Patagonia: El lago desaparecido que genera enormes tormentas de arena
En pocos años el Colhué Huapi, en Chubut, pasó de ser un gran lago que dominaba el paisaje, a un desierto gigante que con cada situación de viento intenso proyecta grandes cantidades de arena hacia el océano Atlántico.
Una enorme tormenta de polvo que generaba una gran nube de polvo partió desde el centro de la Patagonia el pasado 7 de marzo. El evento fue tan grande como para que un astronauta de la Estación Espacial Internacional (ISS) aprovechase su paso sobre la región para fotografiarla. Este tipo de tormentas de arena son comunes en la Patagonia, aunque en los últimos años la desaparición de lago Colhué Huapi, en el centro de Chubut, hizo que la magnitud de este fenómeno sea de gran escala.
El evento fue parte de un informe de EarthObservatory que da cuenta de a densidad de la nube de polvo como para bloquear gran parte de la radiación solar. El Colhué Huapi era un lago poco profundo adyacente a su par lago Musters, de mucho mayor profundidad. Históricamente, durante la estación más seca el Colué Huapi, gracias a la evaporación dejaba el lodo expuesto. Pero con el correr de los años las lluvias no alcanzaban a recuperar la pérdida, y lo que fue un lago se convirtió en un gran desierto y fuentes de tormentas de arena.
Para el año 2017 el lago había desaparecido en su totalidad. De acuerdo a lo reportado en aquel momento por El Diario de Madryn daba cuenta de que en solo tres meses había desaparecido, luego de que meses antes mantenía un 30% de su volumen de agua. En la actualidad la erosión del terreno es de gran magnitud, y el terreno se está rediseñando con cada gran temporal de viento que azota a la zona.
Tormentas de arena como en Marte
La fotografía tomada desde la Estación Espacial Internacional muestra cómo el lago aparece casi completamente oscurecido por el polvo y las nubes que se forman. En el margen occidental de la tormenta, el polvo se levantaba desde el suelo en forma de serpentinas que se alinearon con la dirección del viento. El dato interesante que es estas características del polvo superficial también se observan en Marte.
El evento del 7 de marzo arrastró polvo hasta unos 120 kilómetros al noreste para proyectarlo luego sobre el Golfo de San Jorge y el océano Atlántico. Tanto como ocurre con el arena del Sahara proyectada sobre el mar Caribe, el polvo de este tipo de tormentas es una fuente importante de nutrientes en el océano adyacente.
El pasaje de sistemas de baja presión sobre la Patagonia con un importante gradiente de presión son frecuentes por lo que los vientos del oeste intensos son recurrentes. Un informe de INTA emitido en 2016 indicaba que la mayor superficie cubierta de agua en el Colué Huapi fue en 2006 con casi 77.000 hectáreas. Para 2015 había perdido el 70% de esa superficie, y en la actualidad el lago ya no existe.
Los secretos del lago que murió
La desaparición del lago no solo cambió la fisonomía de la zona, sino que permitió hallazgos impensados. En 2016 una nota del diario El Chubut señalaba que por la progresiva desaparición del lago había sido encontrado un avión desaparecido en 1964. El informe detalla que un avión Piper Apache Twin Engine cayó el 19 de octubre de 1964 en la zona del lago a unos 150 kilómetros al oeste de Sarmiento, una ciudad en el sur de Chubut. Tras el accidente habían sido hallados los cuerpos de las cuatro víctimas mortales pero nunca el avión que cubría un viaje para trasladar a personas del sector petrolero.
Muchos intentaron ubicar el avión durante años, acaso atraídos por la versión que indicaba que trasladaba una gran cantidad de dinero. Lo cierto es que recién eso ocurrió mucho tiempo después en los años en que el lago ya agonizaba. Un conocedor de la zona avistó una de las alas sobresaliendo del suelo, mientras que el resto del avión permanecía enterrado.
Muchos secretos serán seguramente develados, pero lo cierto es que la historia del Colué Huapi muestra crudamente que la erosión es uno de los grandes problemas de la Patagonia donde el régimen de lluvias en algunos sectores ha declinado considerablemente en las últimas décadas.