Por la sequía y las altas temperaturas, habrá menos soja y maíz en la Argentina
Tras lluvias erráticas, el alivio llegó a un 20 % de la región núcleo. La mitad de la soja sembrada esta en malas condiciones y el maíz también transita la campaña muy castigado por la falta de agua.
La situación climática en el sector agropecuario es realmente compleja. Se agravó desde diciembre por la falta de precipitaciones y las altas temperaturas que deterioraron el estado de los cultivos.
Tan crítico es el escenario actual que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que a pesar de las lluvias registradas el pasado fin de semana, se reducen las estimaciones de producción de soja y maíz. Según el reporte, las producciones de soja y maíz caerían cada una en un millón de toneladas, dejando un estimado de 49,6 millones de toneladas para la oleaginosa y 49 millones de toneladas para el cereal.
¿Qué pasa con la soja en la zona núcleo?
El alivio del agua de la semana pasada apenas alcanzó al 20 % de la región centro del país. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, en el caso de la soja de primera ya se evidencia una desmejora en más de 2 millones de hectáreas que se encuentran en condiciones de regulares a malas.
La entidad rosarina precisó que “en Pergamino los cuadros están soportando el estrés y esto anima a los productores a seguir haciendo tratamientos contras las típicas plagas de sequía como trips y arañuelas”. Sin embargo, advierten que “los cuadros están muy estresados y nadie sabe qué puede pasar si no llegan lluvias en los próximos 15 días”.
En el caso de la soja de segunda el panorama es aún más desalentador y sin el auxilio de lluvias importantes, la incertidumbre sobre el rinde es total. La soja esta muy desmejorada y quemada por el sol tras la ola de calor de la semana pasada, hay áreas que no se van a cosechar y se esperan rendimientos de 5, 3 o cero quintales.
El maíz también quedó afectado por la sequía
El Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indica que “la falta de lluvias y las altas temperaturas registradas durante las últimas semanas de diciembre y lo que va del mes de enero impactaron inicialmente en la condición hídrica del suelo y, en consecuencia, en la condición del cultivo, limitando el potencial de rendimiento”. Las zonas más afectadas fueron las del centro y este del área agrícola, con un foco crítico en los partidos que integran la zona núcleo sur y el oeste bonaerense.
Para muchos lotes de maíz de primera la semana pasada fue el quiebre, porque se pasó de ver plantas con las primeras dos hojas secas a un desecamiento completo, incluso de las hojas que están por encima de la espiga. Esto va a implicar al menos una quita del 30 % del rinde.
Por fuera de la zona núcleo hay maíces tempranos sembrados en septiembre que lograron escapar a la etapa más seca, aunque los cultivos implantados en octubre y principios de noviembre fueron los más perjudicados, ya que atravesaron su período crítico en plena sequía. Por otro lado, los planteos sembrados en diciembre y enero transitan su periodo vegetativo con menor demanda hídrica, presentando síntomas de estrés hídrico.
Faltan reservas de agua en los niveles profundos del suelo
Los dos cultivos más importantes que tiene nuestro país -soja y maíz- no lograron escapar de la falta de agua en los últimos 30 a 40 días, no importa la fecha de siembra que se tome en cuenta. Sólo el maíz sembrado muy temprano con la tormenta de Santa Rosa a fines de agosto tuvo mayores chances, aunque el llenado también fue afectado.
Hace cuatro años que las napas están por debajo de los 5 metros, cuando normalmente las teníamos a 2,0 o 2,30 mts. El paisaje cambió: ya no hay más lagunas.
En el último reporte de la BCR, los técnicos advierten que “sin reservas de agua en niveles profundos del suelo, todas las estrategias tomadas, tanto en soja como en maíz, están muy afectadas”. Se apuntaló la campaña gruesa con un alto nivel de tecnología, y de una u otra manera, los lotes se quedaron sin nafta (agua) para seguir el ciclo y la inversión se perdió.