Nuevo estudio en huesos genera gran preocupación en los astronautas

Los científicos analizaron la recuperación ósea de varios astronautas un año después de que regresaran de una larga travesía. Los resultados no son alentadores y podrían truncar la fantasía de vivir en el espacio.

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Los astronautas pierden hasta el 2% de densidad ósea por cada mes en el espacio.

Determinar el grado de recuperación ósea después de un vuelo prolongado más allá de la atmósfera terrestre es importante para comprender los riesgos para la salud esquelética a largo plazo. Investigaciones anteriores ya habían demostrado que se pierde entre 1% y 2% de densidad ósea por cada mes en el espacio, y la gran pregunta era: ¿es posible recuperarla? En esto se centró la investigación.

La baja gravedad que hay durante las misiones espaciales quita la presión de las piernas cuando las personas tratan de pararse o caminar. Como resultado, los astronautas pierden décadas de masa ósea, pero ahora se sabe que “muchos no la recuperan incluso después de un año en la Tierra”. Esto dijeron los investigadores advirtiendo que podría ser una "gran preocupación" para futuras misiones a Marte, en las que los astronautas estarán años en el espacio.

La investigación involucró a 14 hombres y tres mujeres astronautas de la Estación Espacial Internacional, con una edad promedio de 47 años, cuyas misiones oscilaron entre cuatro y siete meses en el espacio, con un promedio de alrededor de 170 días. Un año después de regresar a la Tierra, los astronautas mostraron, en promedio, un 2,1% menos de densidad mineral ósea en la tibia, uno de los huesos de la parte inferior de la pierna, y un 1,3% menos de fuerza ósea. Nueve de ellos no recuperaron la densidad mineral ósea después del vuelo espacial, experimentando una pérdida permanente.

La densidad de algunos huesos de nueve astronautas no se había recuperado por completo después de un año en la Tierra, y todavía les faltaba alrededor de una década de masa ósea

"Durante los vuelos espaciales, los huesos finos se adelgazan y, finalmente, algunas de las varillas óseas se desconectan entre sí. Una vez que el astronauta regresa a la Tierra, las conexiones óseas restantes pueden engrosarse y fortalecerse, pero las que se desconectaron en el espacio no se pueden reconstruir, por lo que la estructura ósea general del astronauta cambia permanentemente", dijo la profesora de la Universidad de Calgary, Leigh Gabel, quien fue la autora principal de la investigación.

Vivir en el espacio

Habitar el espacio y desplazarnos por los rincones del universo plantea varios desafíos para el cuerpo humano. Pero sin ir tan lejos, la salud espacial es una preocupación clave para las agencias espaciales a medida que planifican nuevas exploraciones. Por ejemplo, la NASA tiene como objetivo enviar astronautas de regreso a la Luna con presencia durante largo plazo y varias misiones de astronautas a Marte. Pero luego del viaje, los humanos podrían presentar dificultades para realizar sus tareas en esas superficies.

Una vez que el astronauta regresa a la Tierra, las conexiones óseas restantes pueden engrosarse y fortalecerse, pero las que se desconectaron en el espacio no se pueden reconstruir, por lo que la estructura ósea general del astronauta cambia permanentemente.

Para encontrar soluciones, los investigadores también analizaron la actividad física que los astronautas habían realizado durante y después del viaje espacial. Entre los ejercicios se destacaban correr, andar en bicicleta, sentadillas, peso muerto y elevaciones de talón. Ni la carrera, el ciclismo, las sentadillas ni el volumen de elevación del talón se asociaron con la recuperación ósea, pero sí se vio una tendencia de recuperación en los que más practicaban peso muerto.

Y aunque va a ser necesario modificar las rutinas espaciales para minimizar la pérdida de huesos, este es solo uno de los problemas a los que se enfrentan. El sistema cardiovascular también experimenta muchos cambios sin la gravedad que atrae la sangre hacia nuestros pies, lo que afecta también a la visión. Y sin duda la radiación también es un gran problema de salud para los astronautas, ya que cuanto más se alejan de la Tierra, mayor es la exposición y mayor el riesgo de cáncer.