Preocupación por el sistema global de observación ante la pandemia
Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales siguen desempeñando funciones esenciales sin interrupción, pero se enfrentan a retos cada vez más importantes a raíz del confinamiento por coronavirus.
Más de 10.000 estaciones meteorológicas de superficie, automáticas o dotadas de personal, 1.000 estaciones en altitud, 7.000 buques, 100 boyas fondeadas y 1.000 boyas a la deriva, cientos de radares meteorológicos y 3.000 aeronaves comerciales especialmente equipadas miden a diario parámetros clave de la atmósfera, la tierra y la superficie del océano.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha manifestado recientemente en un comunicado de prensa su preocupación por el creciente impacto de la pandemia de la COVID-19 tanto en la cantidad y la calidad de las observaciones y los pronósticos meteorológicos como en las actividades de monitoreo de la atmósfera y del clima.
“Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) siguen desempeñando sus funciones esenciales sin interrupción, pero se enfrentan a retos cada vez más importantes a raíz de la pandemia de la enfermedad provocada por el coronavirus, en especial en los países en desarrollo”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas. “Aplaudimos su abnegada dedicación a la labor de proteger vidas y bienes, pero también nos inquieta el hecho de que la capacidad y los recursos sean cada vez más limitados”, explicó.
Datos procedentes de aeronaves
Las aeronaves comerciales contribuyen al Programa de Retransmisión de Datos Meteorológicos de Aeronaves (AMDAR) de la OMM, que se sirve de sensores, computadoras y sistemas de comunicaciones instalados a bordo de aeronaves para recopilar, procesar, dar formato y transmitir automáticamente observaciones meteorológicas a las estaciones terrestres a través de enlaces satelitales o de radio.
Con el sistema de observación del Programa AMDAR se producen más de 800.000 observaciones diarias de alta calidad de la temperatura del aire y la velocidad y dirección del viento, junto con los datos temporales y de posición requeridos, y además se obtiene un número cada vez mayor de mediciones de la humedad y la turbulencia.
En general, la reducción en la cantidad de vuelos comerciales ha supuesto una disminución de las observaciones realizadas desde plataformas de aeronaves de entre el 75 y el 80%. La pérdida es cercana al 90 % en algunas de las zonas más vulnerables donde otras observaciones de superficie son escasas, por ejemplo, en los trópicos y en el hemisferio sur.
Observaciones de superficie
En la mayoría de los países desarrollados, las observaciones meteorológicas de superficie son casi totalmente automáticas. Sin embargo, en muchos países en desarrollo todavía no se ha completado el proceso de transición, y la comunidad meteorológica aún debe recurrir a las observaciones que los observadores meteorológicos realizan manualmente y luego transmiten a las redes internacionales para su uso en modelos numéricos.
“En la cadena de observaciones y suministro de datos, esos eslabones humanos son sumamente vulnerables a las actuales medidas de confinamiento y a las políticas que imponen el teletrabajo, y hemos constatado una reducción substancial en la cantidad de observaciones de la presión en superficie disponibles actualmente en comparación con la referencia previa a la COVID-19 (enero de 2020), en particular en África y en partes de América Central y del Sur”, dijo Lars Peter Riishojgaard, Director de la Sección del Sistema Tierra del Departamento de Infraestructura de la OMM.
Observaciones marinas
Los sistemas de observación del océano también están muy automatizados, por lo que se espera que la mayoría de sus componentes sigan funcionando bien durante períodos de hasta varios meses. Sin embargo, las boyas a la deriva y los flotadores tendrán que desplegarse de nuevo, las boyas fondeadas deberán ser objeto de reparaciones y los sistemas de observación a bordo de buques tendrán que someterse a operaciones de mantenimiento, calibración y reaprovisionamiento.
Por consiguiente, es de esperar que, con el paso del tiempo, se produzca una disminución gradual en la cantidad de observaciones, y que esa reducción se perpetúe hasta que se puedan retomar las actividades necesarias de aprovisionamiento y mantenimiento.
Observaciones por satélite
Actualmente, 30 satélites meteorológicos y 200 satélites de investigación proporcionan observaciones ininterrumpidas y sumamente automatizadas. Aunque se prevé que, a corto plazo, el componente espacial del sistema de observación no se verá afectado y se mantendrá plenamente operativo, la OMM está en contacto con los operadores de satélites meteorológicos para evaluar las posibles repercusiones a largo plazo de la pandemia de la COVID-19.