OMM confirma récord de temperatura en Antártida, pero invalida otro
La temperatura extrema de febrero de 2020 registrada en la Base Esperanza de Antártida es un récord absoluto para esa región según el análisis de la OMM. Sin embargo, el organismo invalidó otro dato de temperatura aún más elevado por “estar sesgado”.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reconoció a los 18.3°C registrados el 6 de febrero de 2020 en la Base Esperanza (Argentina) como un nuevo récord de temperatura máxima para el continente antártico. Unos días después, el 9 de febrero, el calor antártico volvió a ser noticia al alcanzarse los 20.75°C en una estación automática de monitoreo del permafrost (Brasil) en la isla Seymour. Finalmente, la OMM consideró que ese valor no era correcto y quedó invalidado.
El Comité Internacional de Evaluación de la OMM estuvo formado por climatólogos y expertos en ciencias polares de Argentina, Brasil, España, Estados Unidos, Nueva Zelandia y el Reino Unido. “Este nuevo récord demuestra, una vez más, que la lucha contra el cambio climático exige medidas urgentes. Es esencial seguir reforzando los sistemas de observación, predicción y alerta temprana para responder a los fenómenos extremos que se producen con más y más frecuencia como consecuencia del calentamiento global”, afirmó la Dra. Celeste Saulo, directora del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina y Vicepresidenta Primera de la OMM.
"La península antártica es una de las zonas del planeta en la que se registra un ritmo más rápido de calentamiento: casi 3 °C en los últimos 50 años. Por lo tanto, este nuevo récord de temperatura es coherente con el cambio climático que estamos observando. La OMM trabaja en colaboración con el Sistema del Tratado Antártico para ayudar a conservar este continente impoluto", comentó el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas.
Anteriormente, el récord de temperatura en la región antártica (la parte continental, incluidos el continente y las islas circundantes) era de 17,5 °C, ocurrido el 24 de marzo de 2015, también en la estación de investigación Esperanza. Pero si se consideran latitudes más al norte, para el conjunto de la región antártica —es decir, todo el hielo y tierra situados al sur del paralelo 60° S— el récord vigente es de 19,8 °C, valor registrado en la isla de Signy en enero de 1982.
La Antártida, que se extiende sobre 14 millones de km2 (aproximadamente el doble del tamaño de Australia), es un sitio frío, ventoso y seco. La temperatura media anual oscila entre −10 °C en la costa antártica y −60 °C en las partes más altas del interior del continente. Su inmenso manto de hielo tiene un espesor de hasta 4,8 km y contiene el 90 % del agua dulce del mundo; si se derritiera completamente, produciría un aumento del nivel del mar de unos 60 metros.
Causas y análisis
Un comité del Archivo de la OMM de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos realizó una amplia evaluación de la situación meteorológica en la península antártica. Al momento del récord había un gran sistema de alta presión sobre la zona, que creó condiciones características del föhn, vientos muy cálidos que descienden de las laderas y que en Argentina se también se lo conoce como Zonda. Esto dio lugar a un calentamiento local, tanto en la estación Esperanza como en la isla Seymour. Según se desprende de evaluaciones anteriores, esas condiciones meteorológicas son propicias para que se produzcan temperaturas récords.
El comité examinó también los instrumentos empleados en las dos observaciones. El análisis de los datos y metadatos de la estación de Esperanza, operada por el Servicio Meteorológico Nacional de la Argentina, no reveló ningún problema. Sin embargo, tras un análisis detallado de los datos y metadatos de la estación de monitoreo del permafrost de la isla Seymour, operada por un equipo brasileño de investigación sobre ciencias polares, constataron que un escudo de radiación improvisado había sido el causante de un sesgo térmico demostrable del sensor de temperatura.
La OMM subraya que la estación de monitoreo del permafrost estaba correctamente diseñada para su finalidad, pero explicó que los investigadores del proyecto tuvieron que improvisar un escudo de radiación tras perder la pieza original. Aunque esa modificación no supuso un problema en relación con el objetivo específico del proyecto, que es registrar las variaciones del permafrost, sí se pudo demostrar que produjo un sesgo térmico de la temperatura del aire, por lo que se invalidó ese récord.
Cuando se conoció la noticia de estas observaciones, los medios de comunicación mundiales la difundieron rápidamente con titulares que anunciaban temperaturas superiores a los 20 °C por primera vez en la Antártida. El comité de expertos también subrayó en su comunicado la necesidad de que científicos y medios actúen con mayor cautela cuando comunican con antelación este tipo de información, que a menudo se tiende a publicar de forma sensacionalista y a caracterizarlos de forma errónea antes de que se hayan examinado a fondo y validado adecuadamente.
"Esta investigación pone de relieve una importante "oportunidad de aprendizaje", especialmente en lo que respecta a la difusión que hacen los medios de comunicación con este tipo de información”, advirtió el profesor Randall Cerveny, ponente de la OMM sobre fenómenos climáticos y meteorológicos extremos. "Alcanzar el nivel de exactitud absoluta necesario para el Archivo oficial de la OMM de Fenómenos Extremos requiere contemplar diversos factores —como el mantenimiento, el emplazamiento y el tipo de instrumentos— cuya investigación y análisis requiere tiempo", añadió el profesor Cerveny.