Por el calentamiento global avispones asesinos invaden paises
La picadura de los avispones gigantes es tan dolorosa, que llega a matar humanos, incluso sin ser alérgicos. Por el calentamiento global logran sobrevivir a los inviernos y ser cada vez más peligrosos.
En 1978 la película mexicana “Abejas asesinas” logró ganar varios premios. Era la historia de apicultores americanos que para aumentar sus ingresos introducían una variedad de abeja muy agresiva. Luego se rodaron otras muy similares. Pero ahora, esta realidad de película parece haberse hecho concreta, ayudada por el aumento de las temperaturas. Algunos lo plantean como una muestra de escenarios que se pueden disparar asociados al cambio de condiciones climáticas.
De acuerdo a lo reportado por Quartz, una plaga de avispones, cada uno del tamaño de un pulgar, ha avanzado sobre la provincia china de Shaanxi matando al menos a 28 personas e hiriendo a 419. El diario The Guardian indicó por su parte que el índice de mortalidad por este tipo de picaduras en la ciudad de Ankang se ha duplicado, y la curva de hospitalizados viene creciendo en los últimos años.
Este tipo de avispones gigantes asiáticos, cuyo nombre científico es vespa mandarinia, acrecentó su población en gran medida por el aumento de las temperaturas, una de las facetas del cambio climático, muy notorio en sus regiones de origen. Por ejemplo en la ciudad de Ankang, en China, la temperatura promedio de invierno aumentó 1,10°C en pocos años. Este escenario permite que muchos avispones sobrevivan al invierno, algo que antes no ocurría.
También se los llama avispones asesinos
El aumento de temperaturas también ayuda en el mismo proceso a otra especie muy violenta de avispones chinos, la vespa velutina, que han logrado llegar a Europa y Corea del Sur. Hace algunos días, un reporte de CNN afirmaba que los avispones habían llegado a los Estados Unidos. Con su picadura venenosa atacan a las abejas y las decapitan. Al no tener control natural y ser tan agresivos, pueden transformarse en un gran problema en un año donde justamente lo que sobran son los problemas.
La ecuación es simple. A medida que aumenten las temperaturas, el ambiente será óptimo para los avispones gigantes, y un apocalipsis para las abejas que ya vienen diezmadas por el aumento de la contaminación. De momento los reportes parecen confinados al hemisferio norte, y con la restricción de vuelos por el COVID-19, debería estabilizarse su propagación. Pero podrá llegar el momento de que colonicen, por ejemplo, Sudamérica.
En el caso de Argentina, las condiciones climáticas del centro del país, especialmente la llanura pampeana serían propicias para su dispersión. Incluso algunos sectores de la Patagonia tienen condiciones para que se desarrollen. Quartz también señala que las abejas productoras de miel en Japón parecen haberse adaptado y encontraron un sistema para repelerlas.
Lo que hacen estas abejas japonesas es rodear a los avispones como una esfera, contraerse aumentando la temperatura del entorno, y llevando el calor a niveles que no pueden ser soportados por los agresores. Pero esta habilidad no la tienen las abejas europeas. Por caso Francia, ya las detectó desde 2005 cuando llegaron en un cargamento de cerámica. Cada año avanzan un promedio de 100 kilómetros. Desde 2017 se las han reportado en España, Portugal y Bélgica, y se espera que en poco tiempo lleguen a Italia y el Reino Unido.
La apicultura en estado de alerta
En la China rural, donde los efectos del calentamiento global son muy notorios, ser picados por uno de estos avispones gigantes es cada vez más frecuente. Su picadura es muy dolorosa y se compara con un clavo caliente atravesando la pierna. Su veneno es tan potente como para disolver la piel. Logran volar a más de 40 kilómetros por hora, por lo que son muy rápidos, y alcanzan los 5,5 centímetros. De hecho son los avispones más grandes del planeta.
Los cosechadores de arroz en China son blancos perfectos. Los avispones suelen atacar en grupo y así pueden terminar con la vida de una persona. Si alguien corre, la situación se torna aún peor. Es un escenario terrorífico para esas personas. Ese ese el caso del avispón vespa velutina el más violento de los dos. Un avispón gigante es cinco veces más grande que una abeja melífera, y con enormes mandíbulas. Esta morfología le permite decapitar hasta 40 abejas por minuto.
Otro dato preocupante es que unos 30 avispones pueden destruir colonias de unas 30000 abejas en pocas horas. En Estados Unidos los apicultores ya han comenzado a reportar ataques y muertes de abejas productoras de miel. Para el caso, los investigadores norteamericanos no saben si han llegado de manera fortuita en cargas o de manera deliberada. Son más destructivos a fines del verano e inicio del otoño que es cuando buscan proteínas para criar las reinas de la próxima temporada.