Ola de calor extrema aplasta al oeste de Estados Unidos
Una ola de calor extremo con máximas que superan los 50 °C somete a parte del oeste de Estados Unidos. Más de 50 millones de personas están afectadas por este evento sin precedentes por ocurrir antes del inicio del verano.
El Valle de la Muerte, en el estado de California - Estados Unidos, se caracteriza por las altas temperaturas cada verano. De hecho es uno de los lugares más calientes de la Tierra. En Furnace Creek, perteneciente al Valle de la Muerte, se registró la temperatura más alta medida y aceptada con 56,7 °C el 10 de julio de 1913. Temperaturas similares se registran cada verano. Y ahora todo el sudoeste de Estados Unidos y parte del noroeste se encuentra en medio de una ola de calor extremo.
De acuerdo a lo reportado por EuroNews, estas salvajes temperaturas son algo otras veces visto y hasta relativamente normal para la zona. Pero el detalle pasa por la fecha. Esos registros generalmente se dan bien entrado el verano, a mediados de julio y agosto. Lo excepcional con esta ola de calor es que es muy pronto para que se alcancen estas máximas.
Algunos especialistas ya habían alertado que a medida que el calentamiento global se potencie, este escenario iba a ser cada vez más recurrente. Según información del National Weather Service (NWS), unas 50 millones de personas están alcanzadas por temperaturas extremadamente altas, mientras un centro de alta presión en altura potencia el calentamiento en superficie hasta niveles récord. La ola de calor cubre desde Wyoming a California de este a oeste y de Idaho a Arizona de norte a sur.
Calor más sequía
A la ola de calor se le suma la profunda sequía que vive el sudoeste de Estados Unidos ya desde hace años. Según los expertos consultados por CNN, esta ola de calor y la excepcional sequía forman parte de un bucle perjudicial potenciado por el cambio climático. Cuanto más calor, más seco; cuanto más seco, más calor. Y a eso se suma que ya antes de haber terminado la primavera el riesgo de incendios en toda la región es altísimo.
Esta sumatoria de condiciones hacen que olas de calor como esta sean excepcionalmente peligrosas para la vida. Cada año se observa una tendencia clara: las olas de calor son cada vez más intensas y extensas, y llegan más temprano. Una realidad que se observa en otras partes del mundo. El martes, por ejemplo, Salt Lake City alcanzó 41,6 °C, empatando un récord histórico pero que es del mes de julio. En esa zona los récords son de 1874, un evento que se repite una vez cada 50 años.
En término general, las temperaturas estarán 13 °C por encima de los promedios. En algunos puntos del valle de la muerte, o más al sur, en el límite con México, las mínimas no bajaron de los 36 °C, con más de 42 °C a las 3 de la madrugada. En algunas ciudades muy populosas, las franjas de la población que tienen dificultad para acceder a algún tipo de refrigeración están claramente en una situación peligrosa.
Un calor inhumano
Otro de los grandes problemas asociados a la sequía es el suministro de agua. Por ejemplo, en el estado de Nevada, los niveles del lago Mead alcanzaron los niveles más bajos con temperaturas en la zona que pueden rondar los 50 °C. Más al norte, Montana e Idaho, estados donde en invierno la nieve es parte de la realidad casi diaria, han tenido máximas por encima de los 37,7 °C.
Un 88% de la región se encuentra en estado de sequía, incluyendo toda California, Oregón, Utah y Nevada, según los últimos estudios del propio Gobierno. Y el panorama es muy complejo porque aún no ha llegado el verano. En Phoenix (Arizona), la temperatura tocó los 46,1 ° C el lunes pasado, y esos valores podrán ser superados durante el fin de semana.
Aunque sea un respiro relativo, un debilitamiento del anticiclón en altura permitiría que las temperaturas bajen algo la próxima semana. Las máximas pasarán del entorno de los 50 °C a unos más frescos 42 °C. Pero sería algo muy temporario, ya que para el último fin de semana de junio Phoenix podría superar la barrera de los 47 °C.