¿Por qué el Año Nuevo se celebra el 1 de enero, si durante siglos se celebró el 25 de marzo?
Llega fin de año y tenemos el mejor motivo para reunirnos, festejar, brindar, hacer balances y promesas. Pero… ¿por qué lo hacemos en esta fecha y no en otra?
Para poner blanco sobre negro, podemos decir que, desde el punto de vista astronómico, ni el 31 de diciembre ni el 1 de enero hay algún evento en la bóveda celestial que marque el final de un año y el principio de otro… nada.
Sin embargo, la duración exacta del año solar, que es el tiempo que tarda la Tierra en completar una revolución alrededor del Sol (equivalente a 365.2422 días) es definido también como año trópico o año civil. Pero si utilizamos ese criterio, el año nuevo podría comenzar en el día de tu nacimiento o en cualquier otra fecha caprichosa.
Mucho tiempo antes de que el 1 de enero sea la fecha elegida y adoptada por la mayoría de las naciones del mundo, hubo otras fechas que también marcaron el Año Nuevo.
Durante varios siglos, los cristianos celebraron el Año Nuevo el 25 de marzo, porque era la fecha que coincidía con la Anunciación, acontecimiento que conmemora el momento en que el Arcángel Gabriel anunció a la Virgen María que sería la Madre del Hijo de Dios. Sin embargo, otra de las fechas que establecían el inicio de un nuevo año fue el 25 de diciembre, reconocido por los cristianos como día del nacimiento de Jesús. De hecho, en el siglo XIV, el reino de Aragón oficializó el inicio del año en Navidad, en sintonía con esta tradición cristiana.
Diferentes religiones y costumbres, diferentes fechas
En prácticamente todo el mundo, cada 1 de enero se festeja como el inicio de un nuevo año. Pero en rigor, no todo el mundo lo celebra ese día:
- El Año Nuevo Chino es típico de China y de otros países asiáticos. Se basa en el calendario lunar, suele ser entre enero y febrero, y cuenta con diversos rituales, como limpiar las casas para eliminar la mala suerte, vestir de rojo y tirar fuegos artificiales para ahuyentar a los malos espíritus. 2025 es el año 4723 en su calendario, el año de la serpiente.
- El Año Nuevo judío o Rosh Hashaná, tuvo lugar a principios de octubre, ya que considera el calendario hebreo lunar. Conmemora la creación del hombre, según la cosmovisión hebrea. Para los judíos, 2025 será el año 5786 y comenzará el 24 de septiembre.
- El hinduismo celebra el año nuevo durante el mes de Chaitra (equivalente a marzo/abril). El año 2025 en el calendario hindú es el Yugabda 5127, pero en la India se celebra el año nuevo en al menos otras cinco fechas, dependiendo de la región del país.
- Más de 300 millones de personas en Asia Central celebran desde hace más de 3000 años, el Nouruz, una fiesta ancestral que marca el primer día de la primavera, el comienzo del año nuevo y la renovación de la naturaleza.
Todos los caminos conducen a Roma
La primera vez que se estableció el comienzo del año el 1 de enero fue en el año 153 a.C., cuando en la antigua Roma, el senado aprobó adelantar la elección de cónsules a petición de un general. Esta elección se hacía en los idus de marzo (el 15 de marzo), pero la fecha se modificó para que las tropas destinadas a la guerra celtibérica llegaran antes para preparar la campaña de primavera.
Sin embargo, en Roma coexistían varios calendarios, lo que generaba confusión debido a las diferentes distribuciones de los días y meses. Para poner orden, en el año 46 a. C., Julio César estableció en forma definitiva el 1 de enero como el primer día del año en el calendario juliano, nombrado así en su honor. Así buscó alinear el inicio del año con el solsticio de invierno a la vez que honraba a Jano, el dios romano de las puertas y de los comienzos.
Julio César fue asesorado por el astrónomo Sosígenes de Alejandría, y reemplazó el calendario lunar por el solar de 365 días y un cuarto. Ya en la Edad Media, los astrónomos promovían un cambio en el calendario, ya que se percataron que esa forma de medir el tiempo generaba un error acumulado anual de 11 minutos y 14 segundos.
No fue sino hasta el año 1582, que el Papa Gregorio XIII promovió la reforma del calendario juliano para corregir esos errores de cálculo, que desde el año 46 acumularon alrededor de 10 días.
Fue entonces que el 4 de octubre de 1582 finalizó el calendario juliano y se ajustó el desfasaje al calendario “gregoriano” eliminando esos 10 días, por lo que ese año se pasó directamente del 4 al 15 de octubre de 1582, hecho que fue resistido por el común de la gente, quienes le reclamaban a la Iglesia por el “robo de 10 días de vida”.
Y el nuevo calendario tuvo una consecuencia mucho más universal: el 1 de enero se impuso en unas pocas décadas como el día de Año Nuevo… salvo en Inglaterra, que se había rebelado contra la autoridad del Papa y profesaba la religión protestante: allí el Año Nuevo se continuó celebrando el 25 de marzo hasta 1752.