Por qué las super tormentas de nieve no contradicen al calentamiento global

Cada vez que una tormenta de nieve ocurre se intenta usarla para ridiculizar el calentamiento global. La administración del gobierno de Estados Unidos que niega el cambio climático, lo usa a su favor. Nada más lejos de la realidad.

Nieve USA
Mares más calientes aportan más humedad a la atmósfera, y contribuyen a desarrollar grandes tormentas de nieve en el hemisferio norte

La ola de frío extrema que azota a gran parte de Canadá y Estados Unidos, y las nevadas asociadas, quiebran récords. El aire ártico lleva a ciudades como Chicago a experimentar temperaturas polares cercanas a los 30 grados bajo cero. También el aire frío extremo invade el norte de Rusia, mientras Australia se debate en unas de la peores olas de calor registradas.

Ante estos eventos, muchos, entre ellos el presidente de Estados Unidos, relativizan el calentamiento global. La NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), publicó en uno de sus sitios lo que pareció una respuesta indirecta al presidente de su país.

Antes que nada, es necesario diferenciar el concepto de clima del de tiempo atmosférico. El tiempo es el estado de la atmósfera en un determinado momento, y lo expresamos con parámetros como la temperatura, la humedad relativa, el viento, entre otros. Por su parte, el clima es el promedio del tiempo atmosférico a lo largo de al menos 10 años. Son dos escalas de tiempo diferente.

Tiempo versus clima

Conocidas las diferencias conceptuales entre tiempo y clima, podemos entonces entender que una situación en particular no describe las condiciones climáticas de un lugar, y que cuando hablamos de cambio climático hacemos referencias a cambios en tendencias que implican décadas. Lo que sí ha logrado explicar la ciencia del clima es que a medida que el planeta se calienta, los eventos tienden a ser más extremos, incluso las olas de frío extremo.

La NOAA se pregunta en su artículo si las tormentas récord de nieve son prueba de que el calentamiento global no está ocurriendo. Y la respuesta es contundente: ¡no!. Las tormentas de nieve requieren dos cosas, humedad y aire frío. Hay muchos lugares del planeta donde la temperatura de invierno tendrían que subir hasta 15°C para que no tuvieran nieve.

Es por ello que las tormentas de nieve siguen siendo altamente probable afectadas y diseñadas por patrones climáticos naturales y la variabilidad aleatoria del clima de año a año. Al mismo tiempo, océanos más calientes tienen capacidad de aportar más humedad a la atmósfera, que es transportadas hacia sistemas que producen nieve invernal, pudiendo incluso incrementar las cantidades.

Nevadas más intensas desde 1950 sobre Estados Unidos

Una forma de entender que las tormentas de nieve intensas no son incompatibles con el calentamiento global, es mirar atrás en las estadísticas. Un 35 % de las nevadas extremas en Estados Unidos se produjeron en inviernos con temperaturas promedio más cálidas que el promedio. Incluso, un tercio se produjeron en años más secos que lo normal.

Tormentas de nieve
El este y norte de USA viene registrando tormentas de nieve más intensas desde 1950.

Otro dato interesante es que aún si las temperaturas promedio siguen elevándose como en las últimas décadas, el récord de tormentas de nieve extremas sigue siendo posible. Con más humedad disponible por el calentamiento de los océanos, no sólo son posibles tormentas de nieve extremas, sino que son más probables.

De acuerdo a la Tercera Evaluación Nacional del Clima (USA), hay evidencia de que las tormentas en la estación fría del hemisferio norte se han transformado en más más intensas desde 1950. En el último siglo han aumentado la cantidad de tormentas severas de nieve sobre el norte y este de Estados Unidos, aunque se han vuelto menos frecuentes desde el año 2000.