Preocupación en el agro argentino: por la falta de lluvias se deteriora la condición hídrica de la soja y el maíz

El mes de diciembre del 2024 terminó con lluvias por debajo de la media y las reservas de agua del suelo van de escasas a sequía en el 50 % de la región.

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El norte bonaerense sufre un comienzo de año complicado para los cultivos por la falta de lluvias. Muchos lotes de maíz temprano están en su periodo crítico y lo transitarán casi sin precipitaciones.

La escasez de precipitaciones está comenzando a reflejarse en la condición hídrica de los cultivos de la campaña gruesa, específicamente en la soja y el maíz. Por la falta de lluvias, las condiciones de humedad del suelo empeoraron en regiones altamente productivas y eso esta afectando el normal desarrollo de los cultivos.

El panorama es complejo para la soja, que en la última semana sufrió un recorte de 200 mil hectáreas en su estimación de siembra, producto de las complicaciones climáticas y por la baja de precios internacionales que afectan la rentabilidad del productor argentino.

Por este motivo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) ajustó a la baja el porcentaje de cultivos implantados que se encuentran bajo condiciones óptimas o adecuadas. Es el resultado de la baja ocurrencia de lluvias que podría agravarse durante la primera quincena del corriente mes.

Un comienzo de año complicado para los cultivos

Vale la pena citar un estudio reciente -elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario- donde se asegura que “en el 2024 la zona núcleo acumuló un promedio anual de 960 mm y las lluvias se acercaron al típico gradiente de 800 a 1200 milímetros de este a oeste. La mayoría de las estaciones meteorológicas de la Red GEA (que pertenece a la BCR) registraron valores superiores al año previo, dejando en promedio 26 % más de agua que en el 2023.

Las reservas de agua de los suelos al primer metro de profundidad (considerando el consumo de una pradera permanente) van de escasas a sequía en la mitad de la región núcleo. Y si se suma el área con contenido de agua regular, la cifra asciende al 80 %, siendo el noreste bonaerense el sector más seco.

Las lluvias del otoño (influenciadas por el fenómeno “Niño” que tuvo lugar durante el verano 23/24) sumadas a la recomposición de lluvias durante la primavera de este año, fueron los factores que aportaron más agua al 2024. Sin embargo, diciembre rompió la racha y el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires terminaron con unos escasos 35 mm, muy lejos de los 110 considerados valor medio histórico para la zona.

¿Se complica la campaña de soja?

En su último Panorama Agrícola Semanal, la entidad porteña destacó que “tras un progreso intersemanal de 8 p.p. la siembra de soja cubre el 92,7 % de las 18,4 MHa proyectadas para la campaña 2024/25”. Además, señaló que “a nivel nacional, el 81 % de lo implantado presenta una condición hídrica entre adecuada y óptima, lo que representa una caída de 7 p.p en comparación con el informe previo.

Es importante destacar que “el 93 % de los lotes aun sostiene una condición de cultivo entre normal y buena, que dependerá de las futuras lluvias”. Por otra parte, “el 32 % de la soja de primera inició estadios reproductivos mientras que del 86 % de la soja de segunda ya fue implantada, necesitando humedad para finalizar las labores de la superficie remanente”.

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Soja de 2da en estadio vegetativo sembrada en la localidad de Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires - Gentileza Dante Garciandia

En tanto, desde la Bolsa de Comercio de Rosario, advirtieron que en varias regiones la soja “tuvo un arranque raro” que podría estar relacionado a las bajas temperaturas de noviembre y diciembre o al carry-over de herbicidas. El cultivo necesita lluvias urgentes y aún hay lotes que siguen sin sembrarse por falta de agua o que esperan lluvias que lamentablemente no llegan.

El maíz: el otro gran afectado por la falta de agua

La BCBA confirmó que a nivel nacional, “en los últimos siete días la siembra de maíz con destino a grano avanzó 6,5 p.p. alcanzando el 87,4 % de las 6,6 MHa estimadas para la presente campaña. Las precipitaciones registradas en Córdoba y el sur de Buenos Aires mejoraron las perspectivas para el maíz tardío, lo que permitirá concluir los planes de siembra en esas regiones.

El más afectado es el maíz temprano, que fue una elección casi obligada este año debido al riesgo de la chicharrita. Los primeros estadios del ciclo (primavera) contaron con buena provisión hídrica, pero la falta de lluvias en diciembre deterioró los cuadros.

Fue así que la proporción de cultivos con una condición hídrica definida como óptima o adecuada se redujo en 6,8 p.p., debido principalmente a las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones en el centro-este del área agrícola. Esta situación afectó la humedad del suelo y provocó amarillamiento de las hojas basales con posibles mermas en el rendimiento.

Girasol, sorgo y trigo: así se cierra la campaña

En cuanto al girasol, la falta de lluvias, las altas temperaturas y la elevada demanda del cultivo disminuyeron considerablemente las reservas del perfil. Actualmente el 62,4 % del área presenta condición hídrica entre adecuada y óptima.

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Girasol en Botón Floral sembrado en la localidad de Carlos Tejedor, Provincia de Buenos Aires - Gentileza Dante Garciandia

Por otra parte, en lo que respecta a sorgo granífero, la siembra avanzó de manera significativa en gran parte del área agrícola durante los últimos quince días, alcanzando el 80,8 % del total proyectado. En la porción norte del área agrícola, la implantación se sitúa en el 47 %, mientras que, en el centro, las labores están prácticamente finalizadas, restando algunas hectáreas por sembrar en el centro-oeste.

Por último, la cosecha de trigo cubre a la fecha el 94,7 % del área apta y entra en su etapa final. En el sudeste bonaerense, se relevó un progreso intersemanal de 6,2 p.p. en las labores con rindes que oscilan entre 25 y 47 qq/Ha, llevando el promedio nacional a 30,3 qq/Ha. para cerrar una producción que se ubicaría en torno a las 18,6 MTn.

¿Cuándo llegarán las lluvias?

En primer lugar es importante destacar que durante el 2024 una parte importante de la zona núcleo acumuló reservas. Las precipitaciones del otoño sumadas a la recomposición de lluvias durante la primavera, fueron los factores que aportaron más agua al 2024.

Sin embargo, la falta de pronósticos de lluvias abundantes en el corto plazo comienza a preocupar a los productores. Si bien los cultivos sostienen una condición muy aceptable en el 100 % del área, esta situación podría cambiar de no revertirse el actual escenario.