Novedoso eco-invento: barbijos que se convierten en plantas
En tiempos de pandemia nos cuidamos mediante el uso de mascarillas o barbijos que nos protegen, pero lamentablemente el impacto ambiental que generamos al desecharlos es un efecto colateral. Te presentamos estos grandes inventos que brindan una solución amigable con el planeta.
El uso de la mascarilla se convirtió desde hace más de un año en algo esencial para nuestras vidas, es sin dudas junto con el distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de alcohol etílico, el gran aliado que tenemos para seguir sorteando este duro momento de pandemia por el COVID 19 que nos toca atravesar.
Lamentablemente los barbijos descartables contribuyen con un impacto ambiental negativo cuando se convierten en desechos, sin embargo y por fortuna, ya existen varios diseños de mascarillas que crean una solución amigable con el planeta.
Se estima que se usan unas 129 mil millones de mascarillas descartables por mes en todo el mundo, y el cálculo estremece aún más cuando se da la cifra de 3 millones por minuto. Aún no existe ninguna indicación oficial sobre el reciclaje de los típicos barbijos quirúrgicos celeste, por lo que se están tratando como todo residuo sólido.
Solución de diseño holandés
Marianne de Groot-Pons es una diseñadora gráfica que vive y trabaja en Utrecht, ella creó un innovador diseño alternativo para las mascarillas faciales. Se trata de un barbijo 100% amigable con el medioambiente porque está confeccionado en papel de arroz, además de ser biodegradable tiene una doble función, porque contiene semillas de flores incrustadas en la trama. Estas máscaras de papel y semillas se sujetan a la cara mediante un cordón de lana de oveja, en lugar de usar un elástico, y si por esas cosas de la vida tu mascarilla termina en el suelo..., no causaría daño alguno al ambiente.
En primer lugar, la diseñadora asegura que las mascarillas bautizadas como "Marie Bee Blooms" proporcionan la misma protección que un tapaboca de tela, y la idea de este producto es que una vez que tu mascarilla fue utilizada como las autoridades sanitarias lo recomiendan, en un segundo paso y en lugar de desecharla la podés plantar en una maceta o directamente en la tierra de tu jardín, ¡y esperas a que florezca! Esperamos ansiosos poder encontrarlas disponibles por todo el mundo.
Invento colombiano
Héctor Mauricio Páez, quien mereció la nominación en este caso al "Mejor Inventor Colombiano por la Superintendencia de Industria y Comercio" de su país, creó un nuevo tapabocas 100% biodegradable que fue bautizado con el nombre "GreenFace". Estos barbijos también están hechos a base de semillas con la idea de que una vez descartado, pueden sembrarse. Su proceso de degradación inicia una vez enterrado, pudiendo durar de 30 a 60 días como máximo. Están diseñados con fibras de celulosa, es hipoalergénico, y en su interior además de contener agentes antibacteriales posee semillas.
Este diseño innovador cuenta con un modelo muy práctico de utilizar, (además del clásico que se sujeta a la cara a través de cordones de algodón, o cauchos de latex biodegradables), existe la versión que se adhiere directamente al rostro con un adhesivo no tóxico y acrílico, para evitar afecciones en la piel.
El inventor asegura que una vez que el agente infeccioso de este coronavirus entra en contacto con el material del tapabocas, se inactiva rápidamente. En su interior contiene monopartículas de plata y cobre, que lo convierte en un producto capaz de eliminar hasta 600 tipos de virus y bacterias. Páez, garantiza que su producto no representa problemas en la piel de las personas, como dermatitis o acné, esto gracias a sus características antibacterianas. Tampoco produce quemaduras por su uso frecuente o por el contacto con el sol, y aclara que es económico.
Gran hallazgo filipino
Otra propuesta similar también llega desde el Departamento de Ciencia y Tecnología de Filipinas, descubrieron que la fabricación de mascarillas hechas a base de la planta llamada “abacá" (parecida a la del plátano), resulta ser más resistente al agua que las máscaras N-95. En filipinas ya utilizan este elemento para la fabricación de bolsas de té y billetes.
El material de esta planta es igual de resistente que el poliéster (componente utilizado en la fabricación de la mayoría de los tapabocas comerciales actualmente). La enorme diferencia a favor del planeta es que estas mascarillas de abacá pueden descomponerse en solo dos meses, y esto las convierte en una excelente alternativa para combatir el impacto ambiental generado por las mascarillas desechables.