La particular característica que tiene el girasol para eludir la sequía
A pesar de la sequía que castigó fuerte a la actividad agropecuaria, el girasol logró la mejor producción del siglo en la campaña 2022/23.
La histórica sequía que durante casi cuatro años castigó la producción agropecuaria en Argentina provocó pérdidas económicas millonarias. Las cosechas se dañaron a causa de las altas temperaturas y un régimen casi nulo de precipitaciones.
A pesar de las estas condiciones climáticas, el girasol logró aumentar su producción en la campaña 2022/23 debido a dos aspectos centrales: el primero vinculado al escenario internacional y el segundo a sus propiedades intrínsecas que lo posicionan como un cultivo “rústico” resistente a condiciones extremas.
Bajo estas premisas, en la última campaña 2022/23 se lograron cosechar 3,9 millones de toneladas en las 2,5 millones de hectáreas que se sembraron. En cuanto a las ventas en el mercado interno, se registró un aumento significativo en los primeros diez meses de 2023, alcanzando el récord histórico de 4,3 millones de toneladas, un 53% más que en el mismo período del año anterior.
Con precios internacionales atractivos, los productores se aventuraron a la siembra.
Es que el girasol -especialmente el argentino- es ampliamente reconocido en el mundo por su aceite de alta calidad, muy por encima del que se produce por la molienda de palma o de soja.
La producción Argentina
Según datos de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), la producción se concentra en el noreste del país, norte de Santa Fe, norte de La Pampa y sur de Córdoba. También se cultiva en el sudoeste y sudeste bonaerense, donde las localidades de Balcarce, Tandil y Mar del Plata aparecen entre las más destacadas.
El girasol logró, a pesar de la sequía, ser el único de los seis principales cultivos que logró un aumento interanual en la producción. Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el ciclo 2022/23 la producción de la oleaginosa alcanzó las 3,9 millones de toneladas, el máximo volumen en los últimos 10 años.
En el ámbito de las exportaciones, el complejo girasol registró casi 2 millones de toneladas de ventas al exterior entre enero y octubre de 2023, el segundo volumen más alto de la década, solo superado en 2019. El aceite de girasol también experimentó un auge en las exportaciones, con 915,000 toneladas en los primeros diez meses del año, el nivel más alto en una década.
El girasol en Europa del este
Rusia y Ucrania son actores protagónicos en la producción y el comercio mundial de girasol. A estar enfrentados y en medio de un conflicto bélico, los precios se ubicaron por encima de los máximos históricos y Argentina pudo aprovechar esa situación para aumentar su producción.
El precio del aceite de girasol llegó casi a los U$S 2 mil por tonelada en el momento en que comenzaron los ataques de Rusia a Ucrania, cuando el valor promedio de la tonelada en la última década se ubicó en torno a los US$ 930.
¿Por qué es un cultivo especial?
Desde hace tiempo se lleva adelante un trabajo liderado por investigadores argentinos dentro de un consorcio internacional de científicos. Ese equipo logró identificar la capacidad genética del girasol para mantenerse en pie a pesar de contar con bajas reservas hídricas.
La responsable de ese trabajo fue la destacada bioquímica argentina Raquel Chan, una de las científicas más influyentes a nivel global en el campo de la biotecnología vegetal.
Al comprender los mecanismos genéticos de esa respuesta se pudo avanzar en el mejoramiento biotecnológico de éste y otros cultivos, tal como ocurrió con la soja y el trigo tolerantes a sequía que incorporaron el gen HaHB-4 extraído del girasol y que ya se aprobaron en varios países.