzar una línea cultural y, tal vez, ética. Muchos sienten una profunda incomodidad con la idea de que podamos interactuar rutinariamente con simulaciones digitales de los muertos, afirman los especialistas.

Durante mucho tiempo, las personas han otorgado un valor emocional a las semejanzas con sus ancestros y a las reliquias de sus muertos como medios para mantener el vínculo.

youtube video id=-QqLbaP8nVA

A medida que la pintura de retratos dejó de ser una forma ampliamente adoptada de recordar a los seres queridos, la difusión de la fotografía en el siglo XIX se convirtió rápidamente en un medio alternativo para preservar a los difuntos. Hoy, muchos de nosotros tenemos fotos y videos de seres queridos fallecidos, a los que recurrimos como recuerdo y consuelo.

Entonces, en lo que respecta a la inteligencia artificial generativa, no está ocurriendo nada nuevo según los especialistas. Más que cambiar o interrumpir nuestras costumbres, la rapidez con la que han explotado las posibilidades necrománticas de la inteligencia artificial nos dice mucho sobre cómo funciona la tecnología con nuestras prácticas existentes de duelo, recuerdo y evocación.

¿Pero no es diferente con la inteligencia artificial?

Como señaló Debra Bassett, quien ha estudiado ampliamente las vidas digitales después de la muerte, algunos opositores a este uso de la inteligencia artificial han afirmado que les preocupa que los resucitados puedan ser obligados a decir cosas que no dirían estando vivos y, en su lugar, actuar de acuerdo con el guion de otra persona.

Para Bassett, la preocupación radica en que los muertos están siendo "zombificados", en una violación de su integridad.

Para los expertos, sin embargo, generalmente debemos recordar que imaginamos y mantenemos conversaciones con los muertos todo el tiempo. En momentos de crisis o alegría, reflexionamos sobre lo que aquellos que hemos perdido podrían habernos dicho, las actitudes que podrían haber tenido y el estímulo que podrían haber ofrecido en relación con los desafíos y logros en el aquí y ahora.

Las imágenes, el texto y posesiones o reliquias preciadas han sido durante mucho tiempo los medios disponibles para ese tipo de relación. Las nuevas tecnologías, más recientemente las cámaras y los dispositivos de grabación, han hecho que tales medios sean más accesibles y ampliamente disponibles.

Los especialistas afirman además que debemos tomar fotos o videos de los muertos como hilos conductores a su memoria, como sustitutos que nos permiten pensar o comunicarnos a través de ellos.

Concluyen finalmente que las preocupaciones generales sobre la nigromancia digital están exageradas: afirman que cuando nos concentramos en exceso en sus aspectos extraños y siniestros -para adaptar las palabras del filósofo Ludwig Wittgenstein- perdemos de vista la manera en que estas nuevas tecnologías hablan y resuenan con lo que ya somos y hacemos como seres humanos.