Otro descubrimiento increíble para el telescopio James Webb
Desde que el telescopio James Webb fue lanzado al espacio hace menos de dos años, ya estaba claro que revolucionaría nuestros futuros descubrimientos espaciales. Esta vez ha conseguido detectar agua en un disco protoplanetario.
Recientemente, el instrumento MIRI (Mid InfraRed Instrument), una especie de cámara conectada a un espectrógrafo capaz de detectar la luz en la región infrarroja media del espectro electromagnético, es decir, en longitudes de onda de 5 a 28 micrómetros, muy útil para captar la luz de galaxias lejanas, estrellas recién formadas pero también cometas débiles, pudo detectar agua en forma de vapor a una temperatura de 330 °C en el disco protoplanetario de una estrella situada a unos 370 años luz.
¿Quién es esta estrella?
Se trata de PDS 70, una joven estrella T Tauri, es decir, una estrella en fase pre-secuencia principal, es decir, en las primeras etapas de su evolución, que forma parte de la constelación del Centauro.
Este tipo de estrella suele tener una masa y una temperatura similares a las del Sol, pero posee campos magnéticos extremadamente intensos. Se encuentra muy a menudo en las proximidades de nubes moleculares, un tipo particular de nube interestelar, es decir, una acumulación de gas y polvo, donde se forman las estrellas.
PDS 70 (también conocida como V1032 Centauri) tiene una masa de aproximadamente 0,76 masas solares y una edad estimada de 5,4 millones de años, lo que la hace más joven que nuestro Sol, que tiene una edad estimada de 4.570 millones de años, y su disco protoplanetario contiene dos planetas extrasolares llamados PDS 70 b (que también ostenta el récord de ser el primer protoplaneta confirmado del que se han obtenido imágenes visuales) y PDS 70 c.
Ambos planetas son del tipo joviano caliente, es decir, son gigantes gaseosos, y es precisamente el hecho de que ya haya dos planetas orbitando alrededor de la estrella lo que hace que el descubrimiento de agua sea único, ya que es la primera vez que se realiza en un disco protoplanetario en el que ya hay dos planetas, es decir, en un disco relativamente antiguo.
El futuro de la investigación
El estudio de los discos de polvo y gas alrededor de estrellas jóvenes es uno de los objetivos del telescopio espacial James Webb y pretende aumentar nuestros conocimientos sobre las condiciones que determinan la composición de los planetas que podrían formarse en estos discos.
Por supuesto, este descubrimiento ha alimentado la esperanza de muchos de que podamos encontrar planetas rocosos habitables, como la Tierra, con presencia de agua en la superficie, requisito fundamental para el desarrollo de formas de vida.
Ahora los investigadores tendrán que llevar a cabo nuevos estudios para averiguar si PDS 70 es sólo una afortunada excepción o si la presencia de moléculas de agua es en realidad bastante común en las zonas rocosas de formación de planetas de los discos protoplanetarios alrededor de estrellas jóvenes.
Obviamente, dado el increíble descubrimiento, el James Webb volverá a dirigir su mirada hacia la estrella PDS 70 para proporcionarnos más imágenes y datos más detallados, y sólo nos queda esperar el resultado de las próximas observaciones.