¿Por qué es tan difícil explorar las profundidades del océano?
La semana pasada, un sumergible implosionó al intentar alcanzar los restos del Titanic, a 4.000 metros de profundidad. Pero llegar a las profundidades del océano es casi imposible. Te contamos por qué.
El sumergible Titan, propiedad de la empresa OceanGate, desapareció el pasado domingo 18 con cinco pasajeros, que pretendían visitar los restos del Titanic. Tras cuatro días de búsqueda, la empresa declaró que todos los pasajeros habían muerto, y se cree que el sumergible hizo implosión. Los restos se encontraron a 500 metros del Titanic.
Explorar las profundidades del océano sigue siendo un enorme desafío, y uno de los mayores peligros es el aumento de la presión del agua a medida que el océano se hace más profundo. Al empezar a descender en el océano, el peso del aire se suma al del agua. Éste es uno de los factores que dificultan la exploración de los fondos marinos.
Navegando por las profundidades
El océano profundo es oscuro. La luz del sol es absorbida muy rápidamente por el agua y no puede penetrar mucho más allá de unos 1000 metros de la superficie. Más allá de este punto, el océano está en oscuridad perpetua.
En anteriores expediciones al lugar del naufragio se describió el descenso durante más de dos horas en total oscuridad antes de que el fondo marino apareciera de repente bajo las luces del sumergible.
Los científicos han dividido las profundidades oceánicas en varias zonas, y la luz y la presión de cada una de ellas determinan qué tipo de vida puede sobrevivir allí. Por ejemplo, en la zona epipelágica, o de luz solar, la capa superior del agua, donde la luz es intensa y la presión relativamente baja, prosperan diversas plantas y animales.
Para llegar a los restos del Titanic, un buque debe descender más de 1.000 metros. El naufragio se encuentra en la oscura zona batipelágica, o de medianoche, a 4.000 metros bajo la superficie del océano.
Profundidad de aplastamiento
Cuanto más se adentra un objeto en el océano, mayor es la presión del agua que lo rodea. La presión alrededor del famoso barco hundido es de unas 375 atmósferas. Esto significa que cada centímetro cuadrado de la superficie de un objeto experimenta el equivalente a casi 2500 kilos de fuerza.
El Titanic y todo lo que lo rodea puede soportar presiones de alrededor de 40 MPa, por lo que se necesita un sumergible de paredes muy gruesas para soportar la presión. Las paredes de titanio y fibra de carbono del sumergible Titan fueron diseñadas para proporcionar una profundidad operativa máxima de 4.000 m.
Además, un sumergible de aguas profundas requiere un suministro de oxígeno para sus pasajeros, así como depuradores de dióxido de carbono para evitar que los pasajeros se asfixien con su propio aliento exhalado, y sistemas de detección y navegación para guiar a las embarcaciones a medida que descienden.
Corrientes submarinas alrededor del Titanic
Probablemente nos sean más familiares las fuertes corrientes superficiales que pueden desviar a los barcos y a los bañistas, pero el fondo del mar también tiene corrientes submarinas. Si bien generalmente no son tan fuertes como los que se encuentran en la superficie, aún pueden involucrar el movimiento de grandes cantidades de agua.
Tales corrientes pueden ser impulsadas por vientos superficiales que afectan la columna de agua baja, mareas profundas o diferencias en la densidad del agua causadas por la temperatura y la salinidad, conocidas como corrientes termohalinas.
La información que existe sobre las corrientes submarinas alrededor del Titanic, ubicado a unas 740 km de la costa de Canadá, proviene de investigaciones que estudian patrones en el fondo marino y el movimiento de calamares alrededor de los restos.
El Titanic se derrumba lentamente a medida que la presión oceánica, el movimiento de los sedimentos y las bacterias devoradoras de hierro van carcomiendo su estructura.
Se sabe que parte de los restos del Titanic se encuentran cerca de una sección del lecho marino afectada por una corriente de agua fría que fluye hacia el sur, conocida como corriente submarina de la frontera occidental. El flujo de esta "corriente de fondo" crea dunas migratorias, ondulaciones y patrones en forma de cinta en el sedimento y el lodo del fondo oceánico que han proporcionado a los científicos información sobre su fuerza.