Piedra Parada: el insólito tótem natural que surgió de una erupción volcánica ocurrida hace 50 millones de años

Ubicado en medio del valle del río Chubut, este monolito natural producto de una erupción volcánica ocurrida hace 50 millones de años comprende un imperdible elemento del paisaje patagónico. No solo es visualmente impactante, sino que también posee un valor geoturístico significativo para la región: tanto que es una atracción turística protagonista de lo que se conoce como Área Natural Protegida Piedra Parada. En este artículo te contamos cómo llegar y por qué visitarla.

¿Qué es Piedra Parada?

Se conoce como Piedra Parada a un extraordinario tótem natural presente en la estepa patagónica: aunque a juzgar por algunas imágenes las proporciones parecen menores, posee una fisonomía gigantesca de unos 240 metros de alto y 100 metros de base.

Debe su origen hace más de 50 millones de años, cuando una erupción volcánica monumental dio forma a lo que hoy es la caldera Piedra Parada. Esta estructura gigante, de unos 25 kilómetros de diámetro y por donde se extruyeron grandes volúmenes de magma, afectó la región cubriéndola de fuego y lava.

Según han explicado desde la Secretaría de Turismo, Deportes y Cultura de Esquel, al cesar la furia volcánica, la erosión del río modeló esta formación única, creando un paisaje que parece no haber cambiado desde que la lava se enfrió. “En sus rocas multicolores, de tonos que van desde el amarillo vibrante hasta el rojo oscuro, se pueden leer las huellas de aquellos días de furia y fuego, preservadas en el mismo lugar donde se originaron”, detallan desde el ente.

¿Por qué visitar este atractivo?

Piedra Parada representa un monumento viviente a la historia de la Tierra, convocando a descubrir un interesante circuito que conecta e integra los numerosos sitios de interés geológico que yacen entre la localidad de Gualjaina -la urbanización más cercana- y la ciudad de Esquel.

Esta travesía promete a los visitantes conocer una historia geológica que incluye desde antiguas explosiones volcánicas así como los restos del paisaje labrado por los glaciares en tiempos geológicos mucho más recientes.

El geoturismo es un tipo de turismo basado en la provisión de experiencias que permiten a los turistas incorporar conocimiento para el entendimiento de la geología y la geomorfología de un sitio o región. En Esquel, la riqueza geológica del entorno, sumada a sus paisajes impactantes, presenta una oportunidad única para desarrollar esta modalidad turística y abrir paso a una nueva propuesta recreativa en un entorno natural al aire libre.

¿Cómo llegar a Piedra Parada y qué ver en sus alrededores?

Desde el año 2006, esta atracción turística forma parte de un Área Natural Protegida que abarca 132 hectáreas de Estepa patagónica ubicadas sobre la Ruta Provincial 12, entre los Departamentos de Languiñeo y Cushamen.

Para ingresar al Área Natural Protegida Piedra Parada, se puede llegar entrando desde la Ruta Nacional 40 (el cruce se encuentra 25 km al sur de Esquel) o desde la Ruta Nacional 25 a la altura de Paso los Indios, pasando primero por Paso del Sapo.

¿Qué ver en la zona? En un recorrido por el cañadón de la buitrera, el paisaje cambia como una paleta de colores en movimiento. Las paredes de piedra, que superan los 150 metros de altura, se van estrechando a medida que se avanza por el sendero. En sus grifos, la vida persiste de la mano de las bandurrias, los tucúqueres y el cóndor andino, aves que hacen del cañadón su refugio.

Así, las actividades en la Piedra Parada pueden incluir senderismo, escalada y visitas guiadas, donde los turistas podrán aprender sobre la formación y evolución de este singular paisaje. La propuesta de geoturismo en este lugar busca no solo atraer a los amantes de la naturaleza, sino también a aquellos interesados en la ciencia y la historia geológica, enriqueciendo aún más la oferta turística de destinos como Esquel y alrededores.

En esta zona, el viento parece llevar consigo historias antiguas, mientras los chinchillones, roedores simpáticos y curiosos, se asoman entre las rocas, como si observaran a los visitantes con la misma curiosidad que este ejemplar les dedica. Si bien se puede visitar durante todo el año, ya sea solo por el día o acampando, la mejor época para hacer turismo es de octubre a abril ya que las condiciones climáticas se vuelven más amenas.